Ignacio Quintana es el dueño de Campañas Quintana, la empresa especializada en la fabricación y restauración de campanarios desde el siglo XVII, y que está llevando a cabo el proceso de instalación de las cinco campanas de la torre de El Salvador de Cuenca con equilibrio automatizado. Debido a su larga trayectoria de empresa y los años de experiencia acumulados le llevan a confirmar en Voces de Cuenca que el conjunto de las cinco campanas de la Iglesia «tienen un gran valor por su antigüedad» y, por tanto, es un trabajo de restauración que «merece la pena llevar a cabo por la importancia de su conservación». Además, Quintana ha precisado que, «quitando la campana más antigua que tenía su yugo de madera original, hay tres que están firmadas por el mismo fundidor».
Con el fin de restaurar la cubierta, el desmontaje comenzó en agosto con una grúa de gran tonelaje para el transporte de las campanas al taller y la colocación de nuevos badajos (componentes esenciales en la producción de sonido) y sistema de volteo. Finalmente, los trabajos han terminado y «este fin de semana, incluso el jueves o el viernes, estará finalizada la restauración y la instalación», tan solo faltan los elementos de protección antipalomas que dependen de otro proveedor y prolongará un poco más la espera. Todo comenzó en noviembre del año pasado cuando tuvo lugar el primer estudio general y se encargó un estudio sobre sus carencias y problemas para hacer una propuesta de equilibrio por parte de los arquitectos con el fin de devolver al templo su funcionalidad completa.
Sobre sus características, son campanas de grandes dimensiones, la más grande pesa 750 kilos y la menor 90 kilos. Su material es de bronce, es decir, una aleación de cobre y estaño que produce una resonancia especial. Ignacio Quintana ha explicado que en la Antigüedad con los conocimientos de la época la fundición tenía que ver con el trazado, los perfiles y las proporciones; hace dos siglos el conocimiento de la acústica todavía no estaba muy desarrollado, pero en la actualidad se fabrican campanas con unas características sonoras que consiguen que su nota sea más exacta. Así es como culmina la restauración del campanario de El Salvador, dentro de un trabajo global más complejo que alberga obra civil en el interior. Las obras de restauración de la Torre continuarán.