«Al igual que ocurre en la vida, hay que vivir nuestra carrera al máximo»

La pregonera Laura García ha regalado un emotivo pregón cargado de recuerdos a unos peñistas que han abarrotado la Plaza Mayor

Las previsiones del tiempo venían a aguar la fiesta de septiembre en Cuenca capital con unos pronósticos de lluvia que asustaban al más optimista de los mateos. Sin embargo y como la meteorología no es una ciencia exacta, el cielo se abrió para dar paso a la pregonera, Laura García, que dio inicio a los festejos recordando a todos los presentes que “la vida son cuatro días: 18, 19, 20 y 21 de septiembre”.

La amenaza de lluvia no disuadió los ánimos y la Plaza Mayor se llenó hasta la bandera de los colores de los peñistas, que arroparon en todo momento a su pregonera. Ésta por su parte les regaló un texto plagado de recuerdos, experiencias y emotivo como pocos ha habido, con diversos reconocimientos a su familia y a las personas que le han acompañado y ayudado a luchar contra la enfermedad, como Mamen Soriano, su oncóloga sin la que “sería imposible que estuviera en este balcón”.

Laura García es ya desde este miércoles 18 de septiembre la tercera mujer en pregonar las fiestas de San Mateo. Se ha presentado ante las Peñas Mateas como “una conquense que lleva a su ciudad por las venas”. “Soy de esas personas que divide el año entre Semana Santa y San Mateo, por lo que me gusta transmitir la esencia y tradición de esta ciudad a mis hijos, tal y como mis padres hicieron conmigo”, ha sentenciado.

A juicio de la pregonera “hay que evolucionar y ver San Mateo desde otra perspectiva más actual, adecuándola a la sociedad de ahora”. Eso sí, ha dejado claro que no hay que olvidar “que la suelta de vaquillas es el núcleo central de lo que hoy celebramos, por lo que lo más importante es respetar la suelta de reses y después cada uno que haga su fiesta y que viva su San Mateo particular”.

En su pregón ha recorrido algunos de los hitos que recorre la vaquilla por el Casco Antiguo de Cuenca, del que ha recordado que es Patrimonio de la Humanidad. También ha destacado cómo las reses “solo son llevadas por dos maromeros, dejando a la vaca libertad de movimiento, puesto que la maroma va por detrás”.

“La vida es como una suelta de vaquillas, nunca se sabe para donde va a tirar: si hacia el pilón o la Anteplaza, no sabemos tampoco si va a llegar a bajar hasta la barrera de abajo, pero hay que estar ahí para correr, para disfrutarla todo lo que se pueda, al igual que ocurre en la vida, hay que vivir nuestra carrera al máximo”, ha destacado.

Además de demostrar su gran amor por la fiesta conquense en su pregón, Laura García ha exhibido unas tablas propias de quien cuenta sus años por sanmateos, dirigiendo los primeros cánticos de estos cuatro días. Las charangas presentes en la Plaza Mayor han recogido el guante y la han ayudado a dar el piestoletazo de salida a unas fiestas que, según las previsiones mateas, serán para recordar.

El acto del pregón ha sido dirigido por el cronista de la ciudad de Cuenca, Miguel Romero, y el antecesor de la pregonera, Javier Benayas, ha sido el encargado de presentarla a la multitud. Tras la entrega de reconocimientos, el alcalde de Cuenca, Darío Dolz, ha dado por inaugurados los festejos deseando buenas fiestas a conquenses y turistas, en una breve intervención en la que, como suele ser habitual, se ha escuchado algún leve silbido de fondo.

El acto del pregón ha estado presidido por el alcalde Darío Dolz junto al concejal de Festejos, Alberto Castellano Barragán, y en el que han estado también presentes el vicepresidente de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro; el presidente de la Diputación Provincial, Álvaro Martínez Chana; y la subdelegada del Gobierno, Mari Luz Fernández, entre otras autoridades, así como los miembros de la Corporación municipal.

Texto íntegro del pregón de Laura García Melero

¡Mateos, mateas, conquenses, viva San Mateo!

Gracias amigo Javi por tus palabras, sé que las has dicho de corazón, gracias a la Peña el Mandil por regalarme la pita con la que comenzaré mi pregón.

Como bien pregonó Armando Martorell: ¡San Mateo ya está aquí, ya está liá!

Este año tengo el honor y el privilegio de estar en este balcón para ser la pregonera de las fiestas que amo, las que me han dado fuerzas para vivir, las auténticas fiestas de Cuenca, las fiestas que nos muestran nuestra tradición y cultura, pero sobre todo son las fiestas de la calle, de la amistad y de la alegría de volver a encontrase con aquellos que ves de año en año.

Quiero agradecer al alcalde y a todo su equipo que confiara en mí y me eligiera pregonera, nunca olvidaré esa llamada, me dio fuerzas para luchar y tener ganas de vivir este San Mateo de la forma que se merece, como siempre he hecho, junto a mi familia y a mis amigos, esos que me dan esa energía para continuar y que por ellos se sacan fuerzas de donde no las hay. Pero hoy no estaría aquí si no es por una persona que se ha criado aquí en la Anteplaza, de las del “portal del Vaticano”, de familia muy ligada a esta fiesta y mucho más este año, Mamen Soriano, mi oncóloga, sin su trabajo, estudio y dedicación sería imposible que estuviera en este balcón, simplemente gracias por darme vida. Por ella y todos mis amigos y compañeros que estamos luchando, pido un gran aplauso.

Muchos de vosotros os preguntaréis quién soy yo y por qué tengo el honor de ser la tercera mujer en pregonar las fiestas. Simplemente os diré que soy una conquense que lleva a su ciudad por las venas, soy de esas personas que divide el año entre Semana Santa y San Mateo, por lo que me gusta transmitir la esencia y tradición de esta ciudad a mis hijos, tal y como mis padres hicieron conmigo. Podría contar miles de vivencias, anécdotas, sustos, o chascarrillos puesto que desde muy pequeña mis padres me subían a ver la vaca, he sido de las que subían al contenedor de zapaterías para poder ver como bajaban las vaquillas; a la ventana del convento de las monjas de encima del pilón para ver como bebían y descansaban las vacas; recuerdo también la barrera de la Anteplaza donde estaban las cabinas de teléfonos, y también he estado dentro del Mangana cuando metían la vaca y nos subían corriendo las escaleras hacia el comedor.

De pequeña me gustaba ver cómo a los corredores valientes alguna vez les revolcaba la vaca, aunque ya de mayor y con la experiencia de que a mi marido y alguno de mis amigos los han tenido que trasladar al hospital, ya no me hace tanta gracia, pero me encanta escuchar cómo la gente siempre les canta: “Si te ha pillao la vaca, jódete…” (charanga).

Cuando por fin cumplí 18 años mis padres me dejaron apuntarme a una peña, Paco Gorzas. En ese momento conocí lo que era una peña de las de siempre, de las que tenía zurra en bidones que había que subir andando desde abajo y de las que hacía bocadillos gigantes para merendar, pero también de las que iban al desfile de subida y bajada, al traslado del Pendón y a la tradicional misa. Después junto con mis amigas de por aquel entonces “Las Antonias” pasamos a formar parte de la peña Nos sobra la Vaca que, aunque cumplía con las tradiciones, ya por aquellos años comenzaba a ser más desenfadada, con local propio y cubatas en la Plaza de España, que era lo que por entonces se llevaba, lo que hacíamos los jóvenes.

Y gracias a Iván mi marido, pasé a formar parte de mi actual peña los Enemigos del Agua, la de los lunares en el pañuelo y el camión. Esa peña tan familiar me acogió enseguida como una más, sobre todo gracias a Mari Luz, y allí conocí a los que considero parte de mi familia, esa que se crea y que se elige. Como pasábamos muchas horas en el taller trabajando y preparando todo creamos un grupo de amigos que compartíamos la ilusión y las ganas de fiesta, son mis “Amigotes”. Junto a ellos cada 18 de septiembre esperábamos que llegara la charanga para escuchar los primeros acordes y cantar: “Que bonita es la amapola, cuando nace en los trigales…” (charanga).

Con la camiseta de mi peña siempre puesta en 2009 comencé a formar parte de la Asociación de Peñas Mateas, creo que en aquel momento no podía imaginarme todo lo que se puede trabajar para esta ciudad y estas fiestas. Recuerdo tantas tardes trabajando en silencio como a mí me gusta, sin llamar la atención, muchas noches sin dormir y la verdad mucho trabajo detrás de la Asociación de Peñas, poco reconocido y sí muy criticado por los que no viven la fiesta. Pero lo que verdaderamente recuerdo son los momentos buenísimos con gente que ahora son mis amigos, y me quedo con satisfacción que al final sacamos adelante muchas cosas que hoy día todavía continúan y como recordará Diego Valera, todo terminaba siempre igual: “Todo bien” pues una coca-cola light. A día de hoy pienso que hay que evolucionar y ver San Mateo desde otra perspectiva más actual, adecuándola a la sociedad de ahora, pero sin olvidar que la suelta de vaquillas es el núcleo central de lo que hoy celebramos, por lo que lo más importante es respetar la suelta de reses y después cada uno que haga su fiesta y que viva su San Mateo particular.

Si no teníamos bastante con preparar todo esto, lo que es un San Mateo normal, pues pasamos a formar parte de la Federación Nacional de Toro con Cuerda, ¡otro evento más! Gracias a ello todos los años nos enfundamos otra vez la camiseta matea y nos dedicamos a difundir nuestra vaquilla de San Mateo y le enseñamos a toda España que nuestra fiesta es diferente al resto: les recordamos que en la ciudad de Conca por 1177 el rey Alfonso VIII mandó celebrar en septiembre fastos con la suelta de reses, para rememorar que en esa fecha volvíamos a pasar al reino cristiano, y que desde entonces aún lo seguimos celebrando, teniendo por ello siglos de tradición. Y en esos congresos divulgamos que nuestras fiestas son únicas, ya que en Cuenca las vacas corren por nuestro Casco Antiguo Patrimonio de la Humanidad: suben por las escaleras de nuestra Catedral que es la primera Catedral gótica castellana y se levantó gracias a la influencia de Leonor de Plantagenet esposa de Alfonso VIII, corretean por los arcos del Ayuntamiento de estilo barroco, por sus cuestas con adoquines, y entran y salen por nuestro estrecho callejón. Somos únicos en tener doble vallado, pero sobre todo destacando que nuestras reses solo son llevadas por dos maromeros, dejándole a la vaca libertad de movimiento, puesto que la maroma va por detrás. Y aunque por toda nuestra geografía las fiestas son distintas, hay muchas cosas que nos unen, una de ellas es el amor de cada localidad por sus orígenes y sus fiestas; otra la cuerda, de ahí el lema de la Federación: “Toro de cuerda, toro de vida”; y por supuesto la música, ya que no hay ningún congreso en el que no suenen las charangas, con canciones como: “Y los músicos llegaron ya, y llegaron con ganas de tocar….” (charanga).

Como nos gusta decir a los mateos “La vida son 4 días: 18,19, 20 y 21 de septiembre”, pero yo qué sé mucho de eso, os diré que es verdad. Disfrutad de las fiestas, cada uno como quiera, pero siempre con conocimiento, vivir la vida que queráis, luchar por lo que creéis y lo que os gusta, pero con respeto. La vida es como una suelta de vaquillas, nunca se sabe para donde va a tirar: si hacia el pilón o la Anteplaza, no sabemos tampoco si va a llegar a bajar hasta la barrera de abajo, pero hay que estar ahí para correr, para disfrutarla todo lo que se pueda, al igual que ocurre en la vida, hay que vivir nuestra carrera al máximo.

Mi amiga Maribel fue la que me dio en empujón para estar hoy aquí, ella me dijo que, para una conquense como yo, el mayor premio que le puede dar su ciudad es ser pregonera de San Mateo, asi que simplemente gracias por estar a mi lado siempre. Deseo de corazón que todas estas vivencias que hoy he contado hayan servido para que mis amigos, vecinos, toda mi familia, sobre todo mi hermano, mis hijos y marido, se sientan orgullosos de mí, que lo recuerden siempre.

Pero permitidme que este pregón se lo dedique a mi madre Carmen, incansable, luchando a mi lado, ayudándome con todo y dándome más de lo que puede; y a mi padre Pedro, él era también muy conquense en sus tradiciones, por eso dicen que me parezco a él, y sé que desde el cielo está escuchándome. Por él, por todas las personas que nos faltan y las que nos ven desde otros lugares quiero que cantéis: “San Mateo, San Mateo, oeoe, eoeo…” (charanga).

¡Peñas, cuidado con la zurra y cada una a ocupar su lugar!
Maromeros, cuadras: calentar y coger los guantes que esto ¡va a empezar!
Director de lidia saca tu capote por si ¡tienes que actuar!
Maestro Aguilar, reúne a tus músicos, ¡que los pasodobles tienen que sonar!
Julito, prepara los pañuelos y el cohete que yo ya ¡voy a terminar!
¡Viva Alfonso VIII, Viva San Mateo y Viva Cuenca!