«A pesar del exceso de pantallas la gente sigue demandando algo vivo como el teatro»

La actriz María Adánez visita el Auditorio de la ciudad de Cuenca este jueves para poner en escena "Ay Carmela", un clásico contemporáneo de la cultura española

María Adánez visitará este jueves la ciudad de Cuenca para protagonizar junto a Joaquín Notario la obra «Ay Carmela». La actriz es uno de esos rostros que cualquiera podría identificar por su paso por «series de «Aquí no hay quien viva» y «La que se avecina», dos ‘best sellers’ de la televisión nacional que han ‘roto’ cifras de audiencia. Adánez es una enamorada de su profesión y, en particular, del teatro, una actividad que valora por su capacidad para hacer reflexionar y que reivindica su autenticidad en una sociedad en la que vivimos ‘pegados’ al móvil. Casi un año después de su estreno, Ay Carmela llega al Teatro Auditorio «en plena forma».


«Ay Carmela» es una obra relativamente reciente pero es ya un clásico de la cultura española. ¿Qué puede encontrar el público de Cuenca sobre el escenario del Auditorio?

Como bien dices, Ay, Carmela es uno de nuestros clásicos contemporáneos. Y, desgraciadamente, mientras en el mundo haya guerras seguirá muy vigente la función, nos hará reflexionar y nos seguirá replanteándonos al ser humano, la atrocidad y el gran error que son las guerras y cómo, después de una guerra, sanar las heridas, recordar nuestros errores y a través de ellos, evolucionar como países y no volver a caer en los mismos errores. Ay, Carmela, en palabras de Sanchis Sinisterra, es la función de los muertos, los muertos que nos vienen a recordar a los vivos que en cuanto tenemos la panza llena y nos ponemos corbata nos olvidamos de todo y hay cosas que no se pueden olvidar. El público que no conozca la función, pues esto se escribió en el año 82, se estrenó enseguida en Zaragoza por Verónica Forqué y José Luis Gómez. Es una función maravillosa, tierna, trágica, divertida, que nos hace pensar, nos hace reflexionar, nos hace reir, nos hace empatizar con esos cómicos encima de un escenario que están actuando para los nacionalistas. Es un homenaje a mi profesión, a los actores, a la supervivencia de los actores. Es, en definitiva, una gran función. Una función maravillosa que tanto al público, como a nosotros los actores nos atrapa, nos va llevando por distintos sitios, por distintos recovecos y luego te queda una sensación muy buena, ganas de reflexionar, de pensar en nuestra historia, de lo que somos y de no volver a cometer los mismos errores.

¿Cómo ha evolucionado la función desde el momento del estreno? ¿Viene ya rodada, verdad?

Estrenamos el 5 de noviembre en Toledo y mi primer Paulino, durante los seis primeros meses, ha sido Pepón Nieto. Ahora tengo el placer enorme de estar trabajando con Joaquín Notario. Y, bueno, la función llega en un momento espléndido. Joaquín es un actor también increíble y llegamos muy bien porque está muy rodada. Creo además que las funciones siempre necesitan un tiempo para que todo termine de asentarse, para que todo coja cuerpo y, desde luego, llega a Cuenca en plena forma.

¿Qué te llevó a coger este papel concretamente?

Es una función que me hacía mucha ilusión poner en pie. Es una función que siempre he querido hacer, desde que vi la película con guión de Rafael Azcona, que no tiene nada que ver, y luego la he visto varias veces interpretada por varios actores porque es un homenaje a los actores dentro del teatro y porque habla de nuestra historia. Probablemente siempre me ha llamado la atención porque es el teatro dentro del teatro.

Como actriz, ha tocado los tres palos como son cine, teatro, televisión. La pregunta no es nada original pero ¿con qué te quedas? ¿Dónde estás más cómoda?

Son tres amores, tres amores distintos. Siempre respondo lo mismo. Los actores que tenemos la suerte de poder tocar todos los palos, incluso llegar a cantar encima de un escenario, trabajar en la radio, o incluso utilizar la voz para el doblaje pues es una manera de desarrollarte de muchas formas. En el teatro, en los últimos años, estoy haciendo personajes muy interesantes y estoy creciendo mucho como actriz y como persona. Pero, desde luego, el cine es el cine. Tengo dos películas por estrenar, «Invasión» de David Martín Porras y «Menudas Piezas» de Nacho García Velilla. Y la televisión pues también eso es un medio estupendo. Es decir, no sabría decirte con cuál me quedo y por eso al final siempre respondo a lo mismo: son tres amores distintos.

María Adánez en una escena de «Ay, Carmela»

En tu caso, María, eres conocida, en gran medida, por tu participación en dos iconos de la televisión, «Aquí no hay quien viva» y «La que se avecina». ¿Tienes la sensación de quedar, en cierto modo, encasillada en ese tipo de papeles?

No, no tengo ninguna sensación de estar encasillada porque por eso me he encargado de hacer teatro desde hace muchos años. Personajes dramáticos, personajes totalmente distintos a los personajes cómicos de la televisión. Empecé en el teatro en el año 1986 e hice mi primera obra de teatro «Casa de Muñecas» pero ya a partir del año 2000 empecé a hacer protagonistas, desde «El Príncipe y la Corista» junto a Emilio Gutiérrez Caba, pasando por «La tienda de la esquina»,» Salomé», «La señorita Julia»… Realmente llevo 23 años subida a las tablas, intentando y consiguiendo además seguir creciendo como actriz, haciendo personajes dramáticos y además tocando otros palos, en este caso con personajes cómicos que estaba haciendo en la televisión. Para mí el teatro ha sido el salto al vacío, el lugar donde explorar, donde crecer y donde hacer cosas totalmente distintas. De todas formas, guardo muy buen recuerdo de aquella etapa de estas dos series . Sobre todo «Aquí no hay quien viva» ha hecho historia en este país y probablemente es la serie más vista de la televisión española y con tantísimo éxito que tiene ahora al ser revisitada de nuevo por Netflix y todas las generaciones jóvenes. Para mí es un orgullo tremendo haber participado en una cosa tan importante.

El estado de salud del teatro siempre es una de las cuestiones que se plantea cuando se analiza el panorama cultural del país. No se sabe muy bien por qué pero siempre parece que está ‘cuestionado’. Tomando como base tu experiencia en el teatro y los meses que llevas con esta función ¿Cómo ves el teatro? ¿Ves que el público responde en las salas?

Sí, sí. España es un país de teatro y el teatro está totalmente en forma. Sólo tienes que ver la cartelera madrileña, por ejemplo, ahora mismo. Creo que somos la tercera ciudad, después de Londres y de Nueva York, con más musicales en una ciudad. Mañana voy al estreno del Fantasma de la Ópera, The Book of Mormon, School of Rock… más todos los que están ya aquí más estables. La cartelera además está llena si te quieres ir al María Guerrero o al Español. Además todos estos montajes luego giran por toda España. Claro que hay una respuesta muy buena del público. Nosotros hemos tenido muchísimo éxito con «Ay Carmela». Es un texto que sigue llenando las salas, que la gente tiene ganas de verla. Insisto, creo que España es un país de teatro. Tienes centros culturales, tienes teatros en cualquier sitio, pueblos, ciudades más grandes, es una gozada. A pesar del exceso de pantallas y de series y de vivir pegados a un móvil la gente sigue demandando algo vivo, sigue demandando teatro, la experiencia de lo vivo.

¿Cómo lleváis la conciliación familiar los actores y actrices con giras, salidas… fuera de vuestra ciudad?

Pues es una cuestión de organización. Hay que organizarse y hay que trabajar. Es simplemente una cuestión de organización.

¿Has estado antes en Cuenca trabajando? ¿Conoces la ciudad?

Sí, he estado varias veces con el teatro. Eso sí hace muchos años que no estoy con el teatro. Esta vez no creo que me dé tiempo a disfrutar mucho porque tengo que trabajar jueves por la mañana e iré casi directa a la función, pero bueno, es una de esas plazas que a los actores nos apetece. Cuando vemos, ¡Cuenca qué bien! es una ciudad muy bonita.