Con una banda sonora de aplausos, vítores, bocinas y sirenas llegaba este miércoles a su casa de la calle Ángeles Gasset (zona nueva de Villa Román) una enfermera que había recibido el alta tras permanecer varias semanas ingresadas en el Hospital Virgen de la Luz por COVID-19. Profesional de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), tuvo que convertirse en paciente de este servicio para superar la enfermedad.
Cada día su domicilio se convertía en destino del peregrinaje de una caravana de ambulancias y otros vehículos de emergencia, que acudían hasta él para mostrar su apoyo a la familia, vinculada con el gremio. Una historia de la solidaridad y la esperanza que conviven con el drama de la pandemia.