Las conquenses Alicia Muñoz y María de la Sierra González han sido las ganadoras de la fase nacional del concurso ‘The James Dyson Award’ con la creación de una mascarilla respiratoria diseñada para mejorar la ventilación mecánica no invasiva. Lo que ofrece este invento es una solución a los problemas comunes derivados de los tratamientos de ventilación mecánica en los hogares, ya que actualmente se emplean unas que crean mucha presión y generan úlceras por presión, fugas, intolerancia y otros perjuicios. El Ministerio de Industria ya les ha concedido la patente por su creación.
Y es que, tal y como indicaban en la presentación de su proyecto, aproximadamente el 10% de la población mundial necesita un tratamiento de ventilación mecánica no invasiva y sin embargo, las mascarillas sólo se ofrecen en tres o cuatro tallas, por lo que es difícil encontrar una que se adapte adecuadamente al usuario. Unos pacientes que “además de otras condiciones personales, como usar gafas o audífonos, pueden tener una nariz grande y una boca pequeña a la vez, entre otras características”.
Esta mascarilla puede usarse de tres formas distintas: bucal, nasal o buconasal, de manera que el usuario puede comenzar una y después cambiar los componentes para que funcione como una mascarilla diferente dejando descansar la piel para que no se produzcan úlceras por presión. Además, permite usar sin problemas gafas y audífonos al hacer desaparecer la zona de contacto con el puente nasal y las orejas. Otra ventaja de esta mascarilla es su fácil colocación y que al ser modular en caso de rotura sólo hay que cambiar la pieza y no toda la mascarilla, como sucede en la actualidad.
En declaraciones a Voces de Cuenca, Alicia Muñoz ha señalado que la idea partió de María de la Sierra, que “quería hacer un proyecto sanitario para su trabajo de fin de master de Ingeniería de Diseño Industrial en la Universidad Politécnica de Madrid. Al principio estuvo pensando hacer alguna prótesis pero luego vio que su abuela llevó CPAP mucho tiempo, y como te destroza la cara, pues se orientó a mejorar las mascarillas para que al resto de usuarios no les pasara”.
Así, se pusieron manos a la obra y tras ver cientos de imágenes de caras y hacer cuestionarios entre los enfermeros, comenzó la parte del diseño. “Ella iba diseñando en el prototipo y me lo iba enseñando según avanzaba y yo le iba ayudando en la parte práctica sobre qué era lo que necesitaba la mascarilla”, relata Muñoz.
Ambas se conocieron cursando Educación Secundaria Obligatoria en Las Benitas y se separaron en el Bachillerato, una fue al IES Alfonso VIII y otra al IES Hervás y Panduro. Alicia Muñoz, de 24 años de edad, ya cuenta en su currículum con el Grado Superior de Imagen para el Diagnóstico (técnico de rayos) y el Grado de Enfermería en la UCLM en Cuenca; mientras que María de la Sierra González tiene 25 años y ya ha terminado el Grado en Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo de Producto en la Universidad de Valladolid y el máster universitario en Ingeniería de Diseño Industrial (UPM). Por cierto, esta mascarilla fue su trabajo de fin de master, por el que obtuvo una matrícula de honor.
Ahora han ganado la fase nacional de este concurso, dotado con un premio de 2.200 euros. Se celebra en 27 países, y entre los ganadores se eligen 20 proyectos para la final internacional. Todos los finalistas internacionales tendrán un premio de 5.500 euros, y luego hay dos premios de 35.000 euros, uno para el ganador internacional y otro para el Premio a la Sostenibilidad. Muñoz señala que “la patente la presentamos el año pasado, no es algo que hayamos hecho ahora por el coronavirus. La mascarilla está hecha desde principios de 2019 y en julio de ese año fue cuando la presentamos para ver si nos concedían la patente, y hasta julio de este año no nos la han concedido”.
