El pasado 31 de enero, Voces de Cuenca publicó un mapa y una tabla mostrando qué zonas de la ciudad habían ganado población y cuáles las habían perdido, siguiendo los datos del Censo de Población y Viviendas de 2023 publicado por el Instituto Nacional de Estadística.
Con dichos datos se podía observar que las zonas que más población ganaron entre 2021 y 2023 fueron la de la iglesia de La Paz y Cerro Molina (68 censados más), San Antón y Universidad (50), y Cañadillas-Cerro de la Horca (40), cuyo nombre será Cerro de la Estrella en un futuro próximo. Por otro lado, las zonas que más gente perdieron en estos dos años fueron el Pozo de las Nieves (79 censados menos), Parque de Europa-Santiago Grisolía (79) y Avenida del Mediterráneo-Joaquín Turia (72).
Pero los factores que determinan a qué se deben estas fluctuaciones no son siempre claros. Las necesidades individuales de cada vecino es lo que más les mueve a la hora de tomar decisiones.
Por ejemplo, el precio de los inmuebles, tanto para alquiler como para compra. Si fuese un factor determinante, el barrio de los Tiradores no habría perdido casi un 4,50% de habitantes en dos años, ya que tiene los precios de compra más baratos para las casas de la zona. Por otro lado, según afirman desde la asociación de vecinos del Cerro de la Estrella, aunque las viviendas de nueva construcción tienen un precio elevado, «ya están muchos vendidos», suponiendo que «fácilmente, de aquí a unos años van a entrar unas 200 familias más».
Estos precios, además, también fluctúan incluso dentro de la misma zona. Por ejemplo, tomando como referencia un piso en el centro de Cuenca en las plataformas Idealista y Fotocasa, un piso de tres habitaciones en la calle Colón puede costar menos de 100.000 euros, entre 120 y 140 mil en Doctor Galíndez, Colón y Carretería, o subir a más de 250 mil euros junto a la Diputación o en la Plaza de la Constitución.
Por ello, parece que se tiene en cuenta otros factores a la hora de mudarse dentro de la ciudad. Por ejemplo, la tranquilidad. Tanto desde el Cerro de la Horca como desde San Antón valoran que uno de los aspectos positivos de estas zonas es la tranquilidad con la que se vive.
Además, también coinciden en lo bien conectados que están con el centro u otros servicios. Eso sí, el Cerro de la Horca siempre necesitando el coche y San Antón pudiendo caminar o acercándose a una parada de autobús. Otra de las cosas que tienen en común y que comentan desde las Asociaciones es la participación vecinal y la colaboración que se dan en ambas zonas.
Justamente es las conexiones mediante transporte público una de las necesidades que sí echan en falta desde este barrio a las afueras de Cuenca. Otra de las diferencias es el aparcamiento, porque, mientras que en el Cerro de la Horca afirman que hay mucha capacidad para poder dejar el coche, en San Antón es todo lo contrario, sumando además el problema del parking que gestiona una empresa privada y que, según afirman los vecinos, no da el servicio que necesitan los residentes.
Ahora bien, ambas asociaciones vecinales coinciden en que faltan servicios dentro del propio barrio. En San Antón tan solo hay dos pequeñas tiendas y en el Cerro de la Horca «para comprar el pan necesitas media hora, porque o vas andando a alguna tienda del centro o coges el coche para ir a un supermercado, pero media hora pierdes porque no tenemos ninguna tienda», afirman.
Eso sí, aunque ganen población, también tienen necesidades. Por un lado, en San Antón reivindican la reparación de un muro y la eliminación de un basurero ilegal, además de solicitar el parque infantil y con máquinas de ejercicio para ancianos «que se nos prometió hace tiempo», al igual que la reapertura del Alfar. Relacionada con este espacio cultural es la reivindicación del Cerro de la Horca que, junto a conexiones de transportes públicos y comercios, echan en falta un centro cultural en el que los cada vez más vecinos puedan desarrollar actividades.
En cuanto al perfil de personas que se deciden a trasladarse a estos dos barrios, es parecido y a la vez distinto. Al Cerro de la Horca, según afirman desde la Asociación de Vecinos, se están mudando, en general, personas de entre 30 y 40 años, con familia o con ideas de formarla. Esto mismo sucede en la zona de la Universidad, aunque no en San Antón (ambas unidas en el registro censal), ya que este barrio, sobre todo, se nutre de estudiantes universitarios que van y vienen cada año, aunque también hay familias que se trasladan ahí.
Zonas que pierden
Por otro lado, hay zonas de la ciudad que pierden habitantes, como es el caso del Pozo de las Nieves que, pese a su cercanía con el centro y con prácticamente todo tipo de servicios comerciales, ha perdido 79 personas censadas en dos años.
Vecinos de la zona comentan que se debe, en esencia a dos factores principales que, en su opinión, pueden ser extrapolables al resto de las zonas en la misma situación: la falta de trabajos y la subida en los precios de los alquileres, algo generalizado en todo el país.
Comentan que en el pozo «antiguo» solían vivir multitud de familias de fuera de España y que se quedaron en el barrio mientras había facilidades para encontrar un empleo. Pero, conforme el precio ha ido subiendo y la dificultad para trabajar ha aumentado, se han ido de la ciudad.
En resumen, y como se dijo al principio, parece que son las necesidades individuales o familiares de los habitantes de Cuenca lo que más motiva los cambios en la demografía local. La cercanía al trabajo, a un colegio o la tranquilidad afectan entre los factores internos, además de las oportunidades de trabajo fuera de la ciudad o el envejecimiento de la población como factores externos.