El lunes se presentó la 59ª Semana de Música Religiosa de Cuenca, rediviva después de dos años de parón por causa de la pandemia. Un festival que ocupa un lugar destacado en el ámbito cultural de nuestro país, siendo el cuarto más antiguo de España, y que siempre ha marcado una nota predominante de calidad en su programación. Y lo hace bajo la dirección artística de Daniel Broncano, debutante en estas lides, que ha puesto toda su ilusión y empeño en un programa innovador, en algunos casos rompedor, que nos trae de vuelta un festival al que todos los conquenses, melómanos o no, echábamos de menos por lo que supone de ocasión para poder presenciar conciertos de calidad y de proyección de nuestra ciudad en el panorama cultural patrio.
– Habéis presentado tu primera edición al frente de la Semana de Música Religiosa. ¿Qué ha supuesto toda esta génesis y los propios actos de presentación de la Semana?
La presentación supone la muestra al público de un trabajo que se lleva haciendo desde hace mucho tiempo, que supone tener ideas, trabajar en ellas y descartar muchas, ya que cuando presentamos 18 conciertos significa que se han indagado 50 ó 60. La presentación es un momento súper emocionante porque es el momento de quitarle el celofán a algo en lo que llevo trabajando desde el mismo día en que me encargaron la dirección artística del festival.
– Especialmente emocionante también por lo que supone de vuelta después de dos años de parón por la pandemia.
Totalmente. Ya hablamos que en cuanto contactabas con cualquiera que pudiera estar involucrado en la Semana se veía el grado de expectativa e ilusión que había en torno al festival. En este periodo final de cara a la presentación ha habido muchas ganas también unidas a la Semana Santa, porque yo creo que va a haber un momento en Cuenca en que el mundo va a volver a rodar. Pienso que la SMR es la guinda de la base fundamental que es la Semana Santa y que la SMR la complementa y le añade algo que no hay en ningún otro lugar, por eso para nosotros es fundamental que la Semana Santa se pueda llevar a cabo, como parece, y comparto la alegría de la Junta de Cofradías de que parece que ambas se van a poder tener lugar.
– Tú te hiciste cargo de la dirección artística del festival en el mes de julio, así que has tenido sólo seis meses para organizar una nueva edición. ¿Está condicionada por esa premura de tiempo o realmente en estos seis meses has terminado haciendo una Semana de la que estás plenamente satisfecho?
Nos sentimos plenamente satisfechos porque lo cierto es que desde 2020 todos los gestores culturales hemos aprendido a trabajar tres veces más rápido de lo que lo hacíamos antes, la pandemia nos ha entrenado en tener un plan A, a la vez un plan B y si éste falla un plan C, y de verdad que tanto programadores como artistas trabajamos más ágiles en cuadrar las cosas. Esto es algo general, lo dice todo el sector cultural. Para el año que viene, que es la sexagésima edición, esperamos hacer algo más especial, pero estamos muy contentos de lo que hemos preparado para este año porque nos hemos dado mucha prisa desde el principio para hacer algo digno de este retorno. La necesidad nos ha hecho trabajar más rápido pero no ha ido en detrimento en absoluto de la calidad del festival.
“Pienso que la SMR es la guinda de la base fundamental que es la Semana Santa y que la SMR la complementa y le añade algo que no hay en ningún otro lugar”
– ¿Cómo definirías esta edición de la Semana?
En parte histórica por la vuelta del festival después de dos años y creo que hay ciertas novedades que son parciales, porque la Semana tiene tal historia y ha abarcado tal cantidad de cosas que se ha hecho prácticamente de todo. La base sigue siendo la misma pero añadimos ciertos componentes, estilos de música que a veces se han bordeado pero que ahora están frontales como el flamenco, con el concierto de Mayte Martín, hay un concierto de blues y espirituales negros con Barbara Hendricks, hay meditaciones musicales, va a haber musicoterapia en la Cuaresma musical, son pequeños componentes que van a ensanchar el caudal de la SMR. También con las localizaciones, como la iglesia de San Juan Bautista de Alarcón con las pinturas murales de Jesús Mateo o la colaboración con Uclés. Estamos contentos de hacer gala de las coordenadas y la base de la Semana a la vez que ensanchamos y añadimos pequeños componentes al programa.
– ¿Está edición es en cierto modo revolucionaria? Porque tengo la impresión de que esta edición va a más allá de lo que había sido hasta ahora la SMR.
Sí, el festival lo inaugura la Compañía Nacional de Danza con In Paradisum, que reflexiona sobre la espiritualidad y religiosidad en el mundo actual, precedidos por María Rodés, que es una cantautora cuyas letras son muy místicas. Tenemos cine musical con El Evangelio según San Mateo de Pasolini. Creemos que hay que atraer a más tipos de público a la Semana, incluso más público joven. Revolucionaria no sé si es, desde luego no premeditadamente pero sí que esperamos que tenga un lavado de cara y que provoque ganas de ver qué pasa aquí.
– Cuando te hablaba de una semana revolucionaria pensaba también el cartel anunciador de la SMR de este año. Es un cartel que lanza un mensaje de que aquí hay cosas que han cambiado.
Sí, esto sí que fue intencionado. Históricamente la cartelería de la Semana es maravillosa, ha sido magnífica, pero pensábamos que esta era una buena ocasión para añadir rostros humanos y el cartel está basado en el rol místico de los propios músicos, aparecen varios rostros musicales actuando y luego un desdoblamiento que es la parte mística, casi sacerdotal que supone tocar música y llegar al alma de los demás. Es un cartel que está configurado para que se pueda usar en muchos formatos y buscamos que sea instantáneo, colorido y que diga, sí, que aquí estamos y que después de dos años de parón queríamos reiniciar con chispa.
“Estamos contentos de hacer gala de las coordenadas y la base de la Semana a la vez que ensanchamos y añadimos pequeños componentes al programa”
– Hay nombres realmente muy sonoros que uno difícilmente cuando le hablaban de la SMR hubiera pensado que estarían, Por ejemplo Paquito D’Rivera o la misma Barbara Hendricks, que no viene con un programa lírico sino con blues y espirituales negros, y también hay flamenco. ¿Crees que el público más clásico puede ver con ciertas reservas el festival?
Yo trabajo con la ilusión de que le guste a cuanta más gente mejor y por cómo ha comenzado la venta de entradas creo que no va a haber ningún problema. Por un lado hay un gran repertorio canónico con la Misa en Si menor de Bach o la Misa de la Coronación de Mozart, viene Single Pur, que es un conjunto vocal alemán buenísimo, está José Hernández haciendo canto llano y gregoriano, así que hay cosas que son obviamente religiosas. Pero a la vez hay cosas como Mayte Martín o Barbara Hendricks con las que abordamos la religiosidad de una forma diferente. A la primera yo le pedí que nos contara en Cuenca qué es sagrado y ella me dijo que su conexión con el flamenco es religiosa y que el resto de las cosas las contestaría en el escenario. En el caso de Barbara Hendricks muchos espirituales negros son cantos de alabanza, tienen letras muy religiosas. En el caso del trompista Felix Klieser, que nació sin brazos, quien venga al concierto se dará cuenta de que su superación es tan inspiradora y que su ejemplo aporta una gran dosis de positividad. Creo que la gente va a disfrutar y va a entender lo que hacemos, los que son acérrimos de los conciertos clásicos convencionales y los que no han ido nunca y van a ir viendo las nuevas propuestas que hacemos, espero que la gente interprete para bien que lo que hacemos es maravilloso.
– Me ha llamado la atención en el programa una actividad de senderismo musical. ¿Qué es exactamente esto?
Este es un formato que hemos hecho en Música en Segura y que conforme he ido conociendo Cuenca me fascina poder hacer aquí. Poder ver el casco histórico, ver los buitres, el río, dar dos pasos y estar en un entorno natural extraordinario con las hoces y combinarlo con la música me parece algo maravilloso. Va a actuar un cuarteto vocal femenino que se llama Egeria, que hacen música de la Edad Media y cuyo nombre proviene de una mujer romana del siglo IV llamada así que era viajera, escritora, pensadora y música, y van a interpretar la música que se encontraban los peregrinos y los cruzados de camino a los lugares santos. Se va a salir del Castillo por el sendero del Hoz del Júcar y va a ser un paseo de dos horas y media salpicado de actuaciones musicales, un grupo de 90 personas que irán haciendo distintas estaciones donde el cuarteto cantará, y así durante dos horas y media. Para mí Cuenca es un lugar muy inspirador y creo que va a resultar muy bien.
– Y encima el Viernes Santo, el día más emblemático de esta ciudad a lo largo del año.
Esta es la base de la SMR, ofrecer estos momentos musicales complementando la propia Semana Santa. Obviamente hay días como el Viernes Santo en el que hay procesiones durante todo el día y estas actuaciones van complementado lo que se vive ese día en Cuenca.
– ¿Qué receptividad has encontrado en el mundo de la música cuando te has puesto en contacto con ellos para proponerles participar en la SMR?
La verdad es que ha sido la parte más fácil de todas, invitar a artistas o cuajar relaciones con espacios, y pongo el ejemplo de las pinturas murales de Alarcón. Jesús Mateo estuvo desde el principio muy ilusionado con esta idea e incluso con la intención de que sea algo habitual a partir de ahora en la Semana hacer un concierto en la iglesia de San Juan Bautista. Igualmente ha pasado con los artistas, desde la compañía nacional de danza, que están contentísimos de actuar aquí, a la Orquesta y Coro Nacional de España, pasando por todos los artistas anunciados en el cartel. Este festival es patrimonio cultural de nuestro país y el propio festival después de 60 años forma parte fundamental de nuestra historia cultural y eso se nota porque todo el mundo respeta y admira el festival y tiene mucha ilusión por venir. Esto es la primera vez que me pasa, representar a un festival que tiene ese grado de prestigio construido a lo largo de las décadas.
“Este festival es patrimonio cultural de nuestro país y el propio festival después de 60 años forma parte fundamental de nuestra historia cultural”
– Me decías que las entradas ya están disponibles y por lo que me dices a buen ritmo de venta. Dinos dónde y cómo se pueden adquirir.
El ritmo de ventas va bien, estamos contentos. Las entradas se pueden adquirir en www.smrcuenca.com y más adelante habrá venta en el Auditorio. Hemos decidido que las entradas este año sean más asequibles que antes porque pensamos que este es un festival con muchísimo apoyo público y que tiene que ser accesible a cuanta más gente mejor, por eso las entradas de los conciertos del Auditorio, que en otras ediciones llegaban a costar 40 euros este año como mucho van a costar 30. A la vez nos parece importantísimo que haya cada vez más caras jóvenes en los conciertos y hemos hecho un descuento del 50% en todas las entradas y abonos. Hay descuentos para los amigos del Auditorio de Cuenca, para los amigos de la Catedral, en definitiva formas para que en general la ciudadanía de Cuenca participe más en el festival. En cuanto a los abonos hay tres tipos: un abono completo para todos los conciertos del festival, otro para los del Auditorio y un tercero que está pensado para gente que visita Cuenca de Miércoles Santo a Domingo de Resurrección que hemos llamado abono Pasión.
– ¿El día 17 de abril cuando termine el concierto de La Ritirata qué es lo que a ti te gustaría que hubiera pasado durante los once días que dure el festival para sentirte realmente satisfecho?
Como gestor cultural tengo claro que el primer termómetro y el primer parámetro para medir el éxito de algo es la afluencia de público, trabajamos para traer gente a los conciertos y espero que haya lleno en cuanto más mejor. Esto hay gente que no está de acuerdo pero yo lo veo así, los conciertos tienen que estar llenos por eso se hacen con dinero público y tantas instituciones los apoyan y trabajamos mucho para que el festival de difunda lo máximo posible. En segundo lugar está el disfrute de ese público, primero hay que atraer al mayor número de público posible y luego hay que intentar que la gente disfrute, que se emocionen. Estos dos componentes, la afluencia del público y su grado de satisfacción para mí son el motor de un festival y a partir de ahí viene todo lo demás, la crítica, la evaluación de los patronos y espónsores, etc…, pero para quien trabajamos es para el público.