Por tercera semana consecutiva los niveles de SARS-CoV-2 en las aguas residuales de la ciudad de Cuenca se mantienen estables. El informe VATar COVID del Ministerio para la Transición Ecológica correspondiente al periodo comprendido entre el 18 y el 24 de abril detecta una leve bajada de 0,30 micras, una variación que en la categorización del proyecto se marca como «estabilidad», como todas las comprendidas en el rango que va de -0,40 a + 0,40.
Cada semana se recogen muestras de la depuradora de la capital conquense y se analiza si en ellas hay restos (no infectivos) del coronavirus y en qué magnitud. Una tarea que sirve para anticipar cómo evoluciona la pandemia en el término municipal ya que, antes de que aparezcan los primeros síntomas o de que un test confirme el contagio, las aguas fecales que circulan de los inodoros hasta la EDAR ya contienen la información necesaria para detectar casos.
Tras una semana de aumento y otra de aumento significativo a finales de marzo e inicios de abril, en las tres últimas semanas la tendencia muestra un freno y apunta a un descenso. No obstante, los últimos resultados hay que observarlos con más precaución porque tanto en el día en el que se tomaron las muestras como en la víspera llovió en la ciudad (0,8 y 1.8 respectivamente), lo que podía haber disminuido ligeramente la cantidad de virus.
La de Cuenca es una de las 38 depuradoras de toda España en la que el Ministerio analiza las aguas para rastrear el virus. En comunidades como Madrid y Cataluña también cuentan con su propia red de análisis y en Castilla-La Mancha la Fundación Eurocaja Rural y Aqualia han impulsado también un proyecto similar.
En las estaciones depuradoras más cercanas de la red ministerial la estabilidad es el resultado más generalizado. Es el veredicto en Guadalajara, La Gavia (Madrid), Torrejón de Ardoz (Madrid) y Pinedo I (Valencia). En Móstoles se advierte una disminución mientras que en Albacete hay aumento.
