«Son necesarios muchos más tests de los que se hacen para evitar rebrotes»

Entrevista con Fran Pulido, médico del Servicio de Urgencias del Hospital Virgen de la Luz y afectado por coronavirus

Fran Pulido es médico y está combatiendo la enfermedad desde una doble vertiente, la profesional como facultativo del Servicio de Urgencias del Hospital Virgen de la Luz y la personal como paciente que ha padecido el coronavirus durante varias semanas. Ahora, de vuelta a la actividad Pulido analiza el proceso que ha seguido la enfermedad del COVID-19 y cómo podemos afrontar las siguientes fases de la pandemia.

Lo primero es preguntarle qué tal se encuentra.

Me encuentro bien, afortunadamente, aunque todavía con cierta debilidad, algo que forma parte del proceso de recuperación de la enfermedad y del estar recluido en casa sin poder hacer deporte.

Usted ha pasado la enfermedad del COVID-19 y por tanto se ha enfrentado a esta pandemia como médico del Servicio de Urgencias del Virgen de la Luz y también como afectado, ya que estuvo aislado y dio positivo por coronavirus.

Sí, desgraciadamente mi enfermedad llegó al principio de la pandemia, tengo la sensación de que en la guardia del famoso domingo 8 de marzo me contagié y empecé con síntomas el día 12. Eso hizo que la primera parte de la pandemia, que fue el momento más duro que se vivió en las Urgencias, yo desgraciadamente no pudiera ayudar a mis compañeros porque estaba luchando contra la enfermedad. Afortunadamente no tuvieron que ingresarme pero aun así en casa lo pasamos regular. La verdad es que al principio yo creí que era una gripe pero luego me di cuenta de que no era así porque estaba muy cansado, no terminaba de mejorar y además me afectó mucho al sistema digestivo, me hizo perder mucho peso y sentirme muy débil. Poco a poco me he ido recuperando y hace días que pude ya volver al trabajo pero la sensación es como si te hubiera pasado un camión por encima.

“Ha habido una gran improvisación y una falta de saber hacer las cosas y a las pruebas me remito, somos el país con mayor mortandad por millón de habitantes y el país que tiene más enfermos en el campo sanitario”

¿Qué ha supuesto para un facultativo de Urgencias como usted una alerta sanitaria como la que estamos viviendo?

Yo he vivido alertas sanitarias en varias ocasiones. Cuando era presidente del Colegio de médicos me acuerdo cuando empezamos a hablar de la gripe aviar, de la fiebre porcina, de la gripe A, y eran alertas que sí que veíamos casos pero no acababan de materializarse. En esta en concreto yo creo que nos han engañado porque la información que nos estaba viniendo en noviembre o diciembre con la situación que había en China nos decía que era como una gripe que afectaba fundamentalmente a personas mayores. Desgraciadamente cuando la pandemia ha llegado a nuestro territorio y la hemos visto directamente la sensación que tienes es que nos habían engañado y esto no era lo que nos estaban diciendo que estaba ocurriendo y que esta enfermedad es mucho más grave que una gripe. Eso no quita para que no se hubiesen tomado las medidas oportunas, porque una cosa es lo que sabemos, aunque seamos médicos, y otra cosa es lo que se estaba diciendo por debajo y que había gente muy experta que sabía que esto no era una gripe normal y corriente. Desde ese momento ha habido una gran improvisación y una falta de saber hacer las cosas y a las pruebas me remito, somos el país con mayor mortandad por millón de habitantes, el país que tiene más enfermos en el campo sanitario y eso es porque no se han hecho bien las cosas ni a nivel nacional ni a nivel autonómico.

¿Qué ha sido lo más frustrante que ha vivido usted como médico durante estas semanas?

Lo más frustrante ha sido la sensación de que nos estaban engañando y que nos decían que había equipos para protegernos y no había, que teníamos respiradores y lo que teníamos eran ventiladores de mala calidad que ya no se utilizaban desde los años ochenta y la sensación de que nos estaban tomando el pelo porque no eran capaces de tomar decisiones oportunas. El tema de los tests es sangrante, si la respuesta con los tests hubiera sido masiva se hubieran evitado muchas muertes, pero es que hasta hace quince días no se hacían tests en las residencias de ancianos, por ejemplo.

Hablando con otros profesionales de la medicina me decían que los cuadros que se presentaban en los enfermos que acudían a los hospitales eran tremendos, que se enfrentan a un enemigo desconocido y con un comportamiento terrible en algunos casos.

Efectivamente, hemos visto neumonías que yo hacía años que no veía. Me acuerdo de la época del SIDA, que fue cuando yo acabé la carrera y empecé a trabajar, y en aquella época se veían unas neumonías parecidas pero no tan agresivas como estas. En esta enfermedad hemos visto esas imágenes que hacía mucho tiempo que no veíamos. Hemos visto gente que entraba y que tenía tos y fiebre y a las 48 horas había fallecido. Es una enfermedad que hemos visto que afecta a muchos órganos, no sólo al pulmón sino también al corazón, al tubo digestivo, al sistema nervioso, al cerebro, a la piel…., y junto a eso hemos visto gente que venían desde el mes de enero con tos y fiebre y visto con distancia creo que estaban pasando el coronavirus pero con síntomas leves, o sea que vemos los dos extremos, gente que lo pasa como un cuadro catarral o que ni se enteran de los síntomas y la gente que desgraciadamente ingresan en la UCI y no salen de allí.

Además en es una enfermedad que tiene un proceso muy largo de curación.

Sí, sobre todo los del grado más grave tienen un proceso bastante largo, incluso mes y medio o dos meses, si bien es cierto que ahora mismo la ciencia ha avanzado y los equipos de investigación están haciendo una buena labor, lo que hace que cada día se conozca más de esta enfermedad y se estén aplicando medidas mucho más eficaces que las que se aplicaban a principios de marzo. Eso permite un aumento de la supervivencia y que muchos enfermos que estaban en la UCI durante mucho tiempo puedan poco a poco ir saliendo.

“Lo más frustrante ha sido la sensación de que nos estaban engañando y que nos decían que había equipos para protegernos y no había, que teníamos respiradores y lo que teníamos eran ventiladores de mala calidad y la sensación de que nos estaban tomando el pelo porque no eran capaces de tomar decisiones oportunas”

¿Después de este periodo de confinamiento como está la situación en las Urgencias y, por lo que usted sabe, en general en el Hospital Virgen de la Luz?

Ya digo que yo, desgraciadamente, al inicio de la pandemia fui de los primeros que caí y no viví en primera persona esos quince o veinte días de eclosión de la pandemia en los que todo el hospital se volcó con el coronavirus, pero eso ha ido menguando y el hospital ahora mismo está bien, nosotros en Urgencias no estamos con la presión asistencial que hubo en esos primeros momentos y estamos empezando a ver más enfermos de otras patologías y el único problema que hay, entre comillas, es que los enfermos por coronavirus siguen ocupando un gran porcentaje de camas de UCI porque como decía el periodo medio de estancia en UCI de estos enfermos es grande.

¿Siguen llegando casos graves de coronavirus a Urgencias?

Muchos menos que antes pero todavía se ven, gente joven incluso, pero ya digo que el tratamiento hemos logrado encauzarlo mejor y vemos que los enfermos con ese tratamiento van mejorando y muchos no requieren la ventilación como antes. Únicamente esperar que no se produzca el rebrote que se dice que puede haber.

¿Es usted optimista de que se pueda ir alcanzando una cierta normalidad a través de tratamientos o de la obtención de una vacuna y no sólo a través del aislamiento?

Sin duda el aislamiento es necesario para no contagiarnos pero una vez que te has contagiado es necesario tener esa medicación que te ayuden a superar la enfermedad. Afortunadamente los equipos científicos de todo el mundo están conectados y se facilitan las cosas para progesar en esta lucha. Yo creo que vamos a tener antes tratamientos para los casos graves que la vacuna, que los más optimistas la fechan a comienzos de 2021 pero que no tenemos la seguridad de que vaya a ser así.

Estamos viendo como en los últimos días las cifras de fallecidos en Cuenca han subido de una forma importante el número de fallecidos. ¿A qué cree que es debido esto?

Yo creo que los servicios públicos de salud y epidemiología son los que tienen la mayor información para explicar esto, pero sí es cierto que entre los profesionales comentamos que no es que estén falleciendo más por la enfermedad sino que están falleciendo más personas con la prueba hecha y con positivo. Antes muchos morían en sus casas o en residencias y como no se les había hecho la prueba la causa oficial del fallecimiento era otra, actualmente, y sobre todo a las personas mayores en las residencias, se les están haciendo esos tests y se ve que hay muchos positivos de los cuales, desgraciadamente, un porcentaje fallece y ya sí se contabiliza como muerto por coronavirus. Yo tengo la sensación, aunque no lo pueda asegurar categóricamente porque no tengo los datos en la mano, de que el aumento de fallecidos no es tal sino que simplemente ahora se diagnostica más porque se hacen más tests.

-Se está hablando ya de la desescalada y de un paulatino final del confinamiento. ¿Cree que se dan las condiciones necesarias para afrontar este proceso?

Yo creo que todo se reduce a lo mismo, que ha sido la causa de la imprudencia y de la temeridad de este gobierno, que es la falta de tests. Habría que estar haciendo muchísimos más tests semanales de los que se están haciendo y al no tener estos tests no conocemos cuál es exactamente la incidencia y la prevalencia de la enfermedad en la población, y sin ese dato no sabemos si tiene que salir más gente o menos gente, se está actuando como lo hacían nuestros antepasados ante una peste. Hay herramientas para actuar de forma más científica pero no las estamos aplicando y tengo la sensación de que se está actuado un poco a ver qué pasa. En cualquier caso lo que sí quiero transmitir a la población es que sea sensata y que tenga todavía el respeto debido a esta enfermedad porque en este proceso de desescalada se puede tener la impresión de que ya está superado el problema pero cuidado porque nos podemos encontrar con un rebrote en el que todavía no tengamos esos tratamientos o vacunas para controlarlo. Y cuidado también porque los hospitales siguen teniendo las UCIs con mucha gente todavía y si hay un rebrote nos encontraremos con que nos vuelven a faltar respiradores, con que tenemos que decidir a quién se le pone y a quién no y eso es muy, muy, muy duro para un profesional sanitario.

“Habría que estar haciendo muchísimos más tests semanales de los que se están haciendo y al no tener estos tests no conocemos cuál es exactamente la incidencia y la prevalencia de la enfermedad en la población”

¿Qué recomendaciones da para cuando se pueda salir a la calle a realizar actividades que ahora están prohibidas?

Yo creo que los ciudadanos lo que tenemos que hacer es reclamar ya al Gobierno de España que de una vez por todas nos haga los tests para evitar rebrotes y en función de esos tests se verá que una gente será inmune, otros no lo habrán pasado y otros serán asintomáticos pero todavía lo tendrán. La recomendación es utilizar la cabeza y el sentido común, evitar las aglomeraciones, llevar mascarillas, aunque sean quirúrgicas, porque atenúan muchísimo el contagio, lavarse las manos, no tocarse la cara, utilizar productos que desinfecten. No puede ser que se vean imágenes como las que se vieron el domingo con los niños jugando juntos y los padres hablando en grupo, eso es una bomba de relojería que puede explotar de nuevo.

Cuando uno es médico y sufre una enfermedad tiene mucha más información que la que tiene un profano en medicina. ¿En este caso eso fue mejor o peor, sabiendo a lo que se enfrentaba?

En mi caso personal reconozco que soy muy frío e intento ser racional pero esto es como todo, las enfermedades a unas personas les afectan de una manera y a otras de otra. Yo no sé si porque trabajo en Urgencias me he hecho como una especie de escudo y lo he afrontado con tranquilidad, viendo que sí que tenía la enfermedad pero sin las complicaciones graves de otros y nunca llegué a pensar que tendría que acabar en una UCI.

¿Esta enfermedad nos va a cambiar la vida para mucho tiempo o se va a poder volver a la normalidad pronto, a estar con la familia, con los amigos, a tomar una caña, a ir a un espectáculo?

Yo creo que esta pandemia ha dejado en España tres grandes crisis, la sanitaria, la económica y la política. La sanitaria yo estoy convencido que lo superaremos y se encontrarán los medicamentos oportunos para tratar la enfermedad y que se encontrará la vacuna  porque, eso sí, yo soy de los que cree que el coronavirus ha llegado para quedarse y que, como ocurre con la gripe, cada cierto tiempo tendremos oleadas de la enfermedad aunque más atenuadas. La económica es mi gran temor porque la actuación general ha sido muy mala y ya se está hablando de perder hasta un 23% del PIB, que son palabras mucho mayores, y a lo mejor no es que no podamos hacer determinadas cosas por una cuestión sanitaria sino porque nuestra economía no nos lo permite. Y en cuanto a la política creo que este gobierno no ha enclaustrado durante más de 45 días y parece que no pasa nada, hay una intención de cercenar la libertad de opinión y expresión. ¿Si la vida va a volver a ser igual? Yo espero que así sea pero tenemos esos tres hándicaps, el sanitario, el económico y el político que no sé si al final vamos a poder reconducir con el gobierno que tenemos.