Las consecuencias de que el edificio de la Fundación Sánchez Vera, situado en la calle de Los Tintes nº41, se haya declarado «en ruina física inminente» no se han hecho esperar. Su demolición está en marcha para salvaguardar la integridad física de las personas, según la orden de 23 de noviembre decretada por el Ayuntamiento. Los Servicios Municipales de Disciplina Urbanística y de Bomberos acreditan grietas en cargaderos y jambas de puertas de acceso, desprendimientos generalizados del revestimiento de la fachada, deficiente sistema de recogida de aguas pluviales y proliferación en aumento de vegetación en los cerramientos. Con el derrumbe se da al traste con casi 100 años de historia.
Pablo García, concejal de Cuenca en Marcha, resume en Voces de Cuenca el expediente del técnico de Cultura del Ayuntamiento Vicente Fernández Campillo que relata los avatares del inmueble desde que el Ayuntamiento lo obtuviera en septiembre de 1939. En torno a los años 50 se convierte en vivienda, pero no social, de hecho, uno de los residentes allí fue Fidel Cardete, director de la Casa de la Cultura. Los almacenes de limpieza del Ayuntamiento estuvieron allí en los años 80-90. En 2009 ya estaba el edificio totalmente vacío y abandonado, por eso, la Fundación Sánchez Vera solicita la cesión con el fin de crear una Fundación para usos culturales, aunque lamenta que «nunca echó a andar».
Su compañera de partido entonces, Ana Cruz, puso como condición para poner en marcha la Fundación hacer una memoria de actividades culturales que se incorporaran al expediente, pero asegura que «no se cumplió». Posteriormente, se pidió la reversión de la cesión por incumplimiento de las condiciones y así poder actuar en su rehabilitación, dentro del Plan Especial de Protección del Centro Histórico de Cuenca. Tras encargar un estudio y aprobar una moción en febrero de 2018, meses más tarde el edificio se declaró en «ruina económica», pues resultaba más cara la rehabilitación que la demolición. Entonces se valoró el importe que suponía derruirlo y se dividió en 10 partes que se tradujeron en 10 multas coercitivas cada mes, sin embargo, en 2022 se impuso la primera y en agosto de 2024 la séptima, siendo causa del retraso la «carga de trabajo en el servicio de disciplina urbanística».
El concejal García también ha recordado el informe de Patrimonio remitido por la Junta que obliga a conservar la fachada como servicio cultural de acuerdo con el Plan de Protección. «No les gustó porque encarecía la operación y los técnicos han dejado pasar el tiempo en vez de actuar, veremos las opciones de recurso», ha advertido. No entiende que en 2023 se aprobara dos veces una moción socialista para su conservación y ahora voten lo contrario. «El Ayuntamiento debía reivindicar la propiedad del edificio y asumir las consecuencias de no cumplir con la conservación de la fachada, así como obligar al resto de propietarios a cumplirlo», ha expresado.
«Es una lástima que se haya dejado estropear así»
En cuanto a sus características arquitectónicas, se trata de un edificio típico de los años 30 que pronto cumplirá el centenario y, en opinión del político, podría entrar en cualquier catálogo de bienes a proteger. Donde lo incluyeron en 2022 fue en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra y que recoge más de 1.100 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.
Según describe la asociación, es un edificio popular de viviendas de construcción tradicional realizada con piedra, cal y madera con tejas de barro cocido y elementos de hierro, situado dentro de los limites de la zona declarada Patrimonio de la Humanidad en 1996; de gran importancia por su singular arquitectura modesta conquense y por su ubicación junto al río Huécar, por fuera de la Ciudad Alta, como enlace entre esta y la histórica Ciudad Baja; el único edificio en Cuenca con este estilo de fachada policromada, simulando un aparejo de sillería; también cuenta con balcones con rejas de hierro de calidad.
Juan José Ramón Vindel, presidente del Colegio de Arquitectos de la demarcación de Cuenca, remarca a este periódico que el edificio tiene un nivel de protección 4 según el Plan del Centro Histórico mencionado y está situado en un espacio urbano de carácter «notable». Desvela que en la ficha del año 79 se indica que se encuentra en «mal estado» y «aparentemente mal conservado» al referirse al bien inmueble que data del siglo XIX.
Vindel reconoce que el entramado de madera rellena de yeso y los sillares indican que la construcción «no es muy noble», sin embargo, el policromado simulando aparejo de sillería y la rejería indican que dicha construcción «es buena». Considera que es «una lástima que se haya dejado estropear así y lo mínimo hubiera sido preservar la fachada». Así se pone punto final a la historia de Sánchez Vera, un edificio decimonónico de arquitectura popular o tradicional, que un día pudo ser foco cultural, pero nunca lo fue.
Declaraciones de Darío Dolz sobre el derrumbamiento de la fachada
Más información sobre la orden de demolición del Ayuntamiento