Presión social, festejos con mucha bebida y cada vez más femenino: radiografía del alcoholismo en Cuenca

Tres exadictos que ahora ayudan a otros a recuperarse, relatan la experiencia de la asociación Acoral y alertan sobre el nuevo perfil de afectado, jóvenes que consumen varias sustancias

La adicción al alcohol es una enfermedad no siempre visible, presente en todos los lugares y que puede afectar a todo tipo de personas. Pero en Cuenca tiene sus particularidades. Alcohólicos rehabilitados que ahora ayudan a otras personas sumidas en este problema, alertan sobre el nuevo perfil de adicto que acude a la sede de su asociación en Plaza de España, como jóvenes consumidores de varias sustancias y el aumento de mujeres, lamentan la dificultad de controlar los excesos de los menores en San Mateo y recuerdan la mayor presión social a la que se ven sometidos en los pueblos de menor tamaño.

José Fernández, Santiago Ruiz y Marciana de Jesús son parte de Acoral, la Asociación Conquense para Rehabilitación de Alcohólicos. Los tres antiguos adictos y José y Santiago, además, presidente y vicepresidente de la organización. Forman el núcleo de una organización que trabaja en la ciudad desde el año 1988 para dar “una nueva vida” a los afectados por esta enfermedad, en cuya oficina reciben de forma continua en busca de información, aunque un gran porcentaje se quede en el camino.

Con la resaca de San Mateo aún reciente, los tres llaman la atención sobre lo normalizado que está el consumo excesivo de alcohol en estos festejos, en especial entre los más jóvenes, y echan en falta alguna campaña de sensibilización en paralelo emprendida por las instituciones, como si se hizo en citas pasadas. “No ha habido ninguna campaña de que no se beba. Lo que pone en los trípticos que se dan en San Mateo es control con el alcohol”, señala Santiago, y remarca que “la fiesta no es alcohol solo”.

Aún así, invitan a disfrutar de los festejos, pese a lo difícil que es evitar antiguos malos hábitos. “Soy mateo, me he tirado, aunque parezca increíble, los cinco días de la vaca desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche en la plaza comiendo, bebiendo, lo que debo de beber, y bueno, a lo primero cuesta” reconoce José, por lo que pone el acento en la importancia de una buena recuperación. Si llega la tentación, destaca la importancia de “una retirada a tiempo” y afirma que “la disfruto a mi manera, sin consumir alcohol”.

La Asociación Conquense para Rehabilitación de Alcohólicos atiende a conquenses, vecinos de los pueblos de la provincia y también personas procedentes de otras regiones. Señalan como la causa principal, la presión social que se sufre en ciertos entornos, lo que obliga a buscar ayuda lejos de casa, como puede suceder en algunas localidades de menor población.

Marciana pone como ejemplo su caso como inmigrante y mujer que residía en un pueblo pequeño, Rubielos Bajos, y realizó su tratamiento en Albacete. “He estado tres años y poquísima gente sabía de mi tratamiento”, reconoce, y lamenta que “te sientes como vigilado, como perseguido, eso no te ayuda nada”. Pero añade con alegría, que aunque al inicio del proceso de recuperación “era horroroso”, ahora puede hablar de ello “con normalidad”.

Ella representa un nuevo tipo de tendencia que están observando desde la asociación, mujeres que por sus hábitos de consumo, normalmente menos visible, eran más difíciles de detectar. El vicepresidente de Acoral subraya que “con esto de la pandemia parece que se ha dado cuenta todo el mundo de que la mujer ha bebido a solas”, y la participante añade al respecto que “la sociedad nos crucifica porque no tenemos derecho de tener ningún tipo de adición”. A este respecto, apunta que la atención sobre esta enfermedad u otras relacionadas con la adicción está centrada en el hombre: “se cree que el alcoholismo es del hombre, la ludopatía es del hombre”.

Respecto a las reticencias de los adictos, el presidente remarca que cualquiera puede completar el proceso de rehabilitación, y pone como ejemplo sus experiencias personales: “Si yo he dejado de beber, cuando yo antes era un personaje público que a todas horas estaba por la calle tirado y dando mal ejemplo y me conocía todo Cuenca, puede dejar cualquiera. Y si esta mujer fuera de su territorio, fuera de su cultura, ha tenido las narices como para dejar de beber, lo puede hacer todo el mundo”.

Esta ayuda que prestan en la asociación consiste en un proceso de escucha y apoyo, en paralelo a la atención sanitaria y de servicios sociales. “Intentamos primeramente eso, que él se abra y cuente qué le ha llevado a ese consumo y es cuando se da cuenta que necesita de ayuda”, relata Santiago.

Actualmente, Acoral recibe en sus reuniones a una media de entre quince y veinte personas, aunque la cifra va variando de forma contínua, con nuevas incorporaciones o personas que dejan el proceso. En cuanto a los interesados que acuden a la sede en busca de información, ya sean los propios alcohólicos o familiares y amigos, el año pasado ascendió a medio centenar.

Con un largo camino ya recorrido, los tres coinciden en manifestar que “han nacido otra vez”, ponen el valor el apoyo del entorno y recuerdan que es imprescindible el propio convencimiento para llevar la rehabilitación a buen puerto. También que la enfermedad nunca te abandona, por lo que hay que estar prevenido ante posibles recaídas.

José concluye recordando la importancia de recuperar la felicidad y la dignidad como seres humanos, en una reflexión que aúna el estado físico y el psicológico: “La dignidad es muy importante, abarca muchísimo, y luego dentro de lo que es el organismo, el hígado es la única parte que si no está muy tocado, en poco tiempo se recupera. Lo demás, el tiempo que ha pasado no mires para atrás que no lo vas a encontrar, ni lo vas a recuperar, sé tú mismo y sigue con tu nueva forma de vida”.

Contactar con Acoral

Para ponerse en contacto con la asociación puede hacerlo a través del teléfono 619 79 09 18 o mandando un email a [email protected] o enviando un mensaje desde su web.

El local donde desarrollan sus terapias y actividades está en Plaza de España S/N (mercado de abastos) entrada por C/ Fray Luis de León.