A punto de cumplirse el decimocuarto aniversario de su decoración, el muro artístico de las banderas ya no existe. En los últimos días se ha completado su fase de demolición como parte de los trabajos para integrar de los terrenos ferroviarios a la ciudad de Cuenca. La obra fue inaugurada el 23 de julio de 2009, un jueves de hace catorce años. Y fue diseñada por las manos de los artistas conquenses Carlos Code y Antonio Mancheño El Manchas. Que hoy echan la vista atrás para recordar aquellos días.
El ‘Mural de las banderas’, como se denominó posteriormente de forma oficial, no fue el único diseño planteado, sino una de las tantas posibilidades que contemplaba la corporación municipal de aquel momento, presidida por el alcalde Francisco Pulido, para iluminar el entonces gris y sucio muro ferroviario situado en el Paseo de San Antonio. Locomotoras, dibujos o, incluso, un verso sobre Cuenca del poeta Federico Muelas eran algunos de los proyectos artísticos planteados al área municipal. Aunque no las únicas, porque la variedad de ideas era tanta que la memoria de los dos autores no alcanza para recordarlas todas. Pero sí para detallar cariñosamente cómo fueron las primeras pinceladas del Muro de las banderas.
«Cuando nos dijeron que teníamos que pintar las banderas tardé hora y media en dibujar todas las banderas. Un domingo me fui allí y comencé pintando Asturias», recuerda Antonio Mancheño en relación al boceto que proyectó sobre la pared con los escudos y banderas las diecisiete Comunidades Autónomas de España y las dos Ciudadades Autónomas de Ceuta y Melilla. «Se trataba de una imagen un poco abstracta de los escudos», subraya a Voces de Cuenca el propio autor.
«El encargo que nos realizó el Ayuntamiento se trataba del diseño, posteriormente fueron los operarios del Ayuntamiento quienes se encargaron de pintar el mural y tardaron en torno a una semana y media en completar las tareas, aproximadamente», explica ‘El Manchas’, que reconocer tener «sentimientos encontrados» tras la demolición del muro y consiguientemente la desaparición del mural artístico. «Nunca me gustó mucho el mural, a la pintura no le tenía mucha estima, la frase de Federico Muelas habría quedado muy bien y habría sido otra historia, por la pintura me da igual, pero me jode la demolición por lo que representa con el rollo de la Renfe y que nadie se haya puesto en contacto con nosotros», afirma el artista.
Por su parte, Carlos Code, señala a este medio que durante aquellos días el trabajo de diseño se realizó por partes: «Dividimos el muro y vimos que nos salían todas las banderas autonómicas e inmediatamente nos pusimos a trabajar». La idea de decorar el muro fue de Code, y surge porque «aquel muro era lo más gris que había, tengo fotos de cómo era antes y era una pared de cemento de los años cincuenta y aquello era horroroso», fue entonces cuando decidieron darle color.
En los trabajos, además de los dos artistas, tomaron parte en el proyecto estudiantes de la Escuela de Arte Cruz Novillo y de la Facultad de Bellas Artes
El paso de los años había respetado en gran medida el trabajo firmado por los dos conquenses, sin embargo, «había partes que se encontraban deterioradas de su estado original, pero los primeros días daba gusto ver el muro», afirma Carlos Code, que ha decidido «guardar» su opinión sobre la reciente demolición del muro por «ser cuestiones políticas» en las que no interferir.
La crónica de aquellos días
El Ayuntamiento de Cuenca emitió una nota de prensa tras la inauguración del Mural de las Banderas en las que además de asistir el entonces primer edil Francisco Javier Pulido, también asistieron el concejal de Cultura Emilio Catalá y la asociación vecinal del barrio.
En un sencillo acto de descubrió una placa conmemorativa aludiendo al trabajo artístico realizado sobre los 217 metros de decoración impresa sobre el muro. Su objetivo no era otro que «embellecer la ciudad y que el muro gris del Paseo de San Antonio ha desaparecido para dar paso a un mural lleno de colorido y alegría».
En declaraciones posteriores, el representante municipal señalaba hace catorce años: «No quiero olvidar a los operarios municipales que han participado en los trabajos de preparación del muro que han sido muy laboriosos por el estado de suciedad en el que se encontraba».
«Las franjas y colores que componen las banderas de cada Comunidad Autónoma se relacionan, entrelazan, se funden y evolucionan a partir de un contexto común en el que es imposible aislar una de otra, componiendo un mural coherente y lleno de sentido que enriquece un espacio que ha carecido de forma notoria, durante más de 60 años, de la esencial dimensión estética que cada espacio de una ciudad debería tener», coincidieron en señalar los artistas tras la inauguración de este espacio.