«No contemplamos ningún modelo de crecimiento sin tener en cuenta la sostenibilidad»

Entrevista Rubén Martínez, propietario de Rujamar

Rubén Martínez, es el propietario de Rujamar, una de las empresas del sector agroalimentario más potentes de nuestra provincia. Pero además de eso es un empresario que ha apostado desde hace años, muy decididamente, por la sostenibilidad en su empresa, adaptando los procesos productivos y distributivos a unos valores de preservación del medio ambiente y el bienestar animal. A lo largo de esta entrevista nos detalla cuáles son esos procesos y la apuesta que Rujamar ha hecho por la sostenibilidad desde hace más de un lustro, cuando estos términos no estaban tan en boga como en el momento actual, así como de proyectos futuros para el crecimiento de una empresa que es el motor económico de su comarca y de la provincia de Cuenca.

¿En qué consiste la apuesta por la sostenibilidad de Rujamar?

Nosotros no contemplamos ningún modelo de crecimiento sin tener en cuenta la sostenibilidad. Pero esto no es de ahora, que parece que está de moda, nosotros estamos trabajando de manera sostenible desde que empezamos a montar las primeras placas solares en 2017. En nuestro modelo de negocio no cabe la posibilidad de crecer sin respetar todos los procesos productivos sostenibles, y en ese sentido no sólo cada vez tenemos menos huella de carbono, sino que estamos innovando cada vez más en nuestro centro de I+D para ver de qué manera podemos seguir creciendo de una forma sostenible.

¿Son una empresa totalmente libre de plásticos?

Nosotros hace tres años hicimos una apuesta transformadora, aunque no nos la habían pedido nuestros clientes, para eliminar todas las toneladas de plásticos que generábamos. No sólo es posible, sino que a rebufo de esa idea ha habido grandes clientes nuestros y otros productores que se han sumado a esta idea de eliminar los plásticos, algo que no es sencillo porque una empresa como la nuestra genera muchas toneladas de plástico. Hay plásticos que son esenciales y no se puede prescindir de ellos en el proceso industrial, pero en lo que es agricultura de puesta y desde hace tres años no utilizamos plásticos.

La energía que utilizan es renovable y utilizan energía fotovoltaica.

Si las condiciones climatológicas son adecuadas, como ahora, el 100% de la energía que consumimos proviene de las placas solares. En nuestros cuatro núcleos tenemos placas solares de acuerdo con el volumen de producción de cada núcleo. Sí que es cierto que cuando hace muchísimo calor y estamos trabajando a tope tiramos de la red eléctrica, pero tenemos acuerdos con nuestras distribuidoras para que la energía que utilizamos provenga de fuentes renovables.

Tienen un ahorro anual enorme de emisiones de CO2.

Con el volumen industrial que tenemos, y a pesar de todos los procesos sostenibles que tenemos, emitimos CO2, pero intentamos que sea lo menos posible. Prueba de ello es que la flota de vehículos que tenemos, con unos 40 vehículos para nuestros desplazamientos, son eléctricos, y hemos hecho una apuesta para que la energía que necesitan también provenga de nuestras placas solares.

«En lo que es agricultura de puesta y desde hace tres años no utilizamos plásticos»

¿Con las infraestructuras que hay en nuestro país para cargar los vehículos eléctricos pueden funcionar bien o necesitan más infraestructuras de este tipo?

Cuando te compras un vehículo eléctrico tienes que analizar las rutas que vas a hacer con estos vehículos y cuál es su movimiento habitual, analizar los puntos de carga que hay en esos recorridos y ver las posibilidades que te ofrecen. Nuestros cuatro núcleos están en un perímetro de unos 180 kilómetros y vehículos con una autonomía de más de 200 kilómetros y con puntos de carga en todos los núcleos los podemos utilizar sin problema. Para viajar a otros puntos de España hay que pensarse muy mucho la utilización de coches eléctricos. Nuestro país tiene mucho que mejorar en esto, a diferencia de otros países como Alemania o Países Bajos, donde hay electrolineras casi más que gasolineras. Por eso nuestros equipos directivos o comerciales, que se mueven por toda España, utilizan vehículos híbridos pero no eléctricos 100%.

Otra apuesta que están haciendo es la de la economía circular y la reutilización de los residuos que generan en su actividad diaria.

Nosotros tenemos también una apuesta por la economía circular que creemos que es muy interesante porque tenemos una responsabilidad como compañía que debemos asumir aunque no nos la exija nadie, esa es nuestra filosofía, por eso entendemos que todos nuestros residuos tenemos que canalizarlos. Estamos con dos proyectos muy interesantes, que todavía no sé por cuál decantarme, para la reutilización de la gallinaza, que es lo que defecan las gallinas. Ese residuo hoy se lo están llevando gestores autorizados para el abono de viñas, árboles frutales, cereales, etc…, pero consideramos que podemos hacer algo más. Por eso ahora estoy con esos dos proyectos, uno que es con una gran empresa internacional para poder extraer el gas que genera la gallinaza para reutilizarlo en nuestros criaderos y en la red pública de gas, y otro que es obtener un abono 100% orgánico a través de la gallinaza. De hecho, para este último, viajo a Japón el día 20 para ver in situ la empresa que vende estos equipos y analizar procesos que podamos implementar en Rujamar.

¿Todos estos procesos suponen un esfuerzo económico para la compañía o de alguna manera se pueden rentabilizar económicamente?

Lo primordial para una empresa es obtener beneficios para poder seguir operando. Basándonos en esa premisa fundamental hay una serie de responsabilidades o posibilidad de asumir algunas pérdidas en base a unos criterios que tenga la dirección de la compañía. En ese aspecto todos estos proyectos que hemos hecho, así como la responsabilidad social corporativa que tenemos, nos generan unos sobrecostes que suponen una reducción de los beneficios de la empresa. Pero es una apuesta que hemos hecho desde hace años y no vamos a dejarla mientras nos lo podamos permitir.

«Todos estos proyectos que hemos hecho, así como la responsabilidad social corporativa que tenemos, nos generan unos sobrecostes que suponen una reducción de los beneficios de la empresa»

En cualquier caso, todos estos procesos le cuestan dinero a Rujamar. Porque quizá haya gente que piense que esto está apoyado por subvenciones o ayudas que, incluso, pueden generar beneficios. Y está claro que si sus procesos fueran como los de la mayoría de las empresas del sector sus beneficios serían mayores.

Si me permite le voy a poner un ejemplo que es claro. En 2016, en unas charlas en Panamá, dije que en 2018 íbamos a eliminar las jaulas de nuestra empresa. Cuatro años antes habíamos hecho una inversión en jaulas que nos costó unos 7 millones de euros y que tenían un periodo de amortización de unos 20 años, que es lo que dura la vida útil de esas jaulas. Y esto no fue porque me lo exigiera ningún cliente ni porque fuera a vender los huevos más caros, sino por la creencia de que no podía vivir una gallina enjaulada en nuestra empresa. Y en junio de 2018 eliminamos todas nuestras jaulas, con una inversión de casi cuatro millones de euros con un retorno de la inversión que nunca ha aparecido y prueba de ello es que en 2023, en Castilla-La Mancha, más del 80% de las gallinas siguen estando enjauladas. Con este ejemplo se puede ver el convencimiento que tiene Rujamar de hacer un mundo mejor en la medida de nuestras posibilidades.

¿En qué momento se encuentra Rujamar después de una pandemia, de una crisis de suministros con una subida muy grande de precios y con una inflación en el sector alimentario muy superior a la de otros sectores?

Ha habido momentos muy difíciles con la guerra de Ucrania, con la huelga de transportistas, con la excesiva subida de las materias primas y con la imposibilidad de repercutir esas subidas a los consumidores en los lineales. Ha habido momentos muy complejos que, si tienes una visión cortoplacista y no a medio y largo plazo como la tenemos nosotros, te pueden desanimar e incluso te pueden hacer abandonar. Pero nosotros somos una empresa que hemos venido para dar guerra durante muchos años, sabíamos que esos momentos pasarían, y de hecho han pasado, y los pudimos capear. Hoy por hoy, en el último año, hemos adquirido una importante compañía en Mondéjar con casi 600.000 aves y estamos estudiando procesos de crecimiento tanto orgánicos como inorgánicos. Esta crisis lo que nos ha hecho es espabilarnos para producir mejor y ser más competitivos, y con los dos millones de gallinas que tenemos podemos hacer más cosas y seguir creciendo. La situación de Rujamar es aceptable, porque las materias primas siguen estando muy caras y aunque el huevo ha subido en el lineal no ha subido todo lo que debería, y ahora lo que queda es esperar a ver si podemos recuperar lo que hemos dejado de ingresar en el último año y medio, aunque me temo que no va a poder ser. En cualquier caso, no nos podemos quejar de nuestra situación.

¿Qué producción tienen ahora mismo?

Estamos en cuatro millones de docenas mensuales, que traducidos a producción diaria es un millón seiscientos mil huevos diarios aproximadamente. Eso es lo que producimos, aunque también tenemos granjas integradas en distintos puntos de España y la producción aumenta en total hasta unos dos millones de huevos diarios comercializados.

¿En cuanto a proyectos futuros qué nos puede decir, tanto en cuanto a producción como comercialmente?

Ahora es difícil no encontrar a Rujamar en cualquier supermercado, lo que pasa es que en algunos no lo hacemos con nuestra marca sino como marca blanca. En nuestra comunidad autónoma estamos en Alcampo, en Ahorra Más, Lidl, Dia, Mercadona, es difícil encontrar un supermercado en el no que estemos presentes, bien con nuestra marca Rujamar bien con la marca blanca de algunos supermercados. Estamos haciendo algunas campañas publicitarias muy fuertes en medios nacionales porque queremos que el consumidor conozca los valores y principios de nuestra compañía, para que sepa que cuando se come un huevo Rujamar no se come un huevo convencional, que no quiere decir que esté más o menos bueno, porque comen lo mismo que las gallinas enjauladas, sino que son de una empresa que tiene unos valores determinados que son diferentes al de muchas empresas del sector que buscan, muy legítimamente, sobre todo engordar la cuenta de resultados.