José Manuel Abascal es un histórico de la hostelería conquense. Cuatro décadas de actividad avalan su experiencia en el sector turístico como empresario durante las que ha compaginado la dirección del Hotel Torremangana con puestos de responsabilidad en asociaciones sectoriales. Su compromiso es total para avanzar y crecer en un sector estratégico donde Cuenca tiene que competir con numerosos rivales para conseguir atraer a los clientes de un mercado global. Es optimista ante las perspectivas de futuro aunque reconoce que a la hostelería conquense le está costando remontar un encadenamiento de crisis sanitaras, energéticas, bélicas… Apuesta por unificar la oferta turística y poder mantener una línea de actuación que no se vea condicionada por los cambios de los responsables políticos de turno. Otra de las prioridades pasa por la implanación de industrias en Cuenca que sirvan de locomotora económica sobre la que pueda apoyarse y despegar la actividad hostelera y turística.
Hemos pasado una pandemia histórica, estamos en plena guerra en Ucrania, los carburantes han estado por las nubes… ¿Cómo se encuentra la hostelería conquense después de tal cúmulo de adversidades?
Estamos llegando a niveles de prepandemia pero no es suficiente. Cuenca necesita de actividad continua, crear iniciativas…pues al no tener industria la tenemos que crear nosotros con todo lo que sean derivados del turismo. En líneas generales, al acabar la pandemia, abrirse fronteras y ampliarse la oferta se han dispersado la clientela. En junio y julio ha bajado y en agosto también. Han sido ocupaciones buenas, aceptables, pero no las que estábamos acostumbrados a tener estos años atrás.
¿Es decir, que todavía no hemos alcanzado los niveles previos a la pandemia?
No, porque todas estas situaciones han provocado que la gente se disperse, se vaya a otros sitios y todo lo que habíamos ganado….Las ocupaciones son buenas para ser agosto pero no son las que todo el mundo esperaba.
Actualmente el principal caballo de batalla es la inflación y la escalada de precios. ¿Cómo repercute esta situación en la hostelería de la ciudad y de la provincia?
Así es. Todo afecta. Somos un sector de servicios y es uno de los últimos gastos que se hacen. Al subir los precios de todo, la gente ve las cosas de otra manera a la hora de viajar. Si sumamos que nos han bombardeado con que hay que ahorrar pues prácticamente nos han dicho que hay que elegir: o pasas el invierno calentito o te vas de vacaciones. Todo eso ha repercutido desfavorablemente otra vez. No salimos de una y nos metemos en otra. Salimos de una crisis económica, pasamos por una pandemia, ahora una crisis energética….no sabemos de quién será la culpa pero no se ve que tengamos un plan de actuación energético para no estar ahora entre la espada y la pared.
«Estamos llegando a los niveles prepandmia pero aún no los hemos alcanzado. Estamos por debajo del año pasado»
La inflación ha llevado aparejado un aumento de precios generalizado en precios de menú, bebidas…¿Cómo ha sido la situación en Cuenca?
La gente hace maravillas y cada uno tiene sus costes. En función de ello, se puede aquilatar por un lado u otro. Depende cada uno cómo esté. Quien lo tenga todo pagado estará mejor que quien no lo tenga. Lo que está claro es que al haber subido los combistibles sube todo. Aquí casi todo el transporte es por camión y, al final, sube todo. Si sube la luz, el gasóleo, el gas…entramos en una espiral en la que, aunque no quieras, hay que subir porque está en juego la supervivencia del establecimiento.
Recientemente se ha materializado la unión de las dos asociaciones sectoriales que había en la provincia y has sido elegido presidente. ¿Cómo valoras este proceso de unificación? ¿Algo lógico?
Era algo razonable porque no tenía sentido. Al final, te tienes que unir para tomar decisiones ante situaciones como las que hemos estado pasando. Además, es necesaria la unión porque no hay otro camino. Hay que coger las mejores ideas que pongamos en común entre todos para llevarlas a cabo con una única asociación. En este caso, no se presentó mas que una candidatura. Nosotros nos volvimos a presentar con una candidatura más amplia y más completa porque había que dar el espadarazo final. Creo que en la próximas elecciones ya debería haber gente que venga fresca, joven y que tire para adelante, que es lo que se necesita y lo que hay que buscar.
El proyecto anunciado por Toro Verde para un parque de turismo activo al mayor nivel mundial es uno de los hitos más relevantes que ha habido en fechas recientes. ¿Cuál es la valoración que hace la Agrupación de Hostelería y Turismo de esta iniciativa?
Nosotros todo lo que se traiga a Cuenca, provincia y ciudad, es bienvenido. Esperemos que llegue a buen puerto y podamos disfrutar de una gran empresa en Cuenca que genere esa inversión y esos puestos de trabajo que se están hablando. Esperemos que le de vida a la ciudad y mayor reconocimiento a nivel nacional e internacional.
¿Lo veis factible, arriesgado, …?
Nosotros desconocemos los detalles y el proyecto. Los inversores tiene ya una empresa de ese tipo y sabrán lo que tienen que hacer. Íbamos a tener una reunión para explicarnos el proyecto que, por las ferias y demás no se ha podido producir. Imagino que será durante el mes de septiembre. Pero, en principio, no podemos valorar su viabilidad porque no conocemos ni el proyecto.
«Todo lo que se traiga a Cuenca es bienvenido. Ojalá el proyecto de Toro Verde llegue a buen puerto»
Una de las propuestas que lleva asociadas es la construcción de un hotel, al parecer,de lujo. ¿Eso es positivo o negativo para la hostelería de Cuenca?
Primero se dijo un hotel y también se ha habaldo de un glamping, que es un camping de lujo. Entonces ya no sabemos qué es lo que quieren hacer. Vuelvo a repetir que cualquier inversión que venga a Cuenca es bienvenida. Todo lo que traiga dinero y se quede va a ser bienvenido. No nos podemos oponer a la modernidad ni al progreso. Al contrario, creo que tenemos que estar todos unidos para que Cuenca dé ya el salto cualitativo.
La Capitalidad Gastronómica es uno de los retos más inmediatos a los que se enfrenta la ciudad y el sector…¿Ilusionados?
Vamos a hacer la tercera intentona y esperemos que esta vez la organización nos la den por ‘pesaos’, además de por lo bien que lo estamos haciendo y el nivel gastronómico al que estamos llegando en Cuenca. Esperamos que así sea. Mientras tanto el mover todo este asunto de la Capitalidad ya es importante porque genera mucha promoción. Lo que tenemos que saber es aprovecharla para sonar a nivel nacional y estar en el candelero. Así, si salimos o no, la gente sabrá que somos un referente gastronómico. El año es muy largo y podemos ser un destino para este tipo de turismo en cualquier fin de semana. La idea es ganar este año pero no se sabe hasta el momento del fallo.
Otro de los proyectos relevantes vinculados a la ciudad es el Centro Nacional de Estudios Penitenciarios. ¿Cuál puede ser la influencia real de este centro en la hostelería?
El Centro de Estudios Penitenciarios es otra actividad más que viene a Cuenca. Se nos vendió de una manera, ha sido de otra, pero no obstante todo lo que se trae a Cuenca es bueno. A las tiendas, farmacias, los bares de jóvenes…les ha venido bien. Es otro mercado que a algunos no nos afecta mucho. Es otro granito que aporta al granero.
¿Y cuál es tu opinion respecto a cierta polémica surgida ante los precios tan elevados que pusieron algunos establecimientos para aprovecharse de los primeros opositores?
Eso no fue así, por norma general. Alguno lo pudo hacer porque siempre hay algún aprovechado creyendo que esto iba a ser Jauja. Quien lo hizo se equivocó porque quien tenga uso de razón sabía que no iba a pasar esto. No conozco a ningún estudiante que se hospede en hoteles en ninguna parte del mundo a menos que su padre sea millonario. Eso era ilógico. Los precios que se pusieron se hicieron correctamente. Quienes están dentro de la Agrupación dieron su mejor precio que no significa que vengas a mi casa gratis y además te doy veinte euros para gastar por ahí. Hay unos precios mínimos porque cada negocio, cada hostal, cada hotel, cada posada…tiene unos costes. Y de ahí no puede bajar porque está en juego el negocio. Es mejor que vengan diez en condiciones razonables que treinta y estés perdiendo dinero. Es una regla económica básica y lógica. Luego se usa políticamente como quiera cada uno pero me niego a aceptar que no colaboramos. Que haya alguno que haya inflado el precio es un caso aislado. Pero, aparte de eso, aunque hayamos dado precios más económicos de lo que estábamos dando el resto del año tampoco era ese el mercado porque ningún estudiante iba a gastarse ese dinero. El negocio lo hizo la gente de los pisos, que ahora no se encuentran y se han encarecido. Les ha venido bien. Todo es bueno para la ciudad de una forma u otra. Si no gana uno, gana otro. Al final esto es una cadena en la que lo mejor es que ganen unos y otros porque siempre percutirá en el conjunto. Lo que no funciona es que no haya ingresos en la ciudad.
Nos encontramos en pleno periodo festivo con dos fechas marcadas en el calendario para la generación de ingresos por los hosteleros. ¿Qué tal ha ido San Julián y qué se espera para San Mateo?
San Julián ha estado muy animado. La Agrupación en el recinto ferial ha colaborado con el Ayuntamiento para montar la Carpa Joven, que un nicho que faltaba porque a la feria vas de niño o ya mayor con hijos. Creo que es un acierto y la muestra es que ha habido un ambientazo. Los bares alrededor de la Hípica han funcionado estupendamente, en otros lugares también…Y respecto a San Mateo este año va a ser un día más. Es una fiesta muy del Casco Antiguo, a cuyos establecimientos les toca ahora tener beneficios. Ha habido años que la gente bajaba para rematar en la parte baja pero las costumbres cambian y ahora parece que se quedan más arriba, con la verbena. Esperemos que sean unas fiestas agradables, como todos los años, pero sí pedimos que la gente se cuide un poco y no las coja con demasiado ímpetu tras dos años sin tenerlas.
«Nuestra prioridad es poder unificar la oferta turística pública y privada al margen de vaivenes políticos»
¿Cuál puede ser la asignatura pendiente de la hostelería conquense para que despegue de forma definitiva? ¿Qué nos queda por implementar?
Sigo pidiendo, como siempre, un departamento o una oficina turística publico-privada donde trabajemos día a día, rellenar los huecos que estén vacíos y ambientar bien la ciudad. En Cuenca, al no tener industria, tenemos que utilizar el turismo para crearla. Nos hace falta ese mecanismo en el cual, venga el gobernante que venga, no influya en el dinamismo de esa oficina ni en la trayectoria que ya tiene marcada. Ahora viene gente con ideas muy buenas que las plantea pero viene más adelante otro y cambia todo. No. Hay que tener un proyecto de futuro conservando las cosas buenas que tiene la ciudad y ampliándolas con otras nuevas que se puedan implantar. Y lo que no funcione pues ir cambiándolo por otras cosas. Lo importante sería también tener industria, llámala verde o como quieras, pero que haya una industria que aporte un ‘modus vivendi’ de lunes a viernes y compaginándolo con el turismo de fin de semana, puentes, ciclos estivales, vacaciones…Cerraríamos un circulo que a la ciudad le vendría muy bien. Ahí nosotros sólo lo podemos plantear, colaborar y ayudar.
¿No resulta arriesgado focalizar el turismo, como ocurre en Cuenca, como eje de crecimiento y desarrollo económico siendo un sector tan volátil? Así ha quedado demostrado hasta el extremo con la pandemia cuando ha llegado a desaparecer. Además, la oferta turística es amplísima, tanta como lugares en el mundo que alardean de ser únicos, con un patrimonio maravilloso, una naturaleza desbordante…
Exacto. Se puede aplicar mundialmente. Y en España tenemos la suerte de ser un país tan hemoso y diverso que competimos cualquier rincón. Es muy peligroso porque es muy volátil y la muestra la tenemos ahora. Creíamos que iba a estar muy al alza pero este año hemos bajado un 20% respecto a agosto del año pasado que era aún medio pandémico.
Una de las noticias que ha marcado el pasado reciente es la reapertura de las Casas Colgadas como restaurante. Una buena noticia que puede ayudar a empujar al sector…
Efectivamente porque es una pena que las Casas Colgadas, con el trabajo que se ha hecho desde tiempo inmemorial, estuvieran cerradas durante estos últimos años. Es un acierto que se abra con una estrella Michelín. Creo que Jesús Segura lo va a hacer muy bien. Lo sabe hacer. Publicitariamente es muy bueno para la ciudad. Ya sabemos que no será la panacea pero será un grano que hace granero. Al final, desde un punto de vista promocional va a vender Cuenca.
«Depender en exceso del turismo puede ser peligroso. Es un sector muy volátil»
Hablamos de la hostelería conquense, en general, pero hay que tener en cuenta que no toda es excelente y quizás convenga hacer un poco de autocrítica con precios desorbitados por un morteruelo, un servicio mejorable,…
Es cierto que el nivel gastronómico de Cuenca cada vez es más elevado y hay mucha gente que lo está haciendo muy bien. Eso es lo que hay que destacar. También es cierto que hay determinados establecimientos en determinados lugares de la provincia o de la ciudad, con más afluencia turística por donde pasan el 99,9%, a quienes se les ha comentado y tienen que ser más visionarios. Lo que tienen que pensar es que no hay que llegar y dar el palo, que no están cazando…Hay que pensar en el futuro, no se puede tratar así al cliente. Al cliente hay que atenderle para que vuelva y si no vuelve él, lo harán sus amigos, parientes…Pero no podemos pensar, ave que vuela a la cazuela. Eso es otra cosa.
Tienes una amplia experiencia en esta actividad y da la impresión de que aún tiene un gran peso el boca a boca a pesar de que estamos en la época de las redes sociales e intenet…
El boca a boca es lo que aporta garantía y confianza. Las redes sociales están muy bien, porque aportan mucha e interesante información, pero hay que confirmarlo y en eso el boca a boca es muy importante. El otro día me dejaron una nota en la que un cliente me decía que tenía que cambiar las fotos porque está mejor en realidad. Por eso lo hago, quiero sorprender agradablemente al cliente.
Los alojamientos turísticos con una opción que ha aumentado de forma notable durante los útimos años. Incluso hay quien piensa que de forma excesiva y sin el control necesario. ¿Están en Cuenca bien regulados este tipo de propuestas turísticas?
Hay que convivir con ello. Lo que queremos y pedimos desde la Agrupación es que esté regulado. Que la competencia sea en igualdad de condiciones. Luego, cada cliente elige. Se ha puesto de moda este tipo de establecimientos que lleva su trabajo. No es cosa de ponerlo y que se lleva solo. Hay que estar pendiente de limpieza, mantenimiento…Aquí parece que todavía queda un poco sin regular y tendrán que regularlo. En cierta medida ha venido bien porque en el Casco Antiguo se han recuperado viviendas que estaban abandonadas.