El concejal y portavoz de Cuenca Nos Une (CNU), Dámaso Matarranz, ha salido al paso de las declaraciones del impulsor de esta formación política, Isidoro Gómez-Cavero, quien ante las discrepancias surgidas en la agrupación de electores avanzaba a Voces de Cuenca su disposición para organizar una votación y que la opción minoritaria abandonase el grupo. Así, llegaba a indicar que “ya no hay solución, o los tengo que echar o me tengo que ir yo”. Estas desavenencias se han manifestado en votos diferenciados entre los seis concejales en distintas materias.
El portavoz de CNU ha sido claro al afirmar que «yo no renuncio y si alguien pretende que las cosas cambien estoy dispuesto a hablar de lo que sea pero, a las malas, me defenderé hasta jurídicamente incluso en los tribunales. No se trata de un interés personal de Dámaso Matarranz, a quien le pudiera interesar mucho volver a su puesto de trabajo como funcionario y no tener que pasar por toda esta situación. Es una cuestión de defensa de una palabra dada para construir un movimiento ciudadano, no sólo para estos cuatro años sino para permitir un cambio en esta ciudad donde pasan las legislaturas y nada cambia. Por tanto, en un ejercicio completamente responsable, porque un señor se encuentre incómodo y haya entendido que él es el proyecto y los demás somos sus servidores, no voy a ceder y dejar a 4.000 persoas sin la representación que se merecen».
Estas mismas fuentes han reconocido que «he leído sus declaraciones con gran disgusto porque considero que Cuenca Nos Une tiene que ser, es y debiera ser un instrumento al servicio de la ciudadanía. Considero que no son las formas y el fondo es profundamente equivocado. Cuando habla de echar a alquien de la formación creo que se equivoca porque la discrepancia es siempre constructiva. En cualquier caso es un tema interno que debería trabajarse internamente».
Futuro «difícil y complicado»
Asegura que el futuro de la agrupación de electores es «difícil y complicado» pero considera que existe margen para la solución si se retoma el objetivo inicial, trabajar por la ciudad. «Hay que poner por delante de todo que Cuenca Nos Une nació para ser un instrumento al servicio de la ciudadanía. Nosotros nacimos, y el problema es que no todo el mundo lo ve así, al servicio de los ciudadanos para promover, gestionar y dinamizar la participación de la ciudadanía en el sistema político para cambiarlo. A lo mejor hay una parte del grupo, particularmente tres concejales, que tienen una única voz y es la que diga Isidoro. Capaces de defender el tren a rajatabla en la primera reunión y después desdecirse y votar en contra. Y otras tres personas que entendemos que nuestra responsabilidad es la de ser plurales y trabajar para los intereses de la ciudad».
En relación a las alusiones a la votación que va a promover…»Él sabrá por qué las hace y con quién ha hablado. Desde luego conmigo no. Y no es la primera vez que elude la conversación conmigo. De todas formas, una mayoría que pudiera conseguir de cuatro personas no da ni quita razones y menos en la configuración real que tenemos dentro del grupo. El mensaje que quiero lanzar es que acepto permanecer, continuar y trabajar no sólo con quienes están en Cuenca Nos Une sino con todo aquel que pudiera estar interesado en mejorar, transformar…en querer construir una presencia ciudadana en las instituciones para cambiarlas. Esta ciudad, en mi opinión, no necesita salvadores. Esta ciudad está por encima de cualquier persona. Así consideramos que había llegado el momento de ejercer nuestra responsabilidad en libertad. Querer echar a aquel que ofrece alternativas y que quiere conectar con lo que nunca nos debimos apartar lo dice todo».
Por otro lado, Matarraz asegura con rotundidad que «no es cierto que yo exigí ser portavoz del grupo. Digo categóricamente que eso es rotundamente falso. En ningún momento he solicitado ser nada en esta agrupación de electores. Tras ser preguntado qué rol quería jugar dentro de la coalición que Isidoro, unilateralmente, pactó con el PSOE le dije que entendía que podía ejercer un buen papel dentro de la Junta de Gobierno Local. A lo que no hubo ni contestación y aquella petición no fue escuchada. La portavocía del grupo fue una decisión exclusiva de Isidoro, entre otras cosas porque él tenía clarísimo que no quería ejercer esa portavocía y tuvo que encontrar a quien lo hiciera. He estado dos años y medio tratando de llevar la voz del grupo, de constuir un mensaje de grupo incluso donde no había. Por tanto deberá explicar situaciones que deben estar sólo en su cabeza».
«No me duelen prendas en pedir perdón a la ciudadanía»
El concejal de CNU afirma que los problemas de Cuenca Nos Une se desatan a raíz del pleno de septiembre «cuando Isidoro Gómez-Cavero, de manera unilateral, va a la prensa y dice que va a promover una moción de censura. A resultas cómo se desenvuelve esa moción, se siente defraudado y se abre el cisma porque estamos más de un mes sin poder tener una comunicación entre nosotros, por decisión suya. Finalmente le digo que hay que hablar y resolver la situación, y parecía que había un acuerdo»
Estas mismas fuentes ponen de relieve que «estamos en un momento en el que hay restaurar mucha desilusión por parte de todos. Todos estamos defraudados pero con diferencias. Realmente la situación que tenemos hoy obedece al tipo de liderazgo que él ha querido ejercer. Considero que Cuenca nos Une es un instrumento propiedad de la sociedad de Cuenca, que le pertenece y todos los que estamos dentro tenemos la obligación de operar sobre ese punto de vista. Si alguien se quiere marchar, tiene la puerta abierta. A nadie se le obliga a estar donde no quiere. Eso de que va a promover una votación para decidir sobre cuestiones que no le corresponden, como echar a un concejal pienso que se equivoca una vez más, gravísimamente». Por último, resalta que «no me duelen prendas en pedir perdón a la ciudadanía por todo lo acontecido, porque no hemos sido capaces de servirles como decíamos que íbamos a hacerlo».