El concejal de Urbanismo, Adrián Martínez Vicente, ha sugerido a los vecinos de la calle camino de Vega Tordera, ubicada en la carretera N-400 hasta el puente de la Vereda, agruparse como entidad urbanística para «legalizar su situación y hacer frente a la urbanización de la zona costeando proporcionalmente al tipo de edificación que tienen».
Así lo señaló durante el pasado pleno ordinario a raíz de una pregunta formulada por el Grupo Municipal Vox, tras las quejas recibidas por propietarios de la zona sobre los «socavones en la vía y los escombros y la suciedad a la vista». La concejal del partido, María José López, señaló que el Ayuntamiento aprobó reparar las zanjas del camino con cargo a las actuaciones de la Diputación provincial, aunque finalmente lo haría el Consistorio conquense con fondos propios.
La edil preguntó si el Ayuntamiento había concretado una partida presupuestaria para proceder al arreglo de este camino y Martínez Vicente afirmó que «todavía» no tienen esa cuantificación «porque cuando hemos estado por allí, las peticiones son distintas y sobre todo según la zona». Sin embargo, ha recordado que muchos de los propietarios «no tienen licencia municipal para poder construir en la zona, por lo que exigir sin cumplir es un poco relativo».
Asimismo, el concejal de Urbanismo ha trasladado a los vecinos la posibilidad de agruparse como entidad urbanística para «legalizar su situación y hacer frente a la urbanización de la zona costeando proporcionalmente al tipo de edificación que tienen». También, ha matizado que el argumento de pagar IBI «no supone una adquisición de derechos, simplemente se le está cobrando porque el catastro ha determinado que tiene una construcción».
El pasado 27 de marzo, vecinos del camino de Vega Tordera denunciaron el estado en el que se encontraba la vía y criticaron la «inacción» del Ayuntamiento de Cuenca en su arreglo. Algunos residentes sostienen que la vía supone «un peligro» por los baches «enormes», ya que se han registrado percances con coches. Además, denuncian que niños en bicicleta «se caen y, en ocasiones, casi son atropellados».