Pedro Bordallo es desde hace apenas un par de semanas el nuevo director de Cáritas Diocesana de Cuenca en sustitución de José Martín, que desarrolló durante cuatro años una estupenda labor al frente de la ONG de la Iglesia Católica. Bordallo es hombre de la casa, ya que durante tres años ha dirigido el economato Emaús además de estar vinculado a otras entidades de la Iglesia como Acción Católica Juventud, la Parroquia de San Fernando o el campamento Juan Pablo II, y encara esta labor como un compromiso con los demás en un contexto de crisis económica y social como la que ha provocado la pandemia del coronavirus.
– ¿Cómo están siendo estos primeros días al frente de Cáritas Diocesana de Cuenca?
Muy intensos, porque Cáritas mueve mucho por dentro y llevo diez días aprendiendo, viendo y juntándome con los responsables de área y poniéndome a disposición de la organización.
– Usted ha sido durante tres años el responsable del economato Emaús. ¿Qué es lo que hace ese economato?
Para mí, ha sido una satisfacción y un orgullo haber estado estos tres años trabajando allí. El economato pertenece a la Cáritas arciprestal y se trabaja con tres parroquias. La labor de este economato consiste en que esas seis parroquias, dentro de su labor de Cáritas parroquial, eligen una serie de familias vulnerables y les designan una cantidad de dinero para poder comprar en él. Las familias pagan el 25% y el resto lo pagan los padrinos, donaciones y las aportaciones de las parroquias. Lo bueno que tiene de bueno este economato es que allí va una familia, acompañada de una persona de la parroquia, y a partir de ahí, como vienen con su cantidad asignada, pueden comprar cualquier producto que haya en el economato, no es la bolsa típica que se da en las parroquias, que es también una labor importantísima, sino que van a comprar los productos que haya en el economato que ellos elijan, pueden comprar multitud de productos alimenticios y de limpieza y su compra la realizan ellos, nosotros sólo les aconsejamos y ayudamos. Es una labor muy grata y nos gusta porque no intervenimos para nada en las familias, sólo les atendemos y ayudamos. Hay unos voluntarios extraordinarios, se está haciendo una labor muy buena y sobre todo a las familias les damos dignidad, no es la caridad de siempre sino que ellos van con su dinero a comprar lo que quieran.
“Lo primero que quiero es manifestar mi agradecimiento al anterior director por la labor que hizo en la reestructuración de equipos”
– Si le preguntamos a cualquiera qué es Cáritas todo el mundo lo conocerá, pero si les preguntamos cómo se organiza Cáritas probablemente ya no lo sepan. ¿Cómo es la estructura de Cáritas en Cuenca?
Lo primero que quiero en esta pregunta es manifestar mi agradecimiento al anterior director por la labor que hizo en la reestructuración de equipos. Nosotros funcionamos por áreas, cada una tiene un responsable y se mantiene un contacto constante con el equipo directivo y conmigo como director. Cada área estudia los proyectos en los que puede participar o podemos atender. Por ejemplo está el área de territorio social, que es la que tiene un contacto directo con las Cáritas parroquiales, se les visita, se les acompaña y se les forma, porque los voluntarios de Cáritas tenemos nuestros cursos más que de formación de actualización.
El organigrama de Cáritas Diocesana consta de un director, una secretaría general, un estado de dirección y las áreas que comentaba antes, en las que cada responsable es el encargado, junto con los trabajadores sociales, de organizar cada una de las tareas a que se dedica cada área.
– ¿Cuáles son esas áreas?
Estamos trabajando en muchas áreas, tenemos una residencia de mayores en Huete, tenemos el centro de atención a transeúntes, un servicio de comida, también el economato, otra área es la de economía solidaria, en la que está encuadrada Ropacor, que es nuestra tienda de ropa de segunda mano en la que sus usuarios pueden encontrar prendas por unos precios muy muy bajos. Es una ropa que se controla muchísimo, se desinfecta cuando la recibimos, se hace una selección de lo que se puede poner y lo que no y al final por un precio máximo de 5 euros te puedes llevar unas prendas que están muy bien y prácticamente nueva. También tenemos dentro de esta área la orientación e intermediación laboral, tenemos cursos y escuelas talleres y tenemos contacto con las empresas a través del que intentamos que esas personas puedan tener una salida laboral. Otra área es la de voluntariado y cooperación, que trabaja en proyectos en el Congo, Benin y Perú. Está también el área de inclusión social, con centros residenciales en los que se ayuda a gente que se quiere integrar o reintegrar a la sociedad. También estamos trabajando con familias a las que se les ayuda a buscar vivienda y también trabajamos en el centro penitenciario, incluso alojando a reclusos que tienen permisos de fin de semana pero no tiene una vivienda donde quedarse. En fin, son muchas áreas pero todas con un objetivo común, ayudar al más necesitado. Y no quiero dejar de nombrar el área de comunicación, que trata con los medios, a los que quiero agradeceros el tratamiento que dais a nuestros proyectos, transmitiendo lo que hacemos e informando a los ciudadanos de lo que es Cáritas Diocesana.
– ¿Cáritas Diocesana coordina a las Cáritas parroquiales o son entidades independientes?
Para eso está también la Cáritas arciprestal. A las Cáritas parroquiales lo que hacemos es darles las directrices que nos dan y sobre las que vamos a trabajar. Más que dirigirles es ayudarles y que vean en la línea que se está moviendo no sólo Cáritas Diocesana de Cuenca sino también Cáritas España. Cada uno tenemos nuestra independencia pero también un trabajo y una comunicación en común. En Cuenca lo tenemos más fácil pero a las Cáritas de algunos pueblos les viene muy bien toda la ayuda que les damos.
– Llevamos casi un año de pandemia. ¿De qué forma ha afectado a las atenciones de Cáritas y a las peticiones de ayuda que reciben?
Han aumentado muy significativamente. Como ejemplo le puedo poner el economato en el que hemos pasado de 30 a 60 familias atendidas. Lo que sí tengo que decir es que Cáritas ha estado desde el primer momento de la pandemia en primera línea, en primer lugar por el gran equipo profesional que tenemos y luego por el gran trabajo que hacen los voluntarios y que me gustaría resaltar. Los voluntarios son la columna vertebral de Cáritas, ellos son los que nos permiten llegar a donde otras personas no pueden llegar, han dado la cara durante toda la pandemia, han sabido mantener todos los servicios y han hecho un esfuerzo tremendo. También quiero agradecer el apoyo que nos han dado las instituciones y, como decía antes, la prensa, que han transmitido fielmente todo lo que hemos estado haciendo durante este año.
– ¿Las aportaciones particulares, no institucionales, se han visto afectadas por este tiempo de pandemia?
Lo primero que tengo que decir es que la gente de Cuenca es generosa. En cuanto a las aportaciones durante la pandemia lógicamente se ha notado el momento que estamos viviendo pero no nos podemos quejar porque la gente está haciendo un esfuerzo y nos está manteniendo con sus donaciones.
“Cáritas ha estado desde el primer momento de la pandemia en primera línea, en primer lugar por el gran equipo profesional que tenemos y luego por el gran trabajo que hacen los voluntarios y que me gustaría resaltar”
– ¿Qué número de personas atiende en esos momentos Cáritas en sus distintas áreas y programas?
Durante 2020 se ha acompañado a más de 2.600 familias, entre lo podemos destacar 1.523 personas en situación de vulnerabilidad, 174 personas mayores, 463 personas sin hogar o 485 personas que han solicitado ayuda para encontrar un trabajo digno. Además se han gestionado 125 ofertas de trabajo.
– ¿Y voluntarios?
Estamos alrededor de 300 voluntarios en toda la provincia, gente que trabaja de forma totalmente altruista.
– Naturalmente tienen profesionales en cada una de las áreas para coordinar todas las áreas.
Claro, tener un equipo profesional es totalmente necesario. Los voluntarios son, como he dicho antes, nuestra columna vertebral, pero los profesionales son imprescindibles también para que las cosas se hagan bien. Todos tienen su titulación y están totalmente comprometidos con la labor que hace Cáritas, es una maravilla cómo trabajan.
– Cáritas no es una ONG cualquiera, pertenece a la Iglesia Católica y al final todo esto ustedes lo hacen por amor a Dios.
Exactamente, nosotros somos un brazo de la Iglesia Católica, de lo que estamos muy orgullosos. Somos los encargados de estar al lado de los más vulnerables pero siempre bajo las normas y las directrices de la Iglesia Católica. Nuestra idea principal es que es Dios el que nos mueve, el que nos da esa fuerza y por el que tenemos ese grupo de voluntarios tan generoso, gente que se pone al servicio de la Iglesia. En mi caso yo, lo digo sinceramente, estaba muy tranquilo en mi casa pero me planteé que estoy jubilado, que tengo tiempo libre y que quiero ayudar a los demás.
– Cáritas le ahora mucho dinero a las administraciones, porque está llevando adelante programas por unas cantidades de dinero muy inferiores a las que serían necesarias si las llevasen las distintas administraciones.
Una institución tiene que pagar a sus trabajadores, como es lógico, en cambio el tiempo libre de los voluntarios se da de forma totalmente altruista. Lógicamente nosotros también pagamos a nuestros profesionales pero los voluntarios aportan mucho trabajo, esfuerzo y tiempo y eso nos permite llegar a donde no pueden llegar las administración. Ya nos lo dijo Jesús, «cada uno que emplee sus talentos y lo que se te da gratis dalo tú también gratis»
“Ahora lo que más nos preocupa es la pandemia y la crisis social que lleva aparejada”
– ¿Les molesta cuando se alaba la labor de Cáritas pero esas mismas personas atacan a la Iglesia Católica, cuando al final son una misma cosa?
Creo que la tendencia del español, y me incluyo, es juzgar. Yo oía hablar de Cáritas y me creaba una opinión, que aunque era buena, luego que me he dado cuenta que no era exacta porque no la conocía. En toda organización hay fallos y yo soy el primero que los cometerá. Muchas veces tenemos la costumbre de, siendo creyentes, tirar piedras a nuestro tejado, pero no sólo en cuestiones de fe. La Iglesia y Cáritas la formamos seres humanos, con nuestras virtudes y nuestros defectos y hay que aceptar a cada uno como es. La realidad es que somos lo mismo, Cáritas es Iglesia.
– Para terminar me gustaría hablar en términos de futuro. ¿Tiene nuevos proyectos, se van a reforzar los actuales y esa va a ser la línea, por dónde va a ir el futuro más inmediato de Cáritas Diocesana?
Nuestra labor de momento va a ser continuista, primero porque acabo de llegar y segundo porque estoy de acuerdo con los proyectos que están llevando a cabo actualmente y que además están muy consolidados. Ahora lo que más nos preocupa es la pandemia y la crisis social que lleva aparejada. Yo soy optimista pero no sabemos lo que va a durar ni lo que falta por llegar. De todas formas estoy abierto a cualquier proyecto que salga de Cáritas nacional o de cualquier administración, porque tengo claro que no nos vamos a quedar parados y no nos vamos a quedar en la rutina, siempre vamos a buscar avanzar.