Los vecinos del Casco insisten en regular los pisos y la movilidad para evitar la «turismofobia»

El presidente de la asociación de vecinos del barrio señala que el principal problema hoy en día es el tráfico libre.

El turismo masivo que se está viendo en las grandes ciudades, tanto nacionales como internacionales, no ha llegado a Cuenca «de momento, aunque estamos en riesgo», señala el presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, Jesús Reyes. Señala que cada vez hay más turistas, y que su barrio «está más cuidado, aunque menos vivo». El problema de la capital, dice, es que «aunque no se lleguen a esos niveles, ya estamos encarrilados a ese modelo».

Reyes afirma que los pisos turísticos están siendo un problema «a largo plazo», porque las viviendas «según se van rehabilitando, se hacen para turistas y no para viviendas normales». Desde la asociación de vecinos no han formulado ninguna declaración sobre limitar este tipo de apartamentos, «pero el debate sí lo tenemos y somos conscientes». Manifiesta que desde las administraciones no han visto ninguna iniciativa para regular las estancias turísticas. «El año pasado se aprobó una moción en el Ayuntamiento para su regulación, pero ha pasado el tiempo y siguen sin hacer nada», afirma Reyes.

Sin embargo, el presidente de la asociación de vecinos del Casco asegura que no es principal problema hoy en día, hay otros como el de la movilidad por el barrio y las terrazas. «El tráfico aquí es libre, debe ser el único Casco de España donde sea libre, y como hay restaurantes en el Castillo, todo el rato hay coches subiendo y bajando. A veces ponen una valla abajo con acceso limitado, pero no hay ningún control. La gente viene aquí a aparcar cuando está prohibido y tampoco se vigila. Y esa gente viene a cenar, con todo el derecho del mundo, pero no puede aparcar ahí», señala Reyes, que entiende que tampoco se pueda cerrar el tráfico «si no hay alternativa al transporte público».

«Es problema es complicado, no digo que el Ayuntamiento no haga nada, pero hay que regularlo», dice Reyes, que manifiesta que los vecinos del Casco no tienen un problema de «turismofobia» porque muchos de ellos viven de los turistas, pero «hay que regular y controlar los pisos y la movilidad», concluye.