Las Navidades se convierten para las zonas de interior en la temporada alta por excelencia para la hostelería. Sin embargo, la pandemia provocada por el COVID-19 ha azotado a este sector de gran manera.
José Manuel Abascal, presidente de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo de Cuenca, ha hecho balance de estas fechas en el sector en la provincia y ha calificado la Nochevieja de «variopinta» debido a todos los escenarios que hay generado el COVID-19. Abascal ha señalado que se han tenido que suspender numerosos eventos y cenas debido al avance del coronavirus, y que por su parte el ocio nocturno «ha tirado hacia delante como ha podido» pero de forma mermada, respetando las medidas y sin incidentes que de momento hayan sido denunciados.
También, destacaba como el turismo que se presuponía podría venir desde otras comunidades con restricciones más duras «no ha contraprestado» las pérdidas generadas por las cancelaciones, en lo que achaca al miedo y el autoconfinamiento al que muchos ciudadanos se han sometido tras realizarse pruebas PCR.
Sobre la ocupación hotelera en la ciudad, y también en la provincia, Abascal ha vaticinado que estará por debajo del 50% que habitualmente solía rondarse en épocas pre-COVID, sin embargo, habrá que esperar a la publicación de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) para corroborar esta negativa visión. «No ha sido lo que todo el mundo esperaba», se lamentan los hosteleros analizando como las expectativas de negocio se han estrellado en los últimos 20 días calificándolo de «bajonazo», y afrontando «como pueden» el panorama que se presenta en los dos próximos meses.
En ese sentido, el presidente de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo de Cuenca ha demandado a las administraciones que «dentro del presupuesto destinado al turismo sea más generoso, y que se desarrollen el mayor número de actos culturales que le den movimiento a la ciudad, ya que no tenemos la industria necesaria para vivir día a día». También ha autoexigido poniendo sobre la mesa que la hostelería conquense debe estar «a la vanguardia y cuidando los detalles, ofreciendo un producto del que se hable y así la gente decida venir a Cuenca», como objetivo para 2022.
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