Los restos del desprendimiento registrado el 23 de diciembre durante el temporal que provocó las crecidas del Júcar continúan en el inicio de la carretera de Palomera, junto a la subida a las Casas Colgadas.
Han transcurrido más de cuarenta días sin que hayan sido retirados y permanecen donde se depositaron ‘protegidos’ por unas vallas, algunas de las cuales se encuentran en el suelo desde hace varias jornadas. Los escombros permiten el trafico rodado aunque siguen ocupando de forma parcial uno de los carriles.
En su momento, la circulación se desvió por el aparcamiento en superficie próximo al Auditorio y utilizado habitualmente por autocaravanas y autobuses.