Los conquenses acompañan al patrón San Julián en una jornada radiante en su ermita

Temperaturas primaverales y un cielo despejado han acompañado a los peregrinos que desde primera hora de la mañana han ido acercándose al santuario

Los conquenses se han vuelto a volcar, un año más, para conmemorar la festividad de San Julián, patrón de la ciudad, peregrinando a su ermita arropados por una jornada radiante. Temperaturas primaverales y un cielo despejado han acompañado a los peregrinos que desde primera hora de la mañana han ido acercándose al santuario de quien fue obispo de Cuenca.

Ya desde el barrio de San Antón eran evidentes a primera hora de la mañana la hileras de gente pertrechadas (cada vez se ven más bastones de senderismo) para acompañar al patrón desde el sendero que arranca en la primera curva de la carretera. Mientras, el aparcamiento bajo el santuario se iba llenando de coches de los conquenses que han preferido acceder por el Escalerón. La zona, de hecho, ha registrado los tradicionales atascos en las horas punta entre quienes suben y quienes bajan.

En ambos accesos se ha llevado a cabo el reparto de caridad. Este año han sido cerca de 10.000 panecillos los que se han entregado a los asistentes, entre quienes no han faltado quienes se han llevado ‘reos’ para toda la familia. A las 11:00 horas ha comenzado la primera eucaristía con notable presencia de fieles agrupados en el exterior de la ermita ante un altar presidido por una talla del santo. Momentos de alegría se han vivido entre quienes se han encontrado un año más cumpliendo con la tradición. También ha sido momento de celebraciones, como uno de los peregrinos que cumplía años y aprovechaba para llevar a cabo la celebración con una comida familiar en la ermita. Los oficios religiosos se han completado con sendas misas a las 12:00 y a las 13:00 horas tras la cual se ha celebrado un procesión por los alrededores del santuario.

Por la tarde, ha tenido lugar la función religiosa en la Catedral, en la que ha participado la Corporación municipal y que ha estado presidida por el obispo, José María Yanguas. Ha precedido a la función religiosa el tradicional desfile de los concejales junto a los maceros, acompañados por la Banda Municipal de Música de Cuenca, desde los arcos del Ayuntamiento hasta el templo catedralicio.