Los colegios Casablanca y Santa Ana de Cuenca han reaccionado a las críticas realizadas por un colectivo de padres y madres sobre el uso de tabletas en las aulas, defendiendo sus respectivos modelos educativos. El CEIP Casablanca ha rechazado su postura que cuestionaba el uso de dispositivos, aclarando que las tabletas son un complemento al temario en papel en su centro educativo, mientras que el CEIP Santa Ana defiende su plan digital, destacando que las tabletas son solo una herramienta adicional, con un uso controlado y regulado, y que el tiempo de exposición a las pantallas se limita a momentos específicos. Ambos centros enfatizan la importancia de equilibrar la tecnología con métodos tradicionales en la educación.
El equipo directivo del CEIP Casablanca de Cuenca ha expresado su malestar ante el artículo publicado este jueves en el que un grupo de familias pide limitar el uso de las tabletas en los colegios. A través de un comunicado, el centro educativo asegura que el artículo está plagado de imprecisiones, especialmente en lo que respecta a la información sobre el uso de los dispositivos.
«En el artículo se hace referencia a que nuestro Centro ha dejado de lado los libros de texto y se han cambiado por libros digitales. Esto es falso, seguimos usando temario en papel, además elaborado por los docentes del Centro, el cual se cede gratuitamente a las familias que sólo deben de imprimirlo. Las tabletas se utilizan como complemento y refuerzo. Las tabletas que utilizan los alumnos se ceden a estos en calidad de alquiler junto a las licencias de la plataforma Snappet, dicha plataforma consta de multitud de actividades en lengua,
matemáticas e inglés. Se usa como complemento al temario en papel», indican.
El comunicado también aclara el funcionamiento del sistema de alquiler de tabletas que el centro ofrece a sus alumnos: «A los alumnos con beca se les cede gratuitamente los dispositivos y se les hace una rebaja en las licencias de Snappet gracias a las ayudas de gratuidad de la Junta. También el resto de alumnos se benefician de esta rebaja debido al dinero recaudado a través del banco de libros. Los alumnos de 6o que pasan al instituto y se adhieren al banco de libros aportan una cantidad de dinero que nos sirve para ayudar a las demás familias. Este año las familias han pagado: becados 30 euros, no becados 50 euros. No nos parece una cifra desorbitada, por el alquiler de la tableta y las licencias de Snappet».
Por último, desde el CEIP Casablanca lamentan que nadie se haya puesto en contacto con el centro para contrastar los hechos y que tampoco lo haya hecho el “grupo de madres y padres” mencionado en el artículo: «Consideramos desafortunado que un medio de comunicación de reconocido alcance haya decidido publicar una información sin haber contrastado previamente los hechos con las personas directamente implicadas. Nos resulta duro especialmente que en dicho artículo se cuestione no solo la labor de nuestros docentes, sino también el modelo educativo que desarrollamos con dedicación y profesionalidad. Este tipo de manifestaciones, carentes de base y alejadas de la realidad de nuestro trabajo diario, pueden dañar injustamente la imagen de nuestro centro y la de los profesionales que lo conforman. Por ello, solicitamos que se desmienta públicamente toda la información falsa contenida en el artículo y se restituya la verdad sobre nuestra labor educativa. Así mismo, nos reservamos el derecho de valorar las acciones necesarias para proteger la reputación del CEIP Casablanca y de su comunidad educativa».
Andrés Ramos, director del colegio Santa Ana: «Las tablets son solo un recurso adicional»
Por su parte, desde el CEIP Santa Ana, Andrés Ramos, su director, ha respondido públicamente a las críticas y preocupaciones expresadas por estas familias en relación al uso de tabletas. Ramos ha defendido el modelo educativo digital implementado en el centro, subrayando que las tabletas «no son el único recurso utilizado, sino una herramienta más que se emplea de manera controlada y reglamentada».
«El artículo y las opiniones de algunas familias califican de abuso lo que se hace en nuestro colegio, pero no es así», ha subrayado Ramos. «Somos el único centro en la región que cuenta con un plan digital desde tercero de primaria, pero esto no significa que usemos exclusivamente las tabletas. Son solo un recurso adicional que se utiliza cuando es necesario, sin reemplazar los materiales en papel. Los alumnos tienen cuadernos y otros materiales alternativos», ha puntualizado.
El director también ha aclarado que la navegación en internet a través de las tabletas está estrictamente controlada mediante dos sistemas de filtros proporcionados por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, lo que garantiza que no se realice una navegación descontrolada. «Las tabletas se guardan en las mochilas de los alumnos y solo se utilizan cuando se requiere realizar alguna actividad específica. Tanto la navegación como el tiempo de uso están regulados», ha afirmado Ramos.
Respecto a las acusaciones de falta de diálogo con las familias, el director ha explicado que el centro ya ha mantenido reuniones con el grupo de madres que, según él, ha impulsado la publicación del artículo: «Durante esos encuentros, se explicó el funcionamiento del plan digital y se les mostró cómo se implementan las tabletas en el aula. Nos pidieron reunirnos para hablar sobre el tema, y por supuesto, los recibimos. Respetamos las opiniones de estas familias, pero les dijimos que el colegio tiene un plan digital aprobado por el consejo escolar y el claustro, vigente desde hace cuatro años. Este plan está respaldado por todos los procedimientos legales y, si se tuviera que modificar, se haría respetando las normativas y siguiendo los cauces correspondientes», ha añadido.
Respecto al documento publicado el año pasado por la Asociación de Pediatría, que recomendaba ciertas precauciones sobre el uso de dispositivos electrónicos tanto en el entorno escolar como en el familiar, Ramos ha afirmado que, si bien comparte muchas de las preocupaciones expresadas por la asociación, el Colegio Santa Ana ha implementado una regulación rigurosa para el uso de dispositivos en el aula. «Estoy totalmente de acuerdo con la recomendación de usar los dispositivos electrónicos con perfecta regulación y conocimiento, tanto en el entorno escolar como en el familiar», ha explicado. «En el entorno escolar, el uso está bastante controlado. En nuestro colegio, las tabletas no se utilizan de forma indiscriminada, sino como una herramienta complementaria y bien regulada», ha añadido.
En su intervención, Ramos ha reiterado la importancia de controlar el uso de estos dispositivos no solo en el ámbito escolar, sino también en el familiar. «Lo que les dijimos a las madres que nos plantearon estas inquietudes es que, además de la regulación en el colegio, también es fundamental que el control de estos dispositivos se mantenga en el entorno familiar».
Además, ha destacado los beneficios económicos y pedagógicos que ha traído el uso de tecnologías digitales, como las tabletas y las pizarras digitales, en comparación con los tradicionales libros de papel. «El ahorro económico con el uso de las tabletas y las herramientas digitales es más que considerable. Muchos de los materiales que usamos en el colegio son de creación propia y gratuitos, lo que reduce los costes para las familias». El director ha dicho que la digitalización no debe ser vista de forma fanática, ya que, aunque los dispositivos electrónicos tienen ventajas, el uso de papel también tiene su lugar. «La clave está en saber combinar ambas herramientas», ha explicado.
Ramos también ha destacado la importancia de la competencia digital que los estudiantes desarrollan durante su paso por el Colegio Santa Ana. Según el director, los alumnos que terminan su etapa educativa en el centro cuentan con una formación tecnológica que les permite afrontar con éxito los retos en los institutos. «Nuestros estudiantes llegan a los institutos con un nivel extraordinario de competencia digital, lo que les otorga una ventaja considerable en comparación con otros compañeros que no han tenido acceso a esta formación».
En cuanto a las diferencias entre los centros educativos de Cuenca, Ramos ha resaltado que la ciudad no cuenta con un único modelo educativo y que existen diversas opciones para las familias. «Cuenca tiene 15 colegios públicos y tres concertados, y en algunos de ellos no se utiliza la tecnología de la misma manera. La libertad de elección de centro está siempre a disposición de los padres», ha destacado.
El director también se ha referido a la acogida que ha tenido el modelo educativo digital entre las familias del centro. Según Ramos, la mayoría de los padres de los alumnos han mostrado su apoyo al sistema, al considerar que la tecnología es una herramienta útil para el desarrollo educativo de sus hijos: «Nosotros respetamos la opinión de todos, estamos abiertos al diálogo y a las reuniones con las familias, pero este tipo de cambios requiere una serie de normativas y acuerdos».
Mencías: «El uso de las tabletas y otros dispositivos se limita a momentos muy específicos»
Por su parte, José Mencías, coordinador del programa digital del Colegio Santa Ana, ha salido también al paso de las críticas sobre el uso de dispositivos electrónicos en el centro, especialmente en relación con las horas de exposición de los estudiantes a las pantallas. Según Mencías, las familias que han expresado preocupaciones sobre el abuso de la tecnología y su impacto negativo en los alumnos no están considerando el enfoque controlado y limitado que se aplica en el colegio.
«Nos comentaban que un uso de 7 u 8 horas al día es muy perjudicial para los alumnos, y por eso en nuestro centro no se lleva a cabo ese tipo de práctica. Desde que los niños entran al colegio, lo primero que hacen es coger su libreta, como siempre se ha hecho, y sin necesidad de utilizar dispositivos digitales», ha subrayado Mencías. El coordinador ha dicho que «el uso de las tabletas y otros dispositivos se limita a momentos muy específicos y breves».
Mencías ha destacado que el tiempo de exposición a las pantallas en el Colegio Santa Ana es muy limitado. «Lo que más usamos, en términos de tiempo, no excede los 35-40 minutos en una sesión. Hay días en los que, si se utilizan recursos interactivos como juegos educativos o herramientas de gamificación, el tiempo puede llegar a una hora, pero esto es una excepción», ha indicado.
El coordinador del programa digital también ha aclarado que, aunque los dispositivos digitales se utilizan en algunas asignaturas como matemáticas, lengua y ciencias sociales, no se aplican en otras áreas como educación física o valores. «El uso de las tabletas en el aula está regulado y es puntual, nunca reemplaza los métodos tradicionales como el cuaderno, que sigue siendo la herramienta principal». Asimismo, ha defendido la implementación de juegos educativos y recursos interactivos como una forma de motivar a los estudiantes. «Cuando se usan, los niños están estimulados por un corto período de tiempo, lo que ayuda a mantener su interés sin exceder el límite saludable de exposición a las pantallas», ha dicho.
En conclusión, José Mencías ha reiterado que el Colegio Santa Ana sigue un enfoque equilibrado en el uso de la tecnología, asegurando que los dispositivos digitales se empleen de forma controlada y que los estudiantes no pasen más tiempo frente a las pantallas del que es adecuado para su desarrollo educativo y personal.