Las trabas cotidianas, entre pitadas e insultos, con la carga y descarga de un repartidor en Cuenca

Aunque solo uno lo haya hecho de manera pública, es un tema de conversación recurrente entre repartidores de la ciudad la ocupación indebida de las plazas de carga y descarga

Manuel Jiménez es uno de los muchos repartidores de la ciudad que se dedican a suministrar bebidas y productos de alimentación a bares y tiendas conquenses. Y, al igual que le sucede a varios compañeros de profesión, ya que es un tema recurrente entre su gremio, en numerosas ocasiones no puede desarrollar su trabajo como es debido.

«Normalmente no me suelo encontrar una zona de carga y descarga libre. Suelen estar aparcados vehículos normales y, mientras tanto, yo tengo que aparcar en mitad de la carretera», explica.

Hasta tal punto ha llegado la situación que, el pasado 5 de enero, publicaba en la red social X (anteriormente conocida como Twitter), varios mensajes denunciando esta situación. «Es una vergüenza que todos los días trabajando me encuentre esto. Luego tengo que aguantar a gente que me pita y me insulta por tener que descargar en medio de la carretera», afirmaba, añadiendo varias fotos de dos vehículos ocupando este espacio todavía en horario laboral. «Repito: no quiero el sitio para aparcar, lo quiero para TRABAJAR», sentenciaba, mayúsculas incluidas.

Manuel explica que hay bares en los que se tarda un minuto y no hay mayor problema, pero, en otros, «me tiro prácticamente una hora entera impidiendo el tránsito de los coches por no poder dejar bien el camión».

Aunque las fotos sean hacia el final de la Avenida de los Reyes Católicos, es algo generalizado. Por ejemplo, en la Avenida Juan Carlos I, frente a la placeta donde hay varios bares y establecimientos, suele ser una zona bastante complicada para aparcar en carga y descarga, teniendo que hacerlo detrás de los coches que están en batería. También en la Puerta de Valencia, cuando la calle se estrecha y se genera un tapón por los coches que no pueden seguir avanzando. Y se podría seguir con numerosos ejemplos.

Y, no es algo que suceda tan solo en prácticamente toda la ciudad, es que también sucede en cualquier momento. La falta de espacio es común a cualquier hora, pero normalmente cuando se acerca la hora de finalización del periodo de carga y descarga, más vehículos aprovechan para estacionar en esas plazas. Eso sí, lo hacen tanto motos como coches.

Además, no son paradas cortas, propias de lo que se espera de estas plazas. Por ejemplo, el día de publicación de los mensajes en X, Manuel llegó sobre la 13:25 a descargar a un bar cercano, acabó sobre las 14:15 y, los dos coches que estaban al principio, seguían ahí, sin atisbo ni intención de moverse.

Relación con ciudadanos y autoridades

Normalmente, explica también Manuel, si alguna de estas personas que está ocupando estas plazas le ve llegar con el camión, se apartan para facilitarle el trabajo. Pero, en ocasiones, las menos, no sucede esto. «Incluso he llegado a discutir con algún conductor», afirma.

Por eso pide que se tenga más consideración, ya que «lo mínimo que se puede hacer» es «buscar otros sitios donde aparcar, en los que no molestas a nadie que está trabajando».

En cuanto a su relación con los Agentes de Movilidad y la Policía Local, en más de una ocasión, como es evidente, increpan a los repartidores por estar mal aparcados, ya que, ciertamente, lo están. Eso sí, Manuel reconoce que, cuando se les explica la situación, entienden que tengan que estar en mitad de la calzada.

Aún así, «no toman medidas», asegura. «Deberían tener más vista, porque pasan y no se fijan en si esos coches pueden estar ahí o no», continúa este transportista. Y, como única medida que se le ocurre «para facilitar las cosas a los trabajadores, aunque entiendo que es complicado» sería «no alzar tanto la mano en estos casos».