Tal y como avanzó Voces de Cuenca, la capital conquense vuelve a Nivel 3 de medidas especiales contra la COVID-19 o, lo que es lo mismo, al escenario de cierre del interior de bares y restaurantes, residencias de mayores sin visitas ni salidas, aforo limitado en recintos culturales y reducción drástica del número de espectadores de los eventos deportivos.
Un déjà vu con matices respecto a las limitaciones de otoño e invierno que las autoridades sanitarias de Castilla-La Mancha han establecido porque las cifras epidemiológicas indican que «la ciudad de Cuenca está en un escenario de transmisión comunitaria con Nivel de Riesgo Alto».
¿Qué es el Nivel de Riesgo Alto? Es el tercer nivel más alto en los grados de alerta que ahora usa la Consejería de Sanidad para determinar qué medidas aplica en un municipio. Es una suerte de semáforo que se basa en el acuerdo alcanzado por el Gobierno central y las comunidades autónomas en el Consejo Interterritorial de Salud y que desde finales de la semana pasada se aplica en Castilla-La Mancha, aunque no de una manera automática, pasa antes por el tamiz del análisis de la Administración regional.
Está el nivel bajo, el medio, el alto y el muy alto o extremo. Por debajo de ellos la clasificación de nueva normalidad, ya sin alerta. Estar en uno u otro depende de las cifras de varios indicadores, «aunque el más importante sigue siendo la incidencia acumulada», según explicó el jueves el consejero de Sanidad, Jesús Fernández.
En la semana 14, del 5 al 11 de abril, se diagnosticaron en la ciudad de Cuenca 89 casos de COVID-19, lo que implica una tasa de incidencia acumulada a 7 días de 169,2 casos por 100.000 habitantes. Todo lo que esté entre 150 y 250 se considera «alto» en esta clasificación, por lo que la capital conquense está en la horquilla baja del rango.
También se tiene en cuenta la tendencia. En este caso es ascendente: la razón de tasas respecto a la semana previa (Semana Santa) es de 1,35. Cualquier cifra por encima de la unidad denota que la curva crece en lugar de retenerse o descender.
Otro indicador que ha compartido Sanidad en su argumentación para la regresión a Nivel 3 es la tasa de incidencia en las personas de 65 años y más, uno de los colectivos más vulnerables a los efectos nocivos del patógeno. Los datos de la semana del 28 de marzo al 4 de abril son de 48,9 casos por 100.000 habitantes. En la clasificación de las autoridades se encuadra en «riesgo medio» pero rozando ya el «riesgo alto», que se establece de 50 a 75.
En el documento de la resolución, al que ha tenido acceso este periódico, se detalla también que la positividad está en un 9,2%. Este indicador refleja cuántos contagios se detectan en proporción al número de pruebas realizadas. Al igual que en el anterior apartado es «riesgo medio» pero ya muy próximo al «alto», fijado a partir de 10 y hasta el 15%.
El porcentaje de ocupación de camas convencionales y en UCI ronda el 3,4% y el 3,2% respectivamente, riesgo bajo o de nueva normalidad respectivamente, según la clasificación impulsada por Ministerio y autonomías.
