Viajar y hacer turismo es una de las prácticas más comunes que realizamos a lo largo de los años. Hoy en día existen muchas maneras de hacerlo, sin embargo, desde el estallido de la pandemia, la elección de alquilar una autocaravana ha cobrado mayor relevancia. Imaginen por un momento poder trasladar su hogar a 3.000 kilómetros de distancia y elegir cual será el próximo destino. Ese es el objetivo que persiguen muchos viajeros que se decantan, cada vez con mayor frecuencia, por un sector que cuenta con músculo en la provincia.
No hay que pasar por alto que Cuenca, además de ser una provincia de partida hacia otros lugares, es una provincia receptora de turistas venidos de otras provincias de España. Para conseguir situarse entre los mejores lugares para pasar unas vacaciones en caravanas, es necesario contar con puntos que faciliten la pernoctación a este tipo de turismo, como apuntan las agencias de alquiler de caravanas de la provincia.
De hecho, esta actividad está marcando las vacaciones de los últimos años. «La campaña de verano ha ido bastante bien porque hemos tenido varios alquileres de larga duración, aunque no ha habido la afluencia de años anteriores», señala Carlos Bachiller, gerente de Nómada Caravanas, en relación a los datos registrados durante el pasado verano. Si bien es cierto que la campaña de otoño ya ha comenzado, Bachiller señala que durante estas fechas, «los clientes alquilan para ir a esquiar, pero ahora mismo no hay ninguna estación de esquí abierta» que también adelanta que la previsión de cara al próximo puente de diciembre, no será según lo esperado porque «al ser las fiestas en martes y jueves y no haber vacaciones en los colegios la cosa está un poco más parada».
Situación muy parecida es la que ha observado Ana María Romero, de Cuencaravan, durante el verano: «ha ido bastante bien y se nota un poco más floja que hace un año y probablemente sea por el incremento del gasoil pero a pesar de ello se ha mantenido. La campaña de otoño sí se está viendo un poco más floja, de momento no tenemos mucha reserva quizá por las lluvias que hay en estos días, pero creo que la gente está con miedo por la subida de los precios de las materias primas, por lo tanto, se están reservando un poco más a la hora de viajar», indica.
Los motivos que están detrás de esta situación son muchos y diversos, no obstante, los principales responden a motivos económicos que han llevado al encarecimiento de las materias primas. Aunque para Bachiller va más allá e intuye que es una falta de organización: «Muchas veces se achaca a que el combustible está caro pero la diferencia de ahora a hace ocho meses puede ser 20 o 30 euros, que es lo que te gastas en unas cervezas».
De moda tras la pandemia
El confinamiento que paralizó el mundo hace apenas un par de años, hizo crecer el turismo de caravanas. Entre otras razones por la seguridad que se ofrecía a los clientes para evitar contagios y por la libertad que te brinda el alquiler de estos vehículos. Permanecer en el campo, alejado de los flujos sociales que hay en las ciudades, convenció a muchos viajantes para elegir esta opción que tan arraigada permanece en otros puntos de Europa.
El levantamiento de las restricciones sanitarias acercó a este sector al éxito. «Se puso de moda en la pandemia y se está utilizando más que antes, y muchos de ellos han repetido. Hay mucha gente que probó viajar bajo este método hace dos años y ha seguido eligiéndolo», señala Carlos Bachiller, que señala que es mucho más flexible en comparación con los hábitos más tradicionales: «Hay quien cuando alquila con un hotel o en un apartamento no después no les gusta porque hacía mucho ruido, o no funciona los aires acondicionados, o porque no se parecen a los de las fotografías de los anuncios. Con las autocaravanas la gente puede ir venir a verlas, puede elegir la que más se adapte a sus necesidades y es esa la que va a alquilar», defiende.
Situar el centro de las vacaciones en un lugar determinado es una de las prácticas más habituales en las diferentes etapas del año. Sin embargo, las opciones han cambiado y ya hay quien prefiere establecer una ruta por carretera, a bordo de una autocaravana, y visitar diferentes lugares de la geografía española.
En la provincia de Cuenca, los datos que aportan las agencias consultadas, trazan el dibujo de familias de padres mayores de cuarenta años y con hijos como sus tipos de clientes más frecuentes. Y suelen emprender, generalmente, sus viajes hacia el norte de la península Ibérica, siendo Asturias la comunidad mayormente elegida. Aunque el sur también es una opción muy habitual.
Castilla-La Mancha, una ruta elegida
Los hábitos entre los turistas que eligen esta modalidad son heterogéneos. La región cuenta con una diversidad en su patrimonio natural que además de conseguir convertirse en atracción entre viajeros de otras provincias españolas, es una opción entre los propios castellanos-manchegos. «Hay clientes que han quedado maravillados, han estado quince días viajando por Castilla-La Mancha y no han necesitado salir de la comunidad para encontrar sitios bonitos. Es cierto que no tenemos playa natural pero sí hay otras muchas otras cosas como la gastronomía o visitar los pueblos», explica Bachiller.
Conscientes de su repercusión, las localidades que sufren el problema de la despoblación están consiguiendo convertirse en un centro de atracción para visitantes. Y las caravanas tienen mucha relación porque «hay quien nos las alquila para participar en carreras o senderismos que se organizan en zonas despobladas. Nos ha pasado con clientes que han ido a Priego o Valdeolivas». En este último municipio, de unos 200 habitantes, ya cuenta con instalaciones para las caravanas.