La asamblea general de la Real Academia Conquense de Artes y Letras ha hecho público un extenso comunicado mostrando su «disconformidad» con el destino finalmente dado a la restaurada Casa del Corregidor, un edificio en el que en un principio se pensó en su día ubicar el Archivo Municipal. En ese comunicado, redactado precisamente en la fecha en que –el pasado jueves– se celebraba el Día Internacional de los Archivos la corporación académica considera que el destino dado al inmueble volvería a poner en evidencia, dice textualmente su comunicado, “el habitual desentendimiento y la absoluta indiferencia, si no desprecio, hacia el Archivo Municipal, puestos de manifiesto por el conjunto de las sucesivas administraciones municipales del último medio siglo al menos, sin que su adscripción política concreta haya establecido diferencia alguna”.
La RACAL afirma que así “persiste y se agrava la injustificable situación que afecta al servicio público que el Archivo Municipal de Cuenca ha de prestar” a un servicio que no sólo guarda “pergaminos venerables o papeles amarillentos de siglos pasados” para el trabajo de estudiosos sino también “documentación reciente, originada en los distintos organismos municipales, asiduamente demandada por numerosos usuarios con harta frecuencia desatendidos ahora”. Y es que, sigue diciendo en su texto, aunque pueda resultar “más o menos aceptable la ubicación de la sala de trabajo destinada a la consulta de los interesados, un enorme problema afecta sin embargo a la ubicación de los fondos, dispersos en tres depósitos distintos, muy inadecuados dos de ellos y bastante alejados entre sí además” ya que aunque la documentación más antigua adecuadamente guardada y con instrumentos de referencia que permiten localizar con facilidad los documentos esté radicada en el Centro Cultural Aguirre, “otro depósito, provisional desde hace más de veinte años, se encuentra en los sótanos del Teatro Auditorio, inmediato al cauce del río Huécar, cuya ubicación no parecerá a nadie la más idónea” y “por otro lado, no hace mucho se ha producido el traslado de los fondos más recientes, procedentes en su gran mayoría de la Oficina de Urbanismo, desde un local perteneciente al antiguo grupo escolar Astrana Marín, en el barrio de las Quinientas, hasta una nave situada en un polígono fuera de la ciudad, propiedad de la Diputación Provincial” lo que les haría “inaccesibles sin que importe la urgencia de su consulta”. A todo esto la RACAL suma “la preocupante dotación de personal de este servicio. Tras haber trabajado en él tres funcionarios, después reducidos a dos, desde 2016, una sola persona lo atiende”.
En su comunicado, la corporación académica afirma que “resulta chocante que una ciudad como Cuenca que se enorgullece de su condición de Patrimonio de la Humanidad se desentienda, ignore y hasta ponga en peligro la conservación del más que notable legado documental que atesora” ignorando “los preceptos de la Ley del Patrimonio Histórico Español que obliga a instituciones y particulares a preservar los documentos centenarios de cualquier género poseídos”, originando una situación que los académicos consideran que hace imposible el ejercicio del derecho de los ciudadanos a que “los fondos documentales de todo género estén a su disposición sin obstáculos y que éstos se guarden y preserven con todas las garantías”, y a que se les facilite “aquella información que el Ayuntamiento posea tocante a urbanismo, empadronamiento o simplemente proceda de la especial gestión de los asuntos propios de la administración local”. El comunicado se cierra aludiendo asimismo a la apreciable colección artística del Ayuntamiento conquense que no se exhibiría “adecuadamente aunque orne en parte las paredes del Consistorio”