El derrumbe del muro de las Casas Colgadas y un tramo de la calle Canónigos ha marcado la actualidad informativa de este miércoles y muy probablemente sea uno de los temas principales en la ciudad de Cuenca durante los próximos meses. La noticia llegaba este miércoles en torno a las 10:25 horas con un fuerte estruendo que anunciaba que la vía no aguantaba más y había cedido deslizándose por la ladera.
El ruido que ha generado el colapso de la calle durante los segundos que ha durado se ha podido escuchar con claridad en el Parador de Cuenca, donde en esos momentos se celebraba una rueda de prensa en la que se estaba presentando el nacimiento de la Asociación Provincial de Productores Agroalimentarios y el distintivo de calidad ‘Donde nacen los sabores’.
A ella asistían, junto con una gran cantidad de empresarios de la provincia, el vicepresidente de la Junta de Comunidades, José Luis Martínez Guijarro, el presidente de la Diputación Provincial, Álvaro Martínez Chana, y un nutrido grupo de periodistas de Cuenca que poco después comentaban cómo habían sentido el estruendo “como si alguien se hubiera puesto a mover muebles en el piso de arriba”.
Al terminar la rueda de prensa llegaba la noticia de la caída y comenzaban las carreras entre los profesionales de la información para llegar hasta el lugar de los hechos. Tras cruzar el Puente San Pablo (alguno se ha abstenido por sus problemas de vértigo) para acercarse lo máximo posible hasta el lugar, comenzaban a sucederse las primeras informaciones, primero gráficas con fotografías y vídeos y posteriormente con detalladas descripciones de la escena, con una calle que se había transformado en escombro y muchas incógnitas sobre el derrumbe.
Conscientes de la trascendencia de los hechos, algunos de los periodistas aprovechaban para autorretratarse en el Puente de San Pablo con una inexistente calle Canónigos. No eran los únicos, pues hasta la típica vista de las Casas Colgadas comenzaban a llegar también algunos curiosos dispuestos a fotografiar con sus propios móviles el hundimiento.
Al poco, dos agentes de movilidad de la capital han cortado el paso en el puente, dejando primero una ventana para el acceso de los periodistas y fotógrafos y poco después restringían por completo el paso a todo el mundo. La calle de subida al Parador comenzaba a recibir vehículos de personas que querían ver con sus propios ojos la magnitud del hundimiento. Entre ellos, jubilados que bromeaban con el entretenimiento que les iba a dar la obra o unos jóvenes que reconocían haberse saltado una clase para ver el derrumbe, uno de ellos en manga corta, pues no le había dado tiempo a ponerse la chaqueta pese al frío que hacía este miércoles 12 de mayo. También, algún turista despistado que no se había enterado de nada y que preguntaba cómo podía ir a ver las Casas Colgadas.
Tras una espera, el alcalde de Cuenca, Darío Dolz, ha ofrecido una improvisada rueda de prensa en la explanada del aparcamiento del Auditorio. Allí narraba cómo él mismo había estado este mismo martes visitando los trabajos y su relación con los obreros que estaban haciendo los trabajos, con quien a diario coincide a las ocho de la mañana en el mismo bar de la Plaza Mayor, donde se echan el primer café.
“Le he dicho al conductor de la máquina que ha vuelto a nacer”, ha declarado el alcalde conquense a los medios de comunicación, señalando que “había otros tres operarios más en labores de ayuda de picar, que se estaba haciendo con una máquina oruga muy pequeña”. Afortunadamente, no ha habido que lamentar una desgracia, pues el derrumbe ha coincidido con el momento de descanso de los obreros para almorzar, una bendita y oportuna hora del almuerzo que ha propiciado que no se hayan producido heridos.