La lluvia acorta una procesión de San Antón con concejales banceros pero no impide la bendición de animales

El alcalde, Darío Dolz, y los concejales Adrián Martínez y Diego Valera han tenido que ser banceros en una procesión que ha precedido a la bendición de decenas de animales de todo tipo y tamaño

Escampaba el cielo poco antes de las 16:00 horas, dando la esperanza de que la imagen de San Antón recorriese las calles de su barrio homónimo en procesión. Decenas de personas esperaban a las puertas de la Iglesia de la Virgen de la Luz y, aún así, faltaban banceros para portar la imagen.

Por ello, Darío Dolz, alcalde de Cuenca; Adrián Martínez Vicente, concejal de Urbanismo; y Diego Valera, concejal del Grupo Municipal Popular, han tenido que dejar su lugar institucional tras la imagen y meterse bajo el banzo, permitiendo la salida de la imagen y provocando comentarios de sorpresa entre los asistentes.

La Banda Municipal de Cuenca ha recibido la salida de la imagen con el himno nacional, tras lo que San Antón se ha dirigido a la calle San Lázaro, seguido de una multitud de personas y perros.

Poco a poco el cielo se ha ido oscureciendo, hasta que, casi un cuarto de hora después de comenzar el desfile procesional y antes siquiera de recorrer la calle de San Lázaro entera, la fuerte lluvia ha obligado a que el paso tuviera que darse la vuelta, pasando entre músicos, animales y penitentes.

Debido a la fuerza del agua, el último tramo de la procesión se ha acelerado, entrando rápidamente de vuelta en el templo sin volver a sonar el himno en los instrumentos de la Banda.

Aún así, decenas de personas hacían ya cola para recibir la caridad. En total, este año se han preparado 20.000 panecillos repartidos entre la mañana y la tarde, además de otros 2.000 destinados a residencias de mayores. En el mismo lugar, varios perros y gatos esperaban con mantas, paraguas, impermeables y transportines a recibir su correspondiente bendición.

Al seguir lloviendo, se ha decidido que la bendición se haría en el portal de los salones parroquiales, por lo que se ha tenido que avisar a las personas que esperaban en el parque de la Trinidad. Entonces sí, perros, gatos, peces, tortugas, hámsters, cabras y conejos (con sus respectivos humanos) se han acercado en manada para cumplir con la tradición.

Historias de un 17 de enero

Raúl y Rocky a la izquierda, Álvaro en el centro, Sonia a la derecha y Kronos en el suelo.

Una vez han acudido a la Iglesia todos los animales y personas que estaban esperando en el parque, se ha formado una gran cola para poder recibir la bendición. Estas son algunas de las familias que han decidido acercarse hasta la Virgen de la Luz bajo la lluvia y sus historias.

Sonia, Álvaro y Raúl se han acercado con Kronos (dóberman) y Rocky (yorkshire terrier) por primera vez a recibir la bendición, ya que, en anteriores ocasiones, lo habían hecho sin la compañía de los animales. Aunque no se esperaban tanta gente, reconocen que habría estado mejor sin lluvia.

Daniel, Coral y Ole (llamado así debido a sus raíces andaluzas), también era la primera vez que se acercaban a recibir la bendición. Normalmente Ole suele ir suelto pero, teniendo en cuenta el agua y la cantidad de perros que había, ha sido mejor llevarlo en el transportín.

Tauro la tortuga no tenía pensado llegar a San Antón, pero el abuelo de Ángela y Carolina les ha pedido cumplir con la tradición a pesar de la lluvia. Ellas han cumplido diligentemente.

Iker ha acompañado al conejo Manchitas y Leire ha hecho lo propio con el pez Copito. Aunque llueva, vienen todos los años para cumplir la tradición, sobre todo, teniendo en cuenta que al pez no le vendrá mal del todo. A Manchitas, eso sí, ha sido mejor tenerlo resguardado. 

Belén y Santos vienen todos los años con Rumba. Es una más de la familia, así que hay que hacer también cosas para ella todos juntos. Como, por ejemplo, cumplir con las tradiciones y pedir salud a San Antón.

Benzemá, el gato siamés, es la primera vez que viene con Esther y Claudia, ya que el año pasado, aunque fuese el primer año en la familia, no pudieron venir por la lluvia. Eso sí, no está acostumbrado a salir en transportín, y mucho menos rodeado de tantos perros. 

De izquierda a derecha: Zeus y Mariluz, Roni y Loli, Xisca y Tere, y Sirius y Ana.

Mariluz, Loli, Tere y Ana vienen todos los años con sus animales caminando desde el barrio del Siglo XXI. En ocasiones se han llegado a juntar con quince o 16 animales y después se iban de cena todos juntos, pero, debido a que van falleciendo, este año han podido venir solo cuatro perros. Porque, aunque duela, la tradición se sigue cumpliendo. Son, de izquierda a derecha, Zeus, de dos meses, Roni, de doce años, Xisca, de trece años, y Sirius, con tres años.

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