La COVID-19 contagió a 40 personas en la ciudad de Cuenca entre el 26 de abril y el 2 de mayo, según las estadísticas publicadas este jueves por la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha. Son cuatro casos menos que los notificados en la semana previa por lo que se apuntala la tendencia que ya se observaba la semana anterior: el alcance de la enfermedad sigue remitiendo en la capital conquense pero a un ritmo muy lento, casi de estancamiento.
La reducción de infecciones no es tan acusada como la que se vivió tras el pico de la tercera ola (la segunda en el gráfico ya que en la primera no se difundían los datos por municipios) sino que dibuja una pequeña meseta que se mueve en cifras similares a las experimentadas a inicios de septiembre y diciembre o mediados de febrero. La pandemia vive ahora una época de oscilaciones mucho más moderadas, tanto para incrementos como en descensos.
La incidencia acumulada a catorce días por cada 100.000 habitantes -la forma canónica de medir el alcance del virus- se rebaja hasta los 153,79 casos. Baja 23 puntos y medio respecto al informe anterior. En el semáforo establecido por el Consejo Interterritorial de Salud es, por una pizca, riesgo muy alto, que categoría que se establece a partir de 150.
La incidencia a siete días pasa de 80,56 infecciones por 100.000 habitantes a 73,23. En este indicador Cuenca sí que abandona los números de riesgo alto y desciende hasta «riesgo medio», en el que se encuadran aquellos territorios que están entre 25 y 75 casos.