La conservación de los remontes para facilitar la accesibilidad al Casco Antiguo de Cuenca supondrá un desembolso anual de 100.000 euros anuales. El alcalde de Cuenca, Darío Dolz, ha dado a entender este jueves por la mañana que este capítulo ascendía a 160.000 euros: 100.000 de mantenimiento y 60.000 de consumo eléctrico. Sin embargo, fuentes municipales han rectificado a última hora de la tarde estos datos y han asegurado que la cifra correcta es de 100.000 euros incluyendo mantenimiento y coste eléctrico.
La financiación correrá a cargo del Ayuntamiento y la Junta de Comunidades, promotora de la iniciativa, aunque aún no se ha establecido en qué porcentaje. En cuanto a la ejecución del proyecto, la primera fase consistirá en la monitorización de los edificios ubicados en el trazado. Estos trabajos previos se desarrollarán durante un periodo cercano a un mes por lo que en mayo se podrá ver la obra con maquinaria en la calle.
El regidor conquense ha precisado, tras la presentación de la Programación de Primavera del Teatro Auditorio, que los remontes funcionarán a necesidad. «Por ponerles un ejemplo, las escaleras no van a estar funcionando a las 4:00 de la mañana. Habrá que ver las necesidades. Tendrán sensores de movimiento y habrá épocas que estén cerradas físicamente por la no utilización de las mismas». En este sentido ha señalado que «los gastos eléctricos están cifrados en torno a unos 60.000 euros al año y nos estamos moviendo en un mantenimiento anual en torno a unos 100.000 euros. Ayer lo decía el propio director general de Transportes y Movilidad, la Junta de Comunidades va a echar una mano en lo que es el mantenimiento de lo que son los remontes mecánicos. Va a haber una colaboración entre Ayuntamiento y Junta de Comunidades para su financiación que aún no hemos cifrado. No hemos establecido todavía un porcentaje, ni número de años. Está por decidir».
Este miércoles por la tarde tuvo una reunión con los vecinos del Casco en la que se les trasladó que se va a realizar la monitorización de todos los edificios que están en el entorno de la obra. Esa monitorización se va a hacer de forma inmediata para saber el estado en el que se encuentran los edificios y va a ser continuada durante el tiempo que duren las obras. «Van a estar, por lo menos, durante un mes cogiendo datos incluyendo una estación meteorológica específica para la obra. También se va a hacer una inspección técnica de todos los edificios para tener constancia de cómo se encuentran. Es una labor que va a hacer la empresa pública Tragsa y se va a iniciar de forma inmediata. También se va a dar una solución de movilidad a los distintos vecinos y vecinas que se pueden ver afectados por el desarrollo de las obras. Este va a ser el trabajo que se va a desarrollar en las próximas semanas, previo a lo que es el inicio de las obras». En mayor se podrá ver la obra con maquinaria en la calle.»
«No queremos correr»
Dolz ha destacado que las obras se van a desarrollar a lo largo de 32 meses con un presupuesto de 15,7 millones de euros «y no queremos correr. No queremos correr en el sentido de que queremos ser muy cuidadosos en el desarrollo de las obras. Estamos en una zona sensible. Ayer en esa reunión estuvieron tanto el equipo redactor del proyecto, que va a ser también el que va a dirigir los trabajos, como representantes de la empresa pública Tragsa y el director general de Transportes y Movilidad de la Junta de Comunidades que es quien promueve económicamente a través de los fondos Next Generation».
El primer edil ha detallado que son «seis tramos de escaleras, dobles, de subida y bajada, que se pueden transformar todos en subida o todos en bajada. Y también seis ascensores para cumplir con la accesibilidad universal. Algunos están soterrados, no se ven de ninguna manera, y con los informes preceptivos tanto del Ministerio de Cultura como de Icomos. Las obras se van a desarrollar durante muchos meses aunque están programadas de una forma holgada». Estas mismas fuentes han asegurado que «se van respetar todos los viales existentes, tanto de escaleras como calles. Las escaleras y ascensores irán por las zonas verdes. Sí que es cierto que habrá que cerrar el tramo de obra afectado que es importante. Desde la calle Santa Catalina, con problemas de accesibilidad al barrio de San Martín, y por supuesto todo el vial que nace en el paseo del Huécar para el tránsito de maquinaria y colocación de elementos».