Los vecinos del barrio de San Antón, en Cuenca, han tirado de ironía y metáforas para denunciar su malestar y han «galardonado con tres premios al alcalde de la ciudad, Darío Dolz, por su película ‘Mucho ruido y pocas nueces’». A juicio de la asociación vecinal, este largometraje ha sido merecedor de dichos reconocimientos «al ser el mejor guion de ficción 2021, al contener la mejor promesa no cumplida y por haber contado con el mejor reparto».
En esta línea, la asociación de vecinos ha invitado al regidor de la capital a que se acerque al barrio para recoger sus galardones y, al mismo tiempo, mantenga una reunión con los vecinos del emblemático barrio conquense.
Todo ello con el objetivo «de que el alcalde cumpla las promesas que ha prometido a la Asociación de Vecinos desde que arrancara la campaña electoral en 2019, en primer lugar, y desde que es el primer edil del municipio».
Señalan que en las diferentes reuniones que tanto la asociación como el Ayuntamiento han mantenido a lo largo de los últimos años, el alcalde ha prometido buscar fórmulas «para la autogestión del centro social del barrio por parte de la asociación de vecinos y dedicar espacios cerrados de propiedad municipal al movimiento vecinal y asociativo».
Lamentan una serie de promesas que no han llegado cuando hace ya más de 2 años y medio que Dolz cogió el bastón de mando de la capital. En cuanto a la situación del centro social, según la actual normativa, para el uso de espacios públicos tiene prioridad los proyectos municipales, por lo que los proyectos que promueven los vecinos del barrio se quedan sin espacio.
«La asociación, que tiene en marcha varios proyectos con los más pequeños del barrio, tienen que usar los espacios más pequeños del centro social de apenas 5-10 metros cuadrados sin apenas posibilidad de llevar a cabo otros talleres, mientras que la sala polivalente, de 50 metros, tiene un uso casi exclusivo para el proyecto del ayuntamiento», denuncian
En cuanto al uso de espacios en el Alfar de Pedro Mercedes, la asociación vecinos se mostró más que sorprendida esta semana cuando, el lunes, se enteraron por los medios de comunicación de que salía a licitación la gestión del espacio. «En diferentes reuniones estos meses atrás se nos prometió hacer uso de espacios de este Alfar, como era voluntad del propio Pedro Mercedes, pero no, se ha licitado el espacio para que lo gestione otra entidad que no sea del barrio», denuncian.
Además, los vecinos de San Antón tampoco tienen acceso a otros espacios, como las antiguas escuelas u otros locales cerrados de titularidad municipal, «lo que es una muestra de falta de voluntad política para dotar a los vecinos de un espacio para que puedan llevar a cabo sus asambleas».
Por todo este tipo de asuntos, «los vecinos de San Antón estamos cansados y cansadas de las promesas del alcalde, de su falta de interés, de su desidia, de que ni siquiera nos avisen con asuntos como la licitación de la gestión de espacios del Alfar y que no pretendan tener contactos para informarnos de nada. Lo que estamos reclamando son espacios que existen y están cerrados, vacíos, para llevar ahí acabo proyectos del barrio que ya se están desarrollando, a veces, incluso fuera del barrio por la falta de espacios».
Por tanto, pedimos voluntad política para que siga existiendo el movimiento vecinal y asociativo del barrio, «porque no les cuesta ceder el uso de locales vacíos y los vecinos nos merecemos que nos traten con dignidad, sin mentiras, porque si no van a poder cumplir con lo que dicen, es mejor que no prometan nada».
Además, remarcan que en el programa electoral con el que Darío Dolz se presentó a las elecciones había un apartado de promesas dedicada al barrio de San Antón, «en donde la única que se ha cumplido ha sido la de dotar al barrio de fibra óptica, y muy probablemente por obligaciones de la legislación europea».