Andrea, Paula y Javier son tres jóvenes conquenses de Cruz Roja que han vuelto tras reforzar el Equipo de Sensibilización e Información ante Emergencias (ESIE) de Cataluña, uno de los puntos habilitados a lo largo de todo territorio nacional para atender a los menores y adolescentes ucranianos que están llegando a nuestro país.
Durante su estancia en el pabellón habilitado para atender las necesidades de los refugiados de la guerra han atendido a cerca de 200 niños y niñas, de un total de más de 3.000 que han pasado hasta la fecha por ese dispositivo, con la voluntad de ofrecer ayuda y orientación emocional al colectivo más vulnerable. Todos ellos están formados específicamente para desempeñar esta labor que ha resultado gratificante y, a la vez, complicada por las difíciles circunstancias derivadas de un conflicto bélico.
Andrea Brox, natural de San Clemente, ha precisado que la tarea de los tres voluntarios conquenses se ha basado en «jugar, dibujar,…pasar con ellos un rato de una manera lúdica y divertida para que puedan recuperar la sonrisa». Su trabajo se ha centrado en llenar el hueco que dejaban las familias cuando tenían que completar los protocolos administrativos. «Hemos estado en un pabellón ubicado en Montjuic. Allí llegaban muchas familias. Unas a través de familiares y amigos, otras solas que han venido como han podido…Y mientras los padres y madres hacían el papeleo nosotros nos quedábamos con los chicos y chicas. Hemos aprendido unas palabras en ucraniano para poder comunicarnos con las expresiones básicas pero te das cuenta que el juego es un lenguaje universal».
Juegos de mesa como la oca, parchís…han sido algunos de los elementos utilizados que se han completado con actividades como la que llevaron a cabo con perros adiestrados. «Estuvimos con una unidad canina de atención psicosocial y la verdad es que fue una experiencia muy agradable, por lo bien que se lo pasaron los niños. Se les ve muy cansados, porque vienen de muchas horas de viaje, pero con el juego parece que se olvida todo un poco y pueden volver a ser esos niños sin las preocupaciones derivadas de la situación que están atravesando».
La atención ha sido prestada a un rango de edades muy amplio. «Hemos estado con niños y niñas desde un año hasta 16 años. A nivel personal es muy satisfactorio porque ves que estás ayudando y sólo ver sus sonrisas…encuentras una recompensa. Luego, hay casos especiales como un niño con síndrome de Down que estaba muy alterado y no podían completar los papeles. Estuvimos con él, se calmó y se pudieron completar los trámites».
Menores en Cuenca y Castilla-La Mancha
Por otro lado, señalar que en la ciudad de Cuenca, en relación al recurso de alojamiento de emergencia habilitado el pasado 22 de marzo, una decena de personas voluntarias de Cruz Roja Juventud organizan actividades de ocio y juego para atender a 19 menores, del total de 40 personas ucranias llegadas hace unas algo más de dos semanas a nuestra ciudad. Se trata de una ludoteca habilitada para que los más pequeños acusen en menor medida la situación que están viviendo, donde pueden expresar sus emociones y sentimientos, algo que les ayuda a comprenderlos.
Por otra parte, gracias a los ESIEs puestos en marcha en diferentes puntos del territorio nacional, Cruz Roja ha acompañado hasta la fecha a más de 5.147 menores gracias a la labor del voluntariado de Cruz Roja Juventud a nivel nacional y casi 70 en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha.
