Este sábado falleció a los 79 años en Madrid Ricardo Larraínzar, conquense de adopción que fue clave para detener el golpe de Estado de Tejero. La capilla ardiente se encuentra en el tanatorio Parcesa La Paz Alcobendas hasta el lunes a las 12:00 horas.
Nacido en Viana (Navarra) en 1945, llegó a Cuenca a los cinco años de la mano de su padre, Ricardo Larraínzar, quien ejerció la abogacía en la capital conquense durante cuatro décadas. Cursó el Bachiller en el Instituto Alfonso VIII, compaginándolo con estudios primarios de Maestría Industrial.
Licenciado en Derecho, sacó las oposiciones al Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. Fue vicesecretario general del Gobierno Civil de Logroño y secretario del Polo de Desarrollo. Posteriormente fue destinado a la Dirección General de Política Interior y más tarde el último Gobernador Civil de Asturias. En la empresa privada ejerció como director de relaciones laborales y de vicesecretario general de la Unión y el Fénix y director general adjunto del Banco Español de Crédito.
Larrainzar tuvo un importante papel en la detención del golpe de Estado de Antonio Tejero el 23 de febrero de 1981, pues era subgobernador civil de Madrid y uno de los colaboradores más cercanos de Francisco Laína, director general de Seguridad del Estado y mayor autoridad civil del país cuando el Gobierno estuvo secuestrado.
Por ese papel y por su larga trayectoria de servicio público, el exministro de Justicia Rafael Catalá le impuso en 2017 la Condecoración de la Cruz Distinguida de 1ª Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort. Aquel acto contó con la presencia del por entonces alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal, y el exvicepresidente de la Diputación, Julián Huete. Benjamín Prieto, expresidente de la Diputación, lo felicitó calificándolo de «ejemplar servidor público y español comprometido».
Larraínzar estaba muy vinculado a la Comisaría Nacional de Policía de Cuenca. Era Comisario Honorario del Cuerpo Nacional de Policía y de hecho le fue concedida la cruz al mérito policial con distitivo blanco por parte de la Dirección General de Policía.
Fotos: Esteban de Dios