Fallece el arquitecto conquense Arturo Ballesteros

Sus restos mortales se velarán en el tanatorio Nuestra Señora de la Paz

Este miércoles ha fallecido el arquitecto conquense Arturo Ballesteros, diseñador de algunos de los proyectos arquitectónicos más representativos de la ciudad durante sus 58 años de carrera. Sus restos mortales se velarán en el tanatorio Nuestra Señora de la Paz, ubicado en la Avenida de los Alfares, número 70 de Cuenca capital.

Durante sus 58 años de profesión, Arturo Ballesteros dejó una huella imborrable en el patrimonio y la arquitectura de Cuenca, contribuyendo significativamente al diseño y construcción de algunos de los proyectos más representativos de la capital, tanto obras de nueva planta como restauraciones.

Arquitecto de la Diputación de Cuenca durante casi 30 años, entre los proyectos que firmó se encuentran la fachada de la Diputación de Cuenca el convento de las Carmelitas que ahora es la sede de la Fundación Antonio Pérez,el edificio de la Casa Cuna, la sede de RTVE, la iglesia de La Paz o el complejo parroquial de San Román, así como edificios de viviendas y restauraciones de edificios particulares en el Casco Antiguo de Cuenca, por citar tan sólo algunos ejemplos.

El año pasado la Demarcación de Cuenca del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha le dedicó una exposición homenaje que repasaba algunos de sus mejores trabajos, incluyendo 26 planos, tres dibujos originales y dos fotomontajes, así como un video con fotografías actuales de sus edificios.

Biografía

Arturo Ballesteros fue un conquense de los que nacieron en Madrid de manera circunstancial, puesto que a los pocos días de venir al mundo, ya estaba en Cuenca. Su familia siempre tuvo una fuerte vinculación con la ciudad serrana. Su infancia se vincula al Escardillo, un barrio que aquel momento -años sesenta- se podía considerar de intelectuales. De hecho Federico Muelas, poeta, periodista, editorialista y guionista cinematográfico español perteneciente a la generación del 36, vivía allí en sus estancias conquenses.

Se formó en Madrid, aunque siempre pasaba las vacaciones en Cuenca. Debido a sus facultades con el dibujo estudió en la escuela de Artes y Oficios de Madrid, junto a Marco Pérez, gran amigo de su padre. Puede ser que esta facilidad le hiciera decantarse por la carrera de Arquitectura, porque por tradición familiar habría sido el Derecho y, por su interés cultural y artístico, la música. “De mi formación en el Colegio del Pilar, recuerdo a un profesor, muy humanista, que nos mandaba hacer un tebeo, y, a su vez, hacía un concurso. Gané las 4 veces que lo convocó. Probablemente si me hubieran seguido estimulando, habría sido periodista. Lo de caer en la Arquitectura fue casualidad. Yo habría sido músico, porque los Ballesteros todos eran muy musicales”, comentó en alguna ocasión el arquitecto. De sus estudios de Arquitectura hay que destacar que entonces era una carrera que empezaba con dos años de exactas y un año de bellas artes.

En su etapa de formación trabajó con algunos de los más grandes, como Chueca Goitia, Julio Cano Laso, Miguel Fisac o Fernández Alba. Ya entonces destacaba su interés por la investigación, que luego ha continuado a lo largo de su carrera profesional.

Chueca Goitia y Julio Larrañaga fueron sus mayores influencias. De ellos, Arturo Ballesteros aprendió la sensibilidad a la hora de restaurar, el detalle de las luces, la necesidad de atender a la funcionalidad, y, sobre todo de no alterar el ambiente general del edificio. Una restauración bien realizada es la que no destaca sobre la esencia de la arquitectura. “De Chueca Goitia he aprendido que se debe tener sensibilidad a la hora de restaurar para que, con una intervención actual, siga pareciendo que todo está en su sitio, sin entorpecer el ambiente general del edificio”, reconocía el arquitecto.

Arturo Ballesteros era el colegiado número 19 de la demarcación de Cuenca del COACM, y siempre formó parte de los cargos directivos de la demarcación, desde los tiempos de la Delegación del Colegio de Madrid, hasta la creación del colegio regional, del que fue vocal de la Junta Directiva hasta bien entrado el siglo XXI.

Ballesteros también estuvo ligado a la Semana Santa de Cuenca. Era el hermano número 2 de Nuestro Padre Jesús Nazareno de El Salvador, del que fue hermano mayor.