El área de Fisioterapia de la Gerencia del Área Integrada de Cuenca, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), está desarrollando un programa interdisciplinar de Educación para la Salud que tiene como objetivo la prevención de caídas en adultos y mayores con fragilidad y que se desarrolla en la Unidad de Fisioterapia del Centro de Salud ‘Cuenca I’ de la capital.
Según indica el Sescam en nota de prensa, más de 60 personas, mayores de 70 años, han participado en estos talleres que se reanudaron en el año 2022, tras la pandemia, y «gracias a los cuales y con un plan de trabajo personalizado e individualizado, los participantes se sienten más activos, con más fuerza, más flexibilidad y más ánimo para hacer cosas y salir a la calle sin miedo a sufrir una caída», comentan en el grupo.
Según explica Isidro Granero, fisioterapeuta de la Unidad, en el área sanitaria de Cuenca más del 15% de la población tiene más de 70 años “por lo que ya teníamos identificado un amplio rango de edad dentro de la población susceptible de intervención terapéutica”.
En este sentido el profesional apunta que la salud de este grupo debe medirse en términos de funcionalidad más que de enfermedad y en base a esto, el término fragilidad sería predictor de las caídas como evento adverso de salud, “por eso –señala- se considera que la prescripción de ejercicio terapéutico por parte del fisioterapeuta es el mejor aliado para la prevención de caídas y así nos lo dice la evidencia científica y la práctica clínica”.
El programa es interdisciplinar porque se desarrolla en coordinación con los profesionales de Enfermería y de Medicina de Familia del Centro de Salud ‘Cuenca I’, que son los que mejor conocen a los pacientes y disponen de más datos en relación a su funcionalidad.
Los profesionales de Enfermería realizan diferentes cuestionarios a los candidatos a participar en estos talleres y, posteriormente, en la Unidad de Fisioterapia se determina su estado funcional con diferentes pruebas y test. Además, se lleva a cabo una valoración antropométrica, hemodinámica y bioquímica de los adultos seleccionados, con la colaboración de los profesionales sanitarios del centro de salud.
Los resultados de las diferentes pruebas permiten diseñar un plan de trabajo personalizado para cada usuario, el cual se desarrolla en una o dos sesiones semanales a lo largo de tres meses. Ejercicios de fuerza de diferentes grupos musculares, ejercicios de flexibilidad, de equilibrio y de trabajo aeróbico, que se alternan con periodos de relajación o con juegos grupales, conforman este programa en el que además se monitorizan los principales parámetros vitales antes y durante el ejercicio.
Impacto en la salud
Asimismo, el fisioterapeuta “prescribe” el ejercicio indicado para el resto de la semana adaptado a cada usuario, bien sea caminar o pasear, nadar o bailar, en función de las preferencias y funcionalidad de cada participante en los talleres.
Desde la Unidad de Fisioterapia se realiza una reevaluación periódica utilizando los diferentes test y pruebas funcionales y, como trabajo complementario, se desarrolla un estudio ambiental en relación a los diferentes elementos que se encuentran en el domicilio de los participantes como la adecuación del cuarto de baño, las alfombras, la iluminación de la vivienda, etc.
Tras finalizar el programa, los participantes son citados a los tres meses y trascurrido un año para realizarles una nueva evaluación y ver que los beneficios se mantienen en el tiempo.
“Los resultados están siendo muy satisfactorios. El test que utilizamos en la Unidad, el SPPB, valora de 0 a 12 puntos la funcionalidad. Nosotros seleccionamos a pacientes intermedios para potenciar y recuperar su funcionalidad y con solo que al finalizar el taller cambien en el test en un punto, eso tiene un impacto importantísimo para su salud y, por ejemplo, estamos viendo mejoras en el 80 por ciento de los pacientes en cuanto a fuerza prensora en las manos, equilibrio o fuerza de la musculatura de las piernas”, ha explicado el fisioterapeuta responsable de impartir estos talleres.
Asimismo, la satisfacción de los usuarios es muy alta. No se registran prácticamente bajas y todos ellos manifiestan y perciben que han mejorado notablemente su calidad de vida en relación a su anterior situación.