Desde el 16 hasta el 19 de marzo, el Seminario Diocesano de Cuenca celebra el Día del Seminario, un evento que, en torno a la festividad de San José, reúne a seminaristas, sacerdotes y feligreses para conmemorar y reflexionar sobre la vida vocacional. No es sólo una fecha de conmemoración, sino también un momento para estrechar lazos familiares dentro de la comunidad. Tal y como ha explicado el rector del Seminario, José Antonio Fernández, este día se celebra con actividades diversas, desde misas solemnes hasta convivencias y festivales. «Hoy es un día festivo para nosotros, y procuramos vivirlo como una gran familia. Es cierto que la vida del seminario es intensa, pero tenemos este día para disfrutar juntos, como una familia que se reúne para celebrar», ha comentado.
Las celebraciones comenzaron el pasado fin de semana con un acto de convivencia para los jóvenes, seguido de un festival y una vigilia del seminario. En las parroquias de la ciudad, los seminaristas han estado realizando actividades para acercar la institución a la comunidad, como la tradicional campaña del seminario, en la que se da testimonio y se pide por las vocaciones. Además, se lleva a cabo una colecta para el apoyo económico del seminario.
Hoy, 19 de marzo, el día ha comenzado con una misa solemne en honor a San José, seguida de una visita guiada al Archivo de la Catedral, un aperitivo y una comida en la que, como ya es tradición, ha participado el obispo de la diócesis. «Hemos organizado también un videofórum con una película que nos invita a reflexionar sobre los valores que reflejan nuestras vocaciones y la vida del seminario», ha relatado el rector, quien también ha destacado la importancia de dedicar tiempo a compartir y reflexionar juntos.
La jornada culminará con la celebración de las vísperas y una cena sencilla, pero especial, para compartir en comunidad. «Es una forma de vivir en familia y fortalecer los lazos que nos unen», ha añadido Fernández, enfatizando que, aunque la vida en el seminario puede ser a veces exigente, este tipo de celebraciones son momentos esenciales para disfrutar de la compañía y el cariño mutuo.
La situación actual del Seminario
El seminario de Cuenca, en su labor de formación de futuros sacerdotes, cuenta con 14 seminaristas, de los cuales 3 provienen de la Diócesis de Albacete, que desde este curso han comenzado su formación en Cuenca. El rector ha señalado que, a pesar de que la vocación sacerdotal no es un camino fácil, los jóvenes que ingresan al seminario lo hacen con una profunda convicción. «Sabemos que hay jóvenes que se lo están pensando muy seriamente, y rezamos para que den ese paso», ha subrayado.
En cuanto a la situación de las vocaciones en la diócesis, Fernández ha expresado una sensación de gratitud, a pesar de que, como muchas otras instituciones, el seminario no escapa a los desafíos del momento. «Estamos un poquito como los agricultores, nunca llueve lo suficiente. Aun así, gracias a Dios, estamos bien de vocaciones, y siempre hay jóvenes que se sienten llamados a este camino», ha dicho el rector, destacando que los 11 seminaristas actuales son jóvenes comprometidos, con una gran madurez y vocación.
Un seminario en crecimiento
A pesar de la incertidumbre, el seminario de Cuenca ha mantenido una tendencia positiva en los últimos años. Desde que Fernández asumió la dirección en 2015, la comunidad ha crecido de forma constante, moviéndose entre 8 y 12 seminaristas en cada curso. «Nos gustaría tener más vocaciones, pero tenemos que dar gracias por lo que tenemos. Nuestros seminaristas son fantásticos, y estamos muy agradecidos por su dedicación y compromiso», ha comentado Fernández con una sonrisa.
El rector también ha destacado que, en su mayoría, los seminaristas provienen de la provincia de Cuenca, aunque la ciudad también está bien representada. Este hecho refleja la conexión profunda que el seminario mantiene con la comunidad, no solo en la capital, sino en todos los rincones de la diócesis.
El perfil del seminarista actual
El perfil del seminarista ha evolucionado en los últimos años. Muchos de los jóvenes que ingresan al seminario hoy en día han completado estudios universitarios y ya han tenido experiencias de vida y contacto cercano con la iglesia. «La madurez humana es fundamental en la formación de un sacerdote. Los jóvenes que llegan al seminario son más maduros y tienen una comprensión más profunda de lo que implica su vocación», ha explicado José Antonio Fernández.
En el contexto social actual, en el que la vocación sacerdotal es una decisión que debe tomarse con seriedad y reflexión, Fernández ha manifestado que muchos de los jóvenes que consideran esta opción lo hacen con la certeza de que están siguiendo un camino de fe auténtico, a pesar de las dificultades y los desafíos que pueda implicar.
Un futuro lleno de esperanza
José Antonio Fernández ha finalizado con una reflexión sobre el futuro del seminario y la iglesia en general. «Es importante que sigamos rezando por las vocaciones, porque lo que necesitamos son más jóvenes comprometidos, dispuestos a vivir con pasión y dedicación este camino. Gracias a Dios, nuestra diócesis tiene un buen ambiente juvenil, y eso da esperanza para el futuro», ha señalado.
En este Día del Seminario, el Seminario Diocesano de Cuenca reafirma su compromiso con la formación de jóvenes sacerdotes, manteniendo viva la llama de la vocación en un contexto de desafíos, pero también de esperanza y fe.