El Partido Popular de Cuenca considera que el aplazamiento de la administración de la segunda dosis a los profesionales sanitarios conquenses que habían recibido la primera “es de las situaciones más graves y negligentes que ha protagonizado en lo que se refiere a Sanidad el actual gobierno de Castilla-La Mancha”. Los populares han pedido de inmediato, “responsabilidades” a los dirigentes socialistas regionales y «una solución inmediata».
Argumentan desde esta formación política, principal fuerza de la oposición, «que no se puede entender cómo no disponen de vacunas, en concreto de la segunda dosis, y cómo no pudieron prever esta circunstancia cuando administraron la primera”.
Ahora, tanto médicos, como enfermeras, auxiliares, celadores o administrativos que fueron vacunados en una primera etapa, “volverán a estar en un grave riesgo de contagiarse por la enfermedad si la segunda dosis de la vacuna no se les administra en tiempo y forma”, con lo que, “todos los esfuerzos no habrán servido para nada”, considera el Partido Popular de Cuenca.
“Es vergonzoso que el Gobierno de Castilla-La Mancha, con su presidente Page a la cabeza, solo utilice sus comparecencias públicas para engañar a los ciudadanos y decirles que todo va bien, mientras se esconden detrás de un correo electrónico para suspender la campaña de vacunación entre los sanitarios”, apuntan los populares.
“Es urgente, en primer lugar, que se depuren responsabilidades políticas y, en segundo lugar, y no menos importante, que se solucione este problema y se intente salvar la campaña de vacunación a los profesionales a los que ya se les ha administrado la primera dosis”, relata el PP.
Para finalizar, los populares recuerdan cómo ya hace unos días, en nota de prensa, preguntaban a Sanidad cual era el criterio que se estaba siguiendo para vacunar en concreto en el Hospital Virgen de la Luz y si los cargos directivos habían recibido ya sus dosis, “sería ya el colmo que la gerencia de nuestro hospital hubiera completado su proceso de vacunación mientras que a un gran número de sanitarios no se les puede administrar su segunda dosis”. “Toda esta desorganización solo contribuye a aumentar la desconfianza de los profesionales ante el protocolo bajo el que se está vacunando y crea serias incertidumbres sobre qué va a ocurrir cuando la campaña se extienda a los demás grupos de población” concluyen.