«El mantenimiento de los barrios es el principal caballo de batalla de las asociaciones vecinales de Cuenca»

Entrevista con Luis Miguel González, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cuenca (Favecu) desde hace más de 25 años

Luis Miguel González (Foto: Esteban de Dios)

Luis Miguel González es una referencia en el asociacionismo vecinal de la ciudad de Cuenca. Más de 30 años vinculado a este movimiento y más de 25 como presidente de Favecu, avalan una trayectoria que le ha permitido conocer de primera mano las demandas de los vecinos y los barrios donde viven. Desde sus inicios, donde las demandas iban orientadas a servicios e infraestructuras entonces inexistentes, hasta la actualidad, donde el mantenimiento se ha convertido en la principal necesidad que reclaman las asociaciones. También ha sido testigo del cambio sufrido por una sociedad donde el individualismo actual ‘reniega’ de la vida colectiva y el sentido de pertenencia a los barrios. Lamenta la ausencia de ayudas institucionales para poder contribuir a una labor social que redunda en beneficio de toda la ciudad y reconoce que la ausencia de relevo es uno de los principales problemas que aquejan a este colectivo.

¿Cuánto tiempo lleva vinculado al asociacionismo vecinal en Cuenca y como presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cuenca (FAVECU)?

Pues espera, que eche la cuenta… en tema de asociaciones desde el 92. Y luego, en relación a la Federación, enseguida entré en la junta directiva y luego desde 1997 o así como presidente.

Es decir, casi media vida…

Sí, la verdad es que sí. Pero no soy el único. Hay mucha gente que también lleva tiempo con el tema de asociaciones.

¿En qué han cambiado las demandas de los barrios desde cuando empezó? ¿Qué pedían entonces y qué piden ahora?

Hablando de lo que era mi barrio, Buenavista o Barrio del Chocolate, la asociación estuvo en su momento con el tema del asfaltado. Luego el alcantarillado. Sobre todo era la reivindicación de infraestructuras, que en algunos casos todavía se siguen manteniendo, porque Cuenca es una ciudad que necesitaba mucha obra por parte del Ayuntamiento. Luego vino el tema de los centros sociales, que también se siguen pidiendo. Durante este tiempo lo que ha ocurrido es el envejecimiento de determinados barrios que está produciendo una serie de problemas. La verdad es que esos problemas van rotando porque puede haber un barrio joven que con el tiempo se envejece . Pero suelen ser siempre las mismas demandas, primero de infraestructuras y después lo que es el mantenimiento del barrio como tal. También servicios que se presten a ese barrio, tanto a nivel individual como a nivel colectivo.

Da la impresión de que antes eran más demandado servicios e infraestructuras, porque los barrios no los tenían, y ahora se reclaman más cuestiones de mantenimiento.

El tema del mantenimiento es algo prioritario y además siempre lo hemos dicho. Es verdad que hay que hacer las grandes obras o las obras son importantes pero, sobre todo, hay que cuidar el mantenimiento. Un barrio es como una casa. Lógicamente hay problemas de mantenimiento, como una bombilla que se funde, una avería de la caldera,… que tienes que ir arreglando continuamente. Y muchas veces al ciudadano, al vecino lo que le preocupa es el día a día, el boquete, esa acera que está mal, el socavón… Todo ese tipo de mantenimiento es muy importante.

Foto: Esteban de Dios

¿Cómo calificaría la salud del movimiento vecinal actualmente en la ciudad de Cuenca?

En este momento estamos bastante de bajón, pero es a nivel general, no solamente en Cuenca, sino a nivel de toda España e incluso dentro de la región. Si miramos el movimiento vecinal en las distintas provincias o ciudades, sobre todo, hay un momento de lo que era debajo. También es verdad que hay otras que se revitalizan. Lógicamente va variando dependiendo de las personas y la actividad que se desarrolla. El problema que tenemos en Cuenca capital, es económico. No tenemos ningún tipo de subvención, con lo cual eso corta mucho lo que es la actividad que pueda tener cualquier asociación. Nos limita mucho.

¿Podría ser la falta de relevo uno de los principales problemas a los que se enfrenta el movimiento vecinal?

Sí, efectivamente. Aunque en algunas asociaciones sí que ya se ha producido un relevo y es importante, pero es verdad que necesitamos relevo. Pero esto no sólo ocurre en el movimiento vecinal. Yo creo que a nivel general lo estamos viendo en distintas formas y colectivos. Trabajar en una asociación supone un trabajo extra dentro de lo que es la vida familiar o tu vida profesional, con lo cual requieren mucha actividad voluntaria sin ningún tipo de remuneración. Y esto a veces ocasiona problemas. También hay que tener en cuenta que la gente nos volvemos cada vez más cómoda. Todos tenemos grandes ideas pero hay que llevarlas a cabo y, sobre todo, hay que trabajar. Esto supone perder parte de tu tiempo y de tu vida, de tu familia y de tu trabajo también. Porque todo esto son actividades que no son remuneradas ni tiene por qué serlo. Muchas veces cuando hay reuniones, cuando hay encuentros con la administración, siempre se suelen hacer en horario laboral y la gente, claro, no todo el mundo tiene posibilidad de dejar su trabajo. Y luego, el hacer actividades, el buscar dinero, buscar financiación, que eso lo hacen todos los barrios a la hora de actividad de las fiestas, de preparar las fiestas… supone perder mucho tiempo de tu vida y eso pues hay gente que no quiere hacerlo y es comprensible. Muchas veces te produce satisfacciones pero muchas veces te produce también muchos disgustos. De todas formas, siempre digo que esto es voluntario, te puedes ir en cualquier momento. Tampoco hay nos tenemos que flagelar ni pensar que la gente nos tiene que estar eternamente agradecidos.

«Las asociaciones de vecinos de Cuenca llevamos más de diez años sin recibir ninguna ayuda pública»

¿Puede ser la politización uno de los problemas que ha afectado a las asociaciones de vecinos a lo largo de su andadura?

No, yo creo que no. Quien pretenda en la asociación tener un rendimiento político, intentar hacer una carrera política en cualquier asociación… puedes tener proyección pero enseguida se acaba. No, no creo que ese sea el problema. El problema es de que nos hemos vuelto todos muy individualistas, incluso en el propio bloque. Se hacen viviendas pero siempre cerradas. No hay plazas donde los vecinos puedan encontrarse y se sienta realmente la gente vecino de un barrio. Muchas veces lo vemos en las fiestas. En los barrios tradicionales la gente siente ese barrio porque ha nacido allí, porque tenía su familia. Vivimos en una sociedad mucho más aislada, donde nos encerramos en nuestra casa. Tenemos la televisión, internet y vemos lo que pasa afuera pero no tenemos un encuentro. No existe el barrio, una plaza donde el barrio se pueda identificar. También es verdad que hay menos niños pero lo que pasa es que están también muy encerrados dentro de su propia urbanización.

Con la politización no me refería tanto a hacer carrera sino a la combatividad de la asociación. Ser muy críticos o menos según quien gobierne en ese legislatura.

Bueno, eso depende también pero más o menos las necesidades son siempre las mismas. No creo que eso sea el problema. La asociación siempre va a estar pidiendo lo mismo y puedes preguntar a las distintas asociaciones que llevamos pidiendo lo mismo mucho tiempo.

Ha comentado el cambio del modo de vida, de valores, el individualismo… quizás pueda ser este uno de los obstáculos a los que se enfrentan las asociaciones de vecinos.

Ya no pensamos en nuestro barrio sino que pensamos en nuestro domicilio. Si nos acercamos a la asociación es porque tenemos un problema puntual nuestro y queremos que nos lo arreglen. Quizás también influya el hecho de que no haya centros sociales donde se puedan realizar actividades de forma permanente. Es un problema que tiene la ciudad, por ejemplo, en el tema de los centros sociales. O un gran centro social donde se canalicen todas las actividades, los movimientos vecinales o movimientos de todo tipo que pudiera haber en la ciudad. Y tampoco se programan actividades. Hay un problema en el tema de la forma en la que contratas a la gente. Y en algunos casos ha habido demandas de trabajo, de la Inspección de Trabajo sobre la forma de contratar. Lógicamente quien hace una actividad o quien es monitor también quiere cobrar salvo que se haga de forma voluntaria.

¿Cuáles son las principales necesidades actuales de los barrios de Cuenca? ¿Qué es lo que le trasladan? Aunque cada barrio puede ser un mundo, ¿no?

Sí, claro, cada uno es un mundo. Creo que, a nivel general, el tema de mantenimiento es el principal caballo de batalla con el Ayuntamiento. El mantenimiento de las vías públicas, de los parques…. la vida diaria. Luego hay necesidades de lo que son infraestructuras como los centros sociales para poder realizar una actividad. Para poder juntar una ciudad como esta que ahora llegando octubre te tienes que meter dentro, no puedes hacer nada al aire libre. Y luego otro de los problemas generales de la ciudad es que no se sabe realmente qué es propiedad del Ayuntamiento y qué es propiedad de los vecinos y esto está creando conflictos desde cuando se cae un árbol a cuando hay que arreglar una escalera. Como ocurre, por ejemplo, en la Fuente del Oro. En eso el Ayuntamiento tiene que ponerse manos a la obra porque al final sí que tiene que terminar actuando.

«Nos hemos vuelto individualistas, cada uno en su casa, y ya no existe la idea de barrio que había antes»

Durante su trayectoria ha conocido varias corporaciones municipales, alcaldes,…¿Son los Ayuntamientos permeables a las demandas vecinales? ¿Se han establecido cauces eficaces de comunicación?

No, no se suele tener en cuenta a las asociaciones porque somos molestas. Puede haber algún cauce más o menos establecido pero no es algo que sea fijo, que sea permanente. Sobre todo cuando comienza la reivindicación, nos ponemos unos en frente de otros y hay bastantes problemas. Hay que remarcar que uno de los problemas generales es que no tenemos financiación de ningún tipo. Llevamos desde 2012 sin recibir un euro. Todo lo que estamos haciendo lo estamos haciendo con nuestros propios ingresos. Antes había subvenciones por parte del Ayuntamiento y por parte de la Diputación. En 2012 dejaron de haber en Diputación y también en el Ayuntamiento con lo cual no tenemos ningún tipo de financiación pública desde ese año. Entonces claro, eso te ocasiona problemas serios. Hay que tener en cuenta que hacemos actividades. Las fiestas que se hacen en Cuenca, salvo las del Ayuntamiento, las hacemos nosotros desde mayo que empieza Las Quinientas hasta ahora que ha terminado La Melgosa con El Pilar. Hay que trasladar nuestro agradecimiento a los comercios y las empresas de Cuenca que nos ayudan por lo menos en los programas de fiestas.

(Foto: Esteban de Dios)

¿Siguen teniendo sentido las asociaciones de vecinos con la forma de vida actual?

Quizás sean más necesarias que nunca porque cuando surge un problema en el barrio alguien tiene que darlo a conocer y pelear para que se arregle. También hay programas en los que colaboramos como el tema de la soledad de la gente en las casas, la población que va envejeciendo. Al final, los problemas hay que solucionarlos y la administración no te lo va a solucionar porque sí. Si desaparecen ya las asociaciones vecinales, ¿Quién va a luchar por las necesidades? En algunos sitios donde desaparecieron, incluso en Castilla la Mancha, intentan volver a revitalizarlas. La asociación de vecinos lleva la reivindicación pero también la actividad con la gente, con los vecinos, es un movimiento continuo y estable. Al propio Ayuntamiento le interesa porque sabe a quién dirigirse. No solamente se trata de reivindicar. Nuestro objetivo también es ayudar a llevar a cabo distintos programas o de información o de desarrollo de actividades.

Llama la atención que algunas zonas populosas de la propia ciudad de Cuenca no cuenten con asociación de vecinos como ocurre en Villa Luz, donde hubo pero ya no está activa.

Así es, desapareció. ¿Cómo es posible? Pues porque me imagino que la gente que está en ese momento lo coge con ganas, llega un momento en el que se cansa y no hay nadie que quiera asumirlo. Como te digo, hay que saber que cuesta mucho estar ahí.

¿Qué alcalde de todos los que has conocido ha sido el que mejor ha tratado a los barrios en esta ciudad?

Jajajajaja…No voy a da nombres pero sí es cierto que hay unos que han estado mejor que otros. Pero te voy a decir una cosa… más que alcaldes, también concejales. Ha habido concejales que estuvieron en el equipo de gobierno y también en la oposición que se han preocupado por los barrios. Ha habido grandes diferencia, va también en la persona. He conocido concejales cuando estaban en la oposición que nos han tratado muy bien y con quien hemos tenido una relación estupenda y otros que gobernando… bueno cuando uno gobierna lógicamente la relación es mucho más intensa.