18 ingresados con coronavirus en camas convencionales del Hospital Virgen de la Luz de Cuenca y otros 3 en su Unidad de Cuidados Intensivos con necesidad de respirador. 21 en total. La Dirección General de Salud Pública de Castilla-La Mancha certificaba en su informe vespertino de este jueves que el único centro hospitalario público conquense superaba la barrera psicológica de la veintena de enfermos con COVID-19. Ya lo había hecho el lunes con idéntico conteo global, aunque entonces la relación era de 19-2. Y este viernes, con posterioridad a la primera edición de este análisis, se contabilizan 23 (19-4).
Para encontrar una situación análoga en el grado de ocupación hay que retrotaerse cuatro meses antes, a los primeros días de mayo, cuando todo el país permanecía en la Fase 0 del incipiente proceso de desconfinamiento y la provincia de Cuenca aún desconocía si iba a pasar la criba para alcanzar el siguiente estadio. La última vez que el Hospital tuvo al menos 20 ingresados con positivo confirmado de SARS-CoV-2 fue el día 7 de ese mes. Las dos decenas de pacientes de esa jornada (que no se desglosaron entre los de planta y los de críticos) pasaron a ser media treintena al día siguiente. Y ya nunca habían alcanzado esta cifra. Hasta esta semana.
El número de hospitalizaciones es un índice más elocuente para calibrar la evolución de la enfermedad que el de nuevos contagios. Los positivos que ahora se detectan no son comparables a los de marzo o abril porque entonces el número de test que se realizaban era muy inferior y hubo momentos en los que se limitaban, en el mejor de los casos, a los pacientes que terminaban en el Hospital. Las variaciones de ingresados son más equiparables, aunque también algunos se escapasen del radar diagnóstico.
El primer día que se proporcionaron datos oficiales sobre cuántos infectados de coronavirus confirmados estaban en el Hospital fue el 17 de marzo. Había 23, dos más que ahora. En tres jornadas la cifra se duplicó y en menos de una semana ya se había franqueado la barrera de los 100 (exactamente 118 a 23 de marzo). El punto máximo llegó el 28 de marzo, con 191 hospitalizados.
Un veloz crecimiento exponencial que, de momento, no se está reproduciendo con ese ritmo. El cénit estival de los 21 ingresados llega más de quince días después de que se alcanzasen el hito simbólico de los 10 casos. Desde este lunes no habido aumento en el cómputo total, aunque sí oscilaciones, y la comparativa con la situación del viernes pasado refleja únicamente 2 ingresos más.
Al trazar y desechar paralelismos con el pasado que sirvan para poder pronosticar el futuro cercano hay que detenerse también en la cantidad de fallecimientos por COVID. Y, ahí, y a pesar de los problemas de infraestimación, sí que los guarismos son muy dispares. En la segunda semana de mayo, con menos ingresados que ahora, las cifras diarias de decesos oscilaban entre los tres y los seis. Este viernes las autoridades sanitarias han comunicado uno, hecho que no se producía desde el 19 de agosto.