El cierre al tráfico de un tramo de la avenida de la Igualdad divide a los vecinos del Cerro de la Horca

Algunos defienden que el cierre de la calle no era necesario desde que se marchó el botellón y les causa molestias, mientras que otros defienden su utilidad

El reciente cierre al tráfico de un tramo de la avenida de la Igualdad, situada en el barrio conquense del Cerro de la Horca, ha dividido a los vecinos. Y es que desde esta semana, dos grandes barreras con una señal de prohibida la circulación en las que pone ‘reservado uso recreativo’ impiden el paso a los vehículos.

Por un lado, algunos critican que la calle no se había diseñado de esa manera inicialmente y sólo ven pegas al corte; mientras que otros defienden que pone soluciones a algunos problemas que había y recuerdan que es una medida que puede ser reversible.

Miguel Poveda es uno de los vecinos que se oponen al corte de la calle. “No es que hayan cortado una calle cualquiera, es que han cortado la calle principal del barrio”, protesta en declaraciones a Voces de Cuenca. Además, resalta que “la vía está diseñada y construida como una avenida de cuatro carriles, dos por dirección, y este cierre afecta de forma completa a los dos carriles de bajada y desde los portales 8, 10 y 12 hasta el final, dejándola como una calle sin salida”.

La primera implicación del cierre, lamenta Poveda, “es la incomodidad que supone para los vecinos de esos bloques que, o bien tienen que llegar a sus casas conduciendo marcha atrás, o bien dar la vuelta con los coches al final de la calle en un espacio pequeño y que los vehículos más grandes directamente no pueden dar”.

Este vecino asevera que “ya hay muchísima calle peatonal en el barrio, como por ejemplo la que hay detrás de los pisos, la que va hasta el río Moscas; y luego el parque grandísimo que han hecho o los columpios que han puesto”, criticando que “hay calles peatonales en las que no va nadie, sólo de vez en cuando va alguno con la moto a hacer caballitos”.

Poveda indica que “el cierre de esta calle se argumenta en que hay botellón en la zona. Yo vivo en esa esquina y el problema venía porque hasta el año pasado no había farolas, y con la falta de iluminación había botellón, parejas que subían a darse el lote, y tiraban por la zona los condones”.

A su juicio, peatonalizar la avenida de la Igualdad “no era la solución, porque desde que se puso la luz ya no había problemas”.

Además, señala que “una vez que se les dijo que ya no había esos problemas, achacaron el cierre al tránsito de camiones, porque a veces entran allí vehículos pesados por la noche, pero esos vehículos no pueden aparcar. La forma de solucionarlo es que se pase la Policía Local y ponga multas. Hay otro problema con los camiones, que es que entran por el barrio al polígono y rompen todo, pero de eso no se quejan ni han puesto señales ni nada”, asegura.

Este vecino también critica que “con el corte, la calle se ha quedado a medias de finalizarla, porque no la han pintado ni puesto señalización. Pero por el contrario sí hay semáforos apagados dentro de la ahora calle peatonal, lo que no tiene sentido ninguno”. También considera que “el cierre se ha hecho con recochineo. No se entiende que sea eso una zona recreativa, si es así que pongan mesas de picnic”, ironiza. “No tiene lógica que con el asfalto recién echado hayan cerrado la calle al tráfico”.

Otro de los asuntos que tacha es que “la asociación tenía que haber convocado a los vecinos, que a nosotros no nos ha consultado nada”. Por último, indica que “se han perdido más de cien plazas de aparcamiento”. Eso sí, reconoce que “no es un barrio con muchos problemas de estacionamiento, más allá de los que puede haber por la noche y de forma puntual durante las fiestas”. “Ha sido perjudicar a la gente sin sentido ninguno”, concluye.

La asociación contextualiza el cierre

David Nieto, portavoz de la Asociación de Vecinos del Cerro de la Horca, ha explicado en declaraciones a Voces de Cuenca que la peatonalización de esta calle “hay que ponerla en antecedentes” para comprenderla. En este sentido, ha incidido en que “en su día hubo quejas por otras cosas, era un lugar donde se hacían botellones y quedaban muchos desperdicios como botellas, vasos y demás, aparte del jaleo y la música alta por la noche. En una época había hasta jeringuillas, era un picadero y había muchos condones usados. No teníamos una zona de juego y durante el día los niños corrían por ahí pese a los despercidios porque era una vía poco frecuentada por los coches”.

“En una de las múltiples reuniones con el Ayuntamiento que se han hecho para la finalización del barrio comentamos las quejas vecinales. Nos hicieron muchas propuestas y casi todas iban por cerrar la calle, bien con bolardos extraíbles o bien con barreras que limitaran el pase a vecinos, para que la gente no se acostumbre a ir ahí”, señala el portavoz de la asociación.

“Eso se propuso antes de la pandemia, las obras se retrasaron muchísimo y ahora de buenas a primeras se ha llevado a cabo. No teníamos constancia de que lo iban a hacer ya. La Asociación de Vecinos en ningún momento dijo al Ayuntamiento que quería que se cerrara la calle, simplemente presentó el problema y pedimos que se solucionara”, ha contestado a las críticas.

En este punto, recalca que “precisamente poner luminarias en la calle era una de las múltiples soluciones para parar el problema, junto con el cierre de la calle. Si se hubiera hecho en la época no estaría fuera de contexto. Ahora, como se pusieron las luminarias hace medio año y se ha cerrado ahora, parece que está totalmente fuera de lugar”.

Además, Nieto subraya que “la asociación lo único que hace es trasladar los problemas que nos dice la gente, porque nosotros no tenemos ni poder ni capacidad de decisión sobre qué se hace”.

El portavoz de la asociación subraya que “otro de los problemas es que aparcaban camiones de gran tonelaje y han utilizado la zona para quitar las cargas articuladas, y dañaban en firme y las aceras, que ahí no deben aparcar porque es zona residencial”. “Los únicos coches que aparcaban eran camiones y el presidente de la asociación, y le ha dado igual que se tome esta medida”, sentencia. Asimismo, considera que se trata de una medida reversible: “Si luego se ve que hace falta más aparcamiento se puede cambiar”. De todas formas, recalca que “en la otra parte del barrio están en la misma situación, Los bloques de la otra zona están exactamente igual, con una calle que se corta al final y tienen que dar la vuelta haciendo maniobras para entrar y salir y tienen sólo una línea de aparcamiento, y no se quejan por ello”.

También incide en que “si preguntas a otros vecinos del barrio les parece muy bien la medida que se ha tomado, porque ahora es una zona de juego de niños, hay algunos que van a patinar y otros que salen con sus mesas allí a hacer picnic. Se le está dando un uso público, que realmente nos hace falta porque pese a que se haya hecho un parque no es suficiente para la gente que estamos en el barrio. La dotación debería ser el doble o el triple según la normativa, y se ha hecho un tercio de lo que nos correspondía”.

Respecto al asfalto como finalización de la calle, apunta que “el proyecto de urbanización está marcado así porque las parcelas contiguas son parcelas dotacionales. Si mañana en ellas se pone alguna dotación, como una iglesia, un colegio, un centro social o unas pistas polideportivas, la calle tiene que estar hecha”.

Nieto destaca que “se trata de una medida que se puede revertir y reabrir la calle si cambia la dinámica que había de botellones y música. Teníamos miedo de que la cosa se agravara, y ahora estamos quitando todo este problema que había porque nadie quiere para su casa que se convierta en la zona de fiestas”, sentencia.