El Grupo Municipal Cuenca Nos Une ha vuelto a llevar al Pleno del Ayuntamiento del mes de noviembre su propuesta de construir en la capital un albergue-refugio para escaladores. En un planteamiento inicial, la ubicación que han puesto sobre la mesa para su emplazamiento ha sido el enclave del antiguo polvorín del Júcar, frente a la central eléctrica de Las Grajas.
Jesús Pontones, edil de la agrupación de electores, llevó hace justo un año una moción sobre este mismo tema al Consistorio que se aprobó por unanimidad de todos los grupos políticos. El mismo Pontones ha preguntado si se ha dado inicio a los trámites necesarios en la sesión plenaria al Equipo de Gobierno, indicando que también “habría que valorar otros espacios geográficos dentro del ámbito espacial de nuestras hoces”.
La concejala de Deportes, Charo Rodríguez, ha coincidido en señalar la importancia de la escalada en la ciudad y en “dar el mejor servicio a los visitantes”, pero ha precisado que continúan buscando “la ubicación idónea”. Y ha añadido que la ubicación propuesta “podría ser una de las opciones”, aunque están valorando “incluso sitios un poco más alejados”.
Rodríguez ha concluido aclarando que no han iniciado el expediente porque están a la espera de valorar “los pros y los contras” de hacerlo en el antiguo polvorín del Júcar y ha subrayado que siguen abiertos “a cualquier propuesta de sitios adecuados”.
Una ubicación “ideal” que puede atraer escaladores “de todo el mundo”
Álvaro Alfaro, veterano escalador conquense y cofundador del rocódromo Espacio Pachamama, indica que se pueden encontrar este tipo de hospedajes en otras zonas de escalada del país, y que en el caso de Cuenca encajaría una oferta similar con literas o habitaciones, baño y una cocina comunal “que salga barata”.
Alfaro señala que existe un perfil de escalador muy numeroso que “se mueve a través de ese tipo de alojamientos”, y que si se contara con este espacio “hay mucha gente que podría venir a Cuenca”. Recuerda además que a la ciudad “viene gente de todo el mundo a escalar” y lamenta que este tema “se tiene un poco de lado”.
Respecto a la ubicación propuesta, el escalador afirma que la dificultad de la construcción radica en que ”se pretende hacer debajo de un techo de roca natural” en el que pueden aparecer posibles inconvenientes como las humedades pero recalca, pese a no descartar otras posibles ubicaciones, que el antiguo polvorín del Júcar “es ideal”.