El Ayuntamiento de Cuenca acaba de iniciar el Plan de Podas 2021-2022 cuyo objetivo es garantizar la seguridad de la ciudadanía mediante la estabilidad del arbolado de viales y zonas estanciales y que se desarrollará, como en otras ocasiones, hasta el mes de marzo. La finalidad es, tal y como destaca el concejal de Medio Ambiente, Adrián Martínez Vicente, “reducir el volumen y la altura de las copas para permitir un mejor control del arbolado y eliminar las ramas secas, quebradizas o en deficiente estado para evitar caídas y los consiguientes riesgos sobre peatones, vehículos o infraestructuras”.
Se actuará fundamentalmente sobre los árboles más envejecidos y de mayor altura, haciendo especial esfuerzo sobre aquellas especies más numerosas y que mayor incidencia de caídas de ramas han tenido; y también sobre aquellos ejemplares que afecten negativamente a fachadas, infraestructuras o señales.
Además, se procederá a la tala de los árboles que tienen un mayor riesgo para ciudadanía e infraestructuras por su deficiente estado fitosanitario o que tengan un grado de inclinación que supongan riesgo alto de caída o fractura; teniendo en cuenta que en estos casos está prevista su posterior replantación.
Martínez Vicente ha incidido en que “hablamos de la campaña que se hace cada año en la misma temporada y en la que la prioridad es siempre la seguridad ciudadana, evitando peligros de caída o fractura de ramas”. En este sentido ha añadido que “puede llevarse a cabo alguna actuación más drástica en el caso de que entrañe un alto riesgo, pero quiero dejar claro que el personal que realiza estas tareas cuenta con formación y experiencia suficientemente acreditada, por lo que aplican criterios objetivos en cada una de ellas”. Explica el edil que se trabajará por tramos o calles enteras, de manera que “se actúe en cada momento en todo el arbolado de una zona, minimizando el riesgo y optimizando los recursos disponibles”.
En general, las actuaciones van destinadas a reducir el volumen de copa de árboles en viales y zonas estanciales; reducir la altura de árboles para permitir una mejor gestión y disminuir riesgos; limpieza de ramas secas, rotas o en deficiente estado fitosanitario; reducción de longitud de ramas con excesivo peso que presenten riesgo de rotura; formación de la estructura de copa en arbolado joven; eliminación de ramas bajas que dificulten el paso de peatones, vehículos, etc.; eliminación de ramas que incidan sobre edificios, tejados, farolas, señales de tráfico, etc.; y eliminación de chupones.