Los dulces de convento son uno de los típicos manjares que se pueden encontrar en mercadillos artesanales durante la festividad de Navidad. El trabajo que realizan las hermanas durante todo el año para la venta de productos aumenta para la campaña navideña, así como en temporadas concretas donde la tradición es la que manda.
Durante estas fechas, el Museo de la Semana Santa de Cuenca acoge el Mercado Navideño de Dulces de Convento, que se podrá visitar del 20 de diciembre al 5 de eneroy que este año cumple su novena edición. Uno de los establecimientos religiosos que participan es el Monasterio de las Madres Trinitarias de San Clemente. Su ingrediente principal suele ser la almendra, con la que realizan una diversidad de elaboraciones que ponen a disposición de vecinos y visitantes. Sor María Rosa, madre del convento, señala que las seis hermanas realizan para esta temporada almendradas, empiñonadas, chocolatines, pastelitos de Navidad, tartas y, sobre todo, tejas. Destaca que todas las elaboraciones son artesanales «y no llevan nada de conservantes».
Afirma que llevan realizando estos dulces más de 22 años y actualmente están trabajando en los encargos de Navidad, que reciben también desde Madrid y Albacete. Asimismo, los productos que siguen elaborando durante el resto del año son las tejas y las tartas, estas últimas siempre por encargo, mientras que las primeras están disponibles siempre en el convento.
Otro de los mercadillos tradicionales a donde venden sus elaboraciones es en la muestra anual de dulces conventuales en San Clemente, organizado por la asociación local Aturman, que este año se celebra del 19 al 22 de diciembre. A este evento, junto al mercadillo del Museo de la Semana Santa, también participa las hermanas Clarisas Nazarenas de Sisante. Sor Yamilet cuenta que realizan también una variedad de dulces, como cordiales a base de almendra, aguardentados, cajas de navideñas (surtido «especial» de galletas de canela y diferentes aromas), piruletas, roscos de vino, galletas de nueces y estrellitas navideñas, entre otros.
Sus dulces son realizados por siete hermanas en un obrador que ya está puesto en marcha para esta campaña de Navidad. Llevan elaborando dulces «desde que tienen memoria» las hermanas de este convento, pues es una tradición «muy antigua ya que se hacían para regalar a los bienhechores en estas fechas», explica Sor Yamilet. A partir del 2010, empezaron a ofrecer sus dulces en jornadas por la «buena acogida» que tuvieron, además de vender durante todo el año en el propio convento. Afirma que aunque para estas fechas elaboran gran cantidad de productos, su temporada alta es en marzo y concretamente los viernes durante la peregrinación parroquial al Monasterio de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Los dulces de las Clarisas tienen tan buena aceptación que algunos años, en las jornadas de San Clemente, sus productos están agotados en horas. «Nos dicen que somos las que más vendemos», señala Sor Yamilet, al igual que en el Mercado Navideño de Cuenca, que confirma que cuando empezaron a participar en 2025 «llevamos 50 cajas de cada cosa». Sin embargo, sostiene que la situación económica actual ha provocado «que no se encargue la misma cantidad». Aun así, destaca que lo que más solicitan son unidades de piruletas y navideñas.