El barrio conquense de San Antón ha celebrado este martes el día de su onomástica. Cientos de conquenses han participado en la programación prevista para estos festejos, que han vuelto a celebrarse sin ninguna restricción a causa de la pandemia. Al filo de las cuatro de la tarde, las puertas de la Iglesia de la Virgen de la Luz se abrieron para dar paso al inicio de la procesión de San Antón por las calles del barrio.
La procesión transcurrió por la idiosincrasia del barrio de calles estrechas a los sones de la Banda de Música de Cuenca y acompañado de su feligresía. En sus casas, los vecinos asomados a sus ventanas, balcones y puertas recibían un año más la procesión del protector de los animales. En el cortejo se encontraban miembros de los diferentes grupos municipales de la Corporación municipal con Darío Dolz, alcalde de Cuenca, a la cabeza.
El frío a primera hora de la tarde y la amenaza de lluvia no impidieron la procesión de la imagen. Sin embargo, en determinados puntos del recorrido y de manera testimonial la lluvia hizo acto de presencia sin mucha intensidad. No obstante, durante en el último tramo de la procesión, el cielo vistió sus galas más oscuras para dar paso a una leve llovizna de granizos. Algo que consiguió acelerar el ritmo de la procesión, que se encontraba a pocos metros de la puerta principal de la Iglesia de la Virgen de la Luz. Los banceros, rápidamente realizaron las maniobras pertinentes para salvaguardar a la imagen en el tempo del frío y los granizos.
Posteriormente, en torno a medio millar de vecinos esperaban su turno para que sus respectivas mascotas recibieran la bendición sacerdotal. Los vecinos esperaban pacientemente su turno junto a sus animales en el entorno de la Delegación de Agricultura, donde además de recibir la bendición por parte del párroco de la Iglesia de la Virgen de la Luz, fueron obsequiados con los tradicionales panecillos de San Antón. Perros, gatos y canarios fueron los animales más vistos.