Cuenca superó ocho días el límite de ozono recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así se extrae del informe sobre la contaminación por ozono en 2023 publicado este lunes por Ecologistas en Acción. En el informe se concluye que toda la población de la región ha respirado aire contaminado por ozono en un verano tórrido.
El informe sobre el ozono se elabora con los datos recogidos entre el 1 de enero y el 30 de septiembre en casi 500 estaciones de medición por toda España, 27 situadas en Castilla-La Mancha y una de ellas en Cuenca. En su análisis, Ecologistas en acción establece dos variables: los días en los que se superó el valor objetivo legal y los que se sobrepasó el nivel recomendable establecido por la OMS (más restrictivo). En el primer caso es de 120 microgramos por metro cúbico y en el segundo, 100.
En la estación de Cuenca no se sobrepasó ningún día de los analizados el valor objetivo legal, mientras que ocho días superó el nivel recomendado por la OMS. De forma concreta, fue un día en abril, uno en junio, cuatro en julio y dos en agosto, según los datos recopilados por Ecologistas en Acción.
La estación de Cuenca ha empeorado si se toma como referencia el año 2022, cuando se marcó en seis el mínimo de días superando las recomendaciones de la OMS. No obstante, la evolución en Cuenca ha sido muy positiva a tenor de los propios datos recopilados por Ecologistas en Acción. Por ejemplo, en 2012, el primero de esta serie estadística, se superó en 34 días el valor objetivo legal y en 129 la recomendación de la OMS.
Ecologistas en Acción indica que en la región ha habido un repunte que se debe a haber tenido mayores temperaturas en primavera y verano y a los episodios cálidos entre abril y septiembre y cuatro intensas olas de calor en julio y agosto.
Recuerda la ONG que el ozono es “un contaminante muy complejo, que no tiene una fuente humana directa, sino que se forma en la superficie terrestre en presencia de radiación solar por la combinación de otros contaminantes denominados precursores, emitidos por el transporte (en especial los vehículos diésel), las centrales termoeléctricas, ciertas actividades industriales o la ganadería intensiva. Se trata por tanto de un contaminante típico de primavera y verano”.
Además, indica que “es el contaminante atmosférico que afecta a más población y territorio en el Estado español, y el más estrechamente ligado al cambio climático, por su relación con la radiación solar. Durante 2023, sus niveles han repuntado en Castilla-La Mancha como consecuencia de la primavera y el tercer verano más cálidos desde 1961, con numerosos episodios cálidos entre abril y septiembre y cuatro intensas olas de calor en julio y agosto”.
El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia el valor diario recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo al cual “el aire contaminado por ozono ha afectado en 2023 a toda la población y el territorio castellanomanchegos”.
“La contaminación por ozono debe abordarse como un problema sanitario de primer orden, que causa cada año en torno a 2.500 muertes en el Estado español, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, afectando a niñas y niños, mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades cardiorrespiratorias. Durante el verano de 2023, el Instituto de Salud Carlos III ha registrado en Castilla-La Mancha 250 muertes por altas temperaturas”, resalta Ecologistas en Acción.