Cuenca ha despedido esta mañana a María del Carmen Martínez-Villaseñor, conocida popularmente como Mari Carmen y sus muñecos. Familia, vecinos y autoridades han acudido hasta la parroquia de San Pedro para brindar su último adiós a una de las conquenses más icónicas de las últimas décadas.
Entre aplausos y vítores, los restos mortales de Martínez-Villaseñor llegaron a las inmediaciones del templo parroquial para la celebración de la misa exequial, que ha sido oficiada por Miguel Ángel Albares, párroco de San Pedro y Santiago. Allí, cerca de un centenar de vecinos han acompañado a la familia para mostrar sus condolencias tras la muerte de la afamada humorista y ventrílocua. Que falleció el pasado jueves a los 80 años de edad a consecuencia de una caída durante su estancia en Tenerife.
El alcalde de Cuenca, Darío Dolz y el concejal de Educación, Alberto Castellano Barragán, han asistido a esta celebración en representación municipal. El primer edil ha lamentado el fallecimiento de Mari Carmen y ha exaltado su figura: «La ciudad le debe un reconocimiento a ella como máximo exponente, junto con otros artistas locales, de lo que ha sido el ser conquense por todo el mundo». Dolz ha acudido para transmitir su pésame a los familiares durante este duelo y ha recordado que la capital conquense «ya tiene dedicada una calle a Mari Carmen y buscaremos algún otro reconocimiento para darle el reconocimiento que se merece, lo haremos».
Por su parte, el sacerdote Miguel Ángel Albares, durante el desarrollo de la misa exequial, ha recordado su amistad con Mari Carmen y sus muñecos y ha recordado su trayectoria televisiva junto a Nicol, Daisy, Rodolfo y Doña Rogelia, los personajes a los que ella dotaba de voz. Albares ha explicado que conoció personalmente a Mari Carmen en el año 2016, durante un acto en la Catedral de Cuenca. «Pasé con ella un día inolvidable y desde entonces hemos charlado, reído y he disfrutado mucho de su sensibilidad, simpatía, calor, ternura, muchas confidencias y su religiosidad tan profunda e impactante», ha señalado el sacerdote, para posteriormente unirse al dolor de los familiares: «Hoy estoy muy triste porque entierro a una amiga a la que quería».
Tras la finalización de la misa funeral, los retos mortales fueron trasladados hasta el Cementerio Municipal ‘Cristo del Perdón’ de Cuenca, donde la humorista y ventrílocua dejó su tuma preparada para este día. Hasta el camposanto acudieron vecinos de Cuenca y su provincia de manera espontánea, quienes transmitieron a viva voz sus últimas palabras a la fallecida. «Nunca de olvidaremos», «Siempre con nosotros» o «Te echaremos de menos, Mari Carmen», fueron algunas frases dirigidas con cariño a la artista. Y se pudieron escuchar en el momento de su sepultura.
Por su parte, Miguel Almanzor, el hijo de Mari Carmen Martínez-Villaseñor, ha agradecido las muchas muestras de cariño recibidas por parte de todos los asistentes que se han dado cita en el acto de despedida de su madre.
La artista era natural del municipio conquense de Horcajo de Santiago y se ganó el cariño de los españoles durante la década de los años ochenta. Mari Carmen y sus muñecos pregonó la Feria y Fiestas de San Julián en el año 2002 y fue nombrada Hija Predilecta de Castilla-La Mancha por el Gobierno Regional en el año 2012. Además, cuenta con una calle que lleva su nombre en la capital conquense desde el año 2011, situada en el barrio de San Martín.