Del 6 al 12 de diciembre la Consejería de Sanidad diagnosticó 47 casos de COVID-19 en la ciudad de Cuenca. Es la cifra más alta en lo que va de otoño y supone además la cuarta subida semanal consecutiva. No obstante, todavía está por debajo del umbral simbólico de los 50 contagios -la última vez que se superó fue del 30 de agosto al 5 de septiembre- y es casi un tercio de los contabilizados en el pico de la quinta ola, ya que del 19 al 25 de julio hubo 137 positivos.
Crecimiento constante pero contenido que hay que analizar teniendo en cuenta que los datos facilitados por las autoridades sanitarias son provisionales y es muy probable que en nuevos informes se revisen al alza, una vez se hayan corregido los retrasos en la notificación. Por ejemplo, en un primer momento se informó de 39 contagios del 29 de noviembre al 5 de noviembre y tras la última actualización el número para ese periodo se ha elevado a 45. Además, corresponden a una semana en la que se concentraron tres festivos (día de la Constitución, Inmaculada Concepción y domingo 12) y otro día más inhábil (sábado 11), por lo que la habitual menor capacidad de detección en esas jornadas puede también haber distorsionado los resultados, mostrando una infrarrepresentación de la situación real.
Advertencias metodológicas al margen, la cantidad de infecciones registrada en la capital conquense es ligeramente superior a la que se midió por las mismas fechas del año pasado, cuando la tercera ola -la más devastadora tras la irrupción inicial de la pandemia- comenzaba a rumiarse. Entonces se contabilizaron 40 positivos, ahora han sido 47. Una subida interanual del 17,5% que se produce a pesar del proceso de vacunación y que quizá pueda explicarse por la aparición de la variante ómicron, por las propias dinámicas de los ritmos de contagio o por las diferencias de movilidad y actividad social.
La incidencia acumulada a 14 días por cada 100.000 habitantes vuelve a subir, como lleva ocurriendo ininterrumpidamente en el último mes. De una tasa de 150 casos pasa a 168,4, la más alta desde el mes de agosto. Es nivel de alerta 2 de cuatro posibles, es decir, «riesgo medio» según la clasificación establecida por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, actualizada a finales de noviembre con criterios más laxos.
A siete días vista, la tasa es de 86,04 casos por 100.000 habitantes, lo que para el llamado «Semáforo COVID» es también riesgo medio, el mismo existente en la semana anterior.
