Conquenses que vuelven: la nueva normalidad de poder desplazarse y verse cara a cara

Después de varios meses, muchos conquenses pueden regresar a sus hogares y ver a sus familias tras levantarse las restricciones a la movilidad interprovincial.

Juan Ignacio Cantero

Desde este lunes 22 de junio Cuenca comienza su transición hacia una nueva normalidad. Entre las medidas que supone esta situación detalladas en el Decreto 24/2020, la movilidad interprovincial ha sido acogida como agua de mayo por muchos conquenses. Algunos de ellos, llevan sin poder regresar a sus casas cerca de cuatro meses. El confinamiento y la restricción de la movilidad impuesta por el Estado de Alarma, recluyó doblemente a los conquenses que residen fuera por motivos laborales.

Una vez decaído el estado de alarma, las limitaciones a la movilidad entre comunidades autónomas pierden efecto, lo que implica que se pueda circular libremente por todo el país. Cuenca, junto con el resto del territorio español, se incorpora a este nuevo escenario, sobre todo recuperando a sus ciudadanos en la diáspora.

Álvaro Serna en una de sus clases online.

Entre ellos se encuentra Álvaro Serna, maestro que desempeña su labor en el Colegio Concertado Ártica de Madrid. Este landetero lleva en la capital de España desde mediados de  febrero y la última vez que vio a su familia fue el 8 de marzo, cuando estuvieron juntos allí para ver la Copa del Rey de Balonmano . Además, ha tenido que modificar todas sus rutinas de enseñanza para dar sus clases desde casa. Ni siquiera ha podido ver a sus jóvenes pupilos presencialmente en todo este tiempo. «La situación al principio fue un poco caótica ya que nos tuvimos que adaptar muy rápido al nuevo estilo de enseñanza y en mi caso, con niños muy pequeños, es difícil trabajar la parte emocional a través de una pantalla».

Álvaro tiene pensado regresar este miércoles y entre sus actividades predilectas se encuentran la de ver a sus padres y hermano en Cuenca, a sus abuelos en Landete y «por supuesto, sacar algo de tiempo para disfrutar de una cerveza con sus amigos».

Pedro María Escudero en el Hospital.

Por su parte, Pedro María Escudero ha sido uno de esos sanitarios que ha hecho frente a la pandemia día tras día. Trabaja en el Hospital de Galdakao para el sistema de salud público vasco, Osakidetza. Se reincorporó a su trabajo como enfermero el 14 de marzo, un día antes de que se instaurase el estado de alarma y se ha enfrentado a la dura situación de la Covid-19 en un País Vasco especialmente azotado por el virus.  «He tenido pesadillas con la Covid en las que se lo pasaba a mi familia. Ha sido muy duro y tengo muchas ganas de verlos» afirma este sanitario conquense.

También a la inversa se van a producir estas situaciones. Personas que no han podido abandonar Cuenca para poder ver a sus seres queridos. La familia del reconocido pianista conquense Mario Mora, lleva sin verle desde el 25 de febrero. La música ha sido una de las formas más llevaderas de sentirse unidos, pero ahora cuentan con la posibilidad de hacerlo físicamente. El próximo miércoles día 24, sus padres, Carmen y Ángel, podrán disfrutar de un concierto de su hijo en Madrid. Será la primera vez en meses en que podrán ver y escuchar en directo a su hijo.

Mario Mora en un concierto.

Mario trabaja como docente en el Conservatorio Superior de Castilla-La Mancha de Albacete, y su único desplazamiento durante el Estado de Alarma ha sido a esta ciudad de Castilla-La Mancha por motivos laborales. Su desempeño ha sido eminentemente telemático y Cuenca no ha podido estar en su ruta. «Cuando nos veamos, la intención es celebrar cumpleaños, día de la madre y todas las fiestas atrasadas»: dice su madre Carmen Sáiz.

La mejor normalidad es volver al hogar y reencontrarse con los seres queridos. Para recuperarse del golpe sanitario y económico siempre es bueno empezar por recobrar las relaciones humanas, aunque sea con mascarilla y a una distancia de 1,5 metros. A partir de hoy Cuenca vuelve a contar con uno de sus activos más importantes: los conquenses.