La Audiencia Provincial de Cuenca ha condenado a diez años de prisión, por los delitos de «intento de homicidio y de atentado», al interno que apuñaló en el cuello con dos cristales a un jefe de servicios de servicio del Centro Penitenciario de Cuenca.
El tribunal ha tomado en consideración sus tesis aportadas por la acusación particular ejercida por los servicios jurídicos del sindicato de prisiones Acaip-UGT, según señala este colectivo en nota de prensa, «imputando también un delito de atentado y declarando a la administración como responsable civil subsidiaria por no haber trasladado al interno a un centro penitenciario más acorde a su peligrosidad».
El interno ha sido condenado a diez años de prisión por los delitos de homicidio en grado de tentativa y atentado, cantidad algo inferior a la solicitada por este sindicato, al habérsele aplicado una atenuante simple por presentar el acusado, en el momento de los hechos, un residuo patológico de esquizofrenia. Además, ha sido condenado a indemnizar al funcionario agredido con 23.312 euros.
La acusación particular, ejercida por el letrado de Acaip-UGT, solicitó a su vez que se declarara a la administración como responsable civil subsidiaria «al no haber tomado esta las medidas de seguridad oportunas con el interno, y no atender la solicitud de traslado del interno a un centro más acorde a su perfil. La Audiencia Provincial así lo ha entendido, a pesar de la oposición de la Abogacía del Estado, dejando patente, en los fundamentos jurídicos de la sentencia, la insuficiencia de material antidisturbios, que el interno no fue asignado a una celda de especial seguridad por la dirección del centro, a pesar de que existió esa posibilidad, y remarcando que la Secretaría General de
Instituciones Penitenciarias no contestó a la petición de traslado realizada por el Consejo de Dirección de la prisión fundamentada en que «el Centro Penitenciario de Cuenca no está preparado para acoger a presos peligrosos».
Acaip-UGT considera lo ocurrido en Cuenca «un hecho extremadamente grave por las consecuencias que podrían haberse derivado del mismo. Por este motivo, junto con otras organizaciones sindicales convocó diversos actos de protesta en el centro penitenciario a los que no acudió ningún representante de la dirección ni de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Una muestra más del absoluto desprecio que la administración penitenciaria muestra ante sus trabajadores».