La entidad de ASPAYM federada en Cuenca ha participado este viernes, 22 de julio de 2022, en la campaña nacional de verano ‘Con cabeza sí, de cabeza no’, que se coordina desde la Federación Nacional con la colaboración del Hospital Nacional de Parapléjicos y SERMEF. El objetivo de esta campaña de verano es concienciar a la población frente a las malas zambullidas. No arrojarse al agua debidamente tiene un riesgo alto de producir una lesión medular.
En esta acción ha jugado un papel relevante José Luis Mota Grande, que ostenta el cargo de presidente en ASPAYM Cuenca. A lo largo de la jornada ha concienciado a diversos niños procedentes de la Escuela de Verano del Ayuntamiento de Casas de Haro, en las maneras correctas de zambullirse en el agua.
La jornada ha arrancado en la Casa de Cultura de este municipio, donde se ha impartido una charla sobre las consecuencias que tiene las zambullidas incorrectas, y se ha proyectado un video del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo sobre casos de lesionados medulares por, precisamente, no haberse tirado con cabeza (los brazos estirados), sino de cabeza.
A continuación el presidente de ASPAYM Cuenca ha acudido con los niños a la piscina municipal, donde a pie de la escalera les ha concienciado de que lo mejor es bajarse por los peldaós o tirarse por lo más profundo, pero siempre con los brazos bien estirados y con cabeza para disfrutar de un baño seguro. Los niños también han colaborado en la pega de carteles de la campaña de Zambullidas 2022 de ASPAYM.
José Luis Mota también ha querido agradecer la implicación y colaboración de las monitoras de la escuela de verano de Casas de Haro; Ana Elena y Cristina Ojeda, así como de la socorrista de la piscina municipal, Sandra.
Con cabeza sí, de cabeza no
Entre las pautas que se recuerdan a jóvenes y personas adultas, desde ASPAYM se recalca la importancia de conocer siempre previamente la profundidad submarina de la zona desde donde vamos a saltar. Estas profundidades son especialmente equívocas en parajes naturales, donde las olas y las corrientes pueden cambiar la distancia del fondo; aunque las piscinas también demandan cierta precaución.
Además, conviene evitar en lo posible que la zambullida sea de cabeza. Y, si se opta por este tipo de salto, siempre hay que efectuarlo con las manos por delante y la cabeza entre los brazos extendidos en prolongación del cuerpo. De esta manera, si se diera un impacto de nuestro cuerpo contra el suelo o una roca, el primer golpe no lo recibirán ni la cabeza ni el cuello. No tomar estas precauciones puede producir que una mala zambullida cause una lesión medular, que en los peores supuestos puede inmovilizar a la persona de cuello para abajo, y en todo caso afecta al día a día de la persona, con frecuencia para el resto de la vida.
A la hora de encarar un accidente de una persona que ha resultado lesionada por zambullida, lo primordial es sacarla a tierra y ponerla en una superficie rígida. Al moverla, hay que tratar de desplazar todo el cuerpo en bloque, para no dañar cuello o cabeza. Una vez nos hemos cerciorado de que respira, llamar al 112. Nunca debemos intentar trasladarla en un vehículo particular; pues corremos el riesgo de tornar una lesión incompleta en una completa.
Ingresos por zambullidas
Según datos facilitados por el director médico del Hospital Nacional de Parapléjicos, Juan Carlos Adau, en los últimos cinco años ingresaron con lesión medular como consecuencia de una zambullida 28 personas, 25 hombres y 3 mujeres, cuyas edades van de los 15 a los 51 años. De estos casos 14 tuvieron como escenario una piscina, 9 en el mar y los 5 restantes en pantanos y otros entornos acuáticos.
«Salvo dos casos todos los ingresados tuvieron el resultado de tetraplejia, una lesión medular muy discapacitante que condiciona la calidad de vida de quienes la sufren y que pudieron haberse evitado sencillamente con una actitud de prudencia y evitando ese salto», afirma el director médico.
Desde la Federación Nacional ASPAYM, su presidenta Mayte Gallego valoró que «volver a las playas, a las piscinas, a los pantanos, es decir, a la normalidad del verano y a pasar días de disfrute entre amigos y familia, conlleva también conductas de riesgo que puede que se vuelvan en tragedia». Para Gallego, las malas zambullidas que conllevan ingresos en las unidades de lesión medular de los hospitales son «muy graves, ya que suelen afectar a las vértebras cervicales». En este sentido, la presidenta de Federación Nacional ASPAYM insta a la prevención: «Disfrutemos de esos chapuzones pero sin dejar al lado la prudencia», recalca.